La Jornada 14 de abril de 1998

En el DF, grave rezago en la previsión de siniestros

Bertha Teresa Ramírez Ť La falta de prevención contra siniestros en industrias, comercios y empresas de servicios del Distrito Federal ``es una papa caliente'' que se lanzará en breve a las 16 delegaciones políticas. Según ordenamiento legal, el Departamento de Dictaminación de Riesgos de la Dirección de Siniestros y Rescate de la Secretaría de Seguridad Pública transferirá a las jurisdicciones los 317 mil expedientes del Registro de Normas de Seguridad, correspondientes a toda clase de negocios establecidos en la ciudad de México.

Sólo 10 por ciento de los expedientes cumplen con la revisión periódica de sus instalaciones, señaló David León Méndez, director ejecutivo de esa dependencia, quien dijo que la utilización de sustancias químicas peligrosas, así como el manejo de millones de tanques de gas, son los peligros más serios para la ciudad.

Por su parte, el director del Cuerpo de Bomberos, Alejandro Aguilar López, expuso que la corrupción que se ha dado en la expedición de permisos de apertura de empresas originó que muchas no cumplan con las medidas de seguridad.

El funcionario señaló que es ``una vergüenza exponer en foros internacionales que en la ciudad de México se llegan a registrar un promedio de 54 mil servicios contra siniestros al año, lo que refleja que existen serias fallas en las medidas de prevención. Falla el que a cambio de algún dinero le den el visto bueno de funcionamiento a un inmueble, el peligro así se extiende a todos lados, hasta los hogares''.

Aguilar dijo lo anterior durante una entrevista con La Jornada el pasado 1o. de abril, cuando fue ratificado en su cargo, y advirtió que este tipo de inspección sale del área de la competencia de los bomberos, quienes desde 1970 no realizan dicha supervisión.

Asimismo, León Méndez reconoce que ``es increíble la facilidad con que se manejan miles y miles de cilindros de gas doméstico sin ninguna precaución, es precisamente por esto que es muy alto el número de actuaciones de los bomberos, además de que existe una desatención total en el manejo de sustancias químicas peligrosas''.

Hasta noviembre del año pasado, el Departamento de Dictaminación de Riesgos de la Dirección de Siniestros y Rescate era la oficina encargada de inspeccionar que las empresas o negocios que abrieran contaran con las medidas para evitar siniestros, ya que sin ella no se autorizaba la apertura de los negocios o industrias, pero debido a una disposición del comité desrregularizador durante el gobierno de Oscar Espinosa Villarreal, son las delegaciones a través de los directores responsables de obras quienes realizan dicha labor.

Explicó que además la Dirección de Siniestros y Rescate tenía como función asesorar a propietarios o usuarios de inmuebles, comerciales, habitacionales y de servicios en lo relativo a la implantación y operación de sistemas de seguridad e incendios en coordinación con la Dirección de Protección Civil. Además, era responsabilidad de esta oficina evaluar los riesgos y el proporcionar información técnica que hiciera mantener los niveles de seguridad mínima en los establecimientos. Este trámite conocido como ``visto bueno'' era gratuito.

El funcionario dejó entrever que dado que la inspección después de la apertura no era obligatoria, era imposible para esa oficina saber en qué estado se encuentran los sistemas contra riesgos de los 317 mil registros de negocios, hoteles, restaurantes y empresas que operan en la ciudad; sólo advirtió que la problemática es mucha ``no todo se apaga con agua y algunos de los siniestros se producen por razones naturales, otros por negligencia y que algunos de los expedientes no han sido tocados desde hace 18 años, ya que la inspección después de la apertura de los negocios no era de carácter obligatorio ni era sancionada por parte de esta oficina, ya que la labor de sancionar es de otras dependencias, como la Secretaría de Industria y Comercio''.

En la prevención ayudan las aseguradoras que resguardan a empresas peligrosas que manejan tintas altamente inflamables o las fábricas de papel a gran escala o las empresas de fotografía o gaseras o las que transportan grandes cantidades de sustancias químicas, entre otras, pero el problema lo constituyen las pequeñas factorías que manejan este tipo de sustancias y que muchas veces actúan en forma clandestina.