Llaman los obispos Ruiz y Vera a trabajar por la reconciliación y la justicia
Elio Henríquez, corresponsal, San Cristóbal de las Casas, Chis., 12 de abril Ť Los obispos Samuel Ruiz García y Raúl Vera López hicieron un llamado a trabajar por la paz, fomentar la reconciliación, construir la unidad y establecer la justicia.
Afirmaron que ``ningún dolor, ninguna lágrima, ni el rostro femenino de la pobreza ni las incursiones atemorizantes en las comunidades ni la angustia de los que no saben qué paso dar quedan estériles ante Dios''.
En un mensaje leído conjuntamente en la Catedral de San Cristóbal, los prelados dijeron que el sufrimiento en la diócesis local ``penetra el corazón de los desplazados, se concretiza en el hambre física y en el anhelo de justicia, corroe la unidad en las comunidades, fomenta la división hasta niveles de pérdida de identidad y desalienta aun a los que han permanecido firmes''.
Titulado Saludo pascual, en el mensaje de una cuartilla los obispos de San Cristóbal explicaron lo que significa para los chiapanecos hoy en día ser cristianos: ``Trabajar por la paz, fomentar y vivir la reconciliación, construir la unidad y establecer la justicia, pues hemos sido colocados por la providencia de Dios en tal situación, que podemos y debemos mostrar en nuestras vidas''.
De este modo, agregaron, ``en la Pascua continuada que el señor nos permite vivir hoy, les decimos con el apóstol Pablo: permanezcan firmes, unidos en un mismo espíritu, luchando todos juntos por la fe del Evangelio. No se dejen atemorizar en lo mínimo por los enemigos, pues Dios ha dispuesto que lo mismo que para ellos es señal de perdición, para ustedes lo sea de salvación''.
Ruiz García y Vera López manifestaron: ``Desde nuestra propia experiencia muchos hemos sido cada vez más conscientes de que ser cristianos es ser testigos de la pasión y muerte de Cristo y, más que todo, de su resurrección''. Nuestro corazón, subrayaron, ``ha pasado más de una vez por momentos como los de Jesús en Getsemaní''.
La mayoría manda: Arizmendi
José Antonio Román Ť El obispo de Tapachula, Felipe Arizmendi Esquivel, exhortó a todos aquellos que exigen leyes justas sobre derechos y cultura indígenas a saber escuchar a quienes sostienen opiniones contrarias a la propia y respetar la decisión de la mayoría en las instancias del debate nacional.
No siempre, agregó, nuestro criterio sale vencedor. A veces hay que saber callar y esperar tiempos mejores. Eso es prudencia histórica. Eso es también justicia y democracia. Porque muchas veces por pretender imponer a la fuerza un punto de vista y exigir que se acate todo lo que uno piensa, se pierde todo y no se avanza.
En su mensaje de Pascua, el obispo señaló que si por ahora, debido a la conformación de las legislaturas, no se puede lograr cuanto se debiera para los indígenas, ya vendrán otros tiempos en que se darán pasos más avanzados. Pero no por querer lograr todo, se pierda todo.
Dijo que la plena democracia no se logra de un día para otro. Las intransigencias demuestran poca madurez psicológica y social; son un atentado a la cultura democrática. ``Sigue la oscuridad del Viernes Santo y no llega el amanecer de la resurrección'', advirtió.
Arizmendi Esquivel subrayó que hay que aprender de la historia y recordó el ejemplo que vivió la Iglesia y su jerarquía cuando se discutían en el sexenio pasado los cambios constitucionales en materia de libertad religiosa, en particular del artículo 130. ``No todo quedó como queríamos los obispos; hay varios puntos que todavía esperan tiempos distintos. Pero se logró un avance considerable que hubiéramos retrasado o perdido si los obispos hubiéramos sostenido en forma irreductible nuestras posturas y exigencias, que por otra parte consideramos justas. La prudencia histórica es muy importante para no perder lo conseguido''.
Agregó que no es posible tener una patria transformada, justa, democrática, pacífica y fraterna, sin el esfuerzo sincero de todos por escucharnos, por respetarnos y sabiendo ceder en nuestras posturas, aunque parezcan razonables, cuando el bien común pide unidad y armonía, como camino imprescindible para la paz.
Las descalificaciones sistemáticas entre personas, partidos, grupos, organizaciones e iglesias sólo provocan desconcierto y dificultan el proceso de paz. Si en verdad se quiere servir a los pobres y en particular a los indígenas, hay que dejar intransigencias que sólo provocan mayor miseria para los mismos. Las posturas excluyentes no son democráticas, señaló el obispo Arizmendi.
Por otra parte, sacerdotes y religiosos de la Arquidiócesis Primada de México afirmaron que la campaña de desprestigio a la persona del obispo Samuel Ruiz, a su labor y a su diócesis, es un ``signo inequívoco'' de que su ministerio sacerdotal y sus opciones pastorales están en la dirección del seguimiento de Jesús, ``que no vino precisamente a buscar fama o a hacer componendas con el sistema corrupto de su tiempo''.
En una carta abierta al obispo de San Cristóbal, los presbíteros expresan también su afecto, reconocimiento y gratitud hacia Ruiz García ``por su testimonio en favor de la justicia y de la paz en nuestro país, compromisos que don Samuel ha vivido junto a los pobres con singular firmeza evangélica''.
La misiva pretende aclarar el editorial del periódico arquidiocesano Nuevo Criterio, en el cual se descalificó recientemente la labor de la Conai. El periódico, dice la carta, no es la voz oficial de la Arquidiócesis de México, sobre todo en este delicado y complejo asunto de Chiapas. Se trata de la responsabilidad del director de dicha publicación y de algunos de quienes asesoran y escriben en ese medio informativo.
``Estamos seguros de que usted, junto con los suyos, reflexiona, discierne y saca provecho de las críticas que se le hacen, sobre todo de las que provienen de un espíritu de verdadera corresponsabilidad para dar un mejor servicio a la paz y a la justicia que, finalmente, son los valores evangélicos y humanos a los que está llamada la Iglesia a servir y que se encarnan hoy también en las diversas voces de la sociedad en su conjunto, tanto en lo nacional como en lo internacional'', expresa.
Asimismo, señala que emitir opiniones ligeras o sofisticadas, sin los criterios anteriores, no tiene ninguna autoridad moral. ``Lo que nos parece falto de toda caridad y prudencia es juzgar sin más, a su persona, a su labor y a su diócesis. Permítanos el privilegio, aunque sea sólo moralmente en esta ocasión, de lavar junto con usted los pies de nuestros hermanos indígenas; ellos han expresado su palabra junto a la cruz de Jesucristo y a los pies de la Virgen de Guadalupe, aunque parece que no la hemos querido escuchar; ellos han dialogado con las autoridades, o con quienes las han representado, y hoy piden que su voz sea escuchada y tomada de verdad en serio''.
Finalmente, piden a Dios que le siga dando a Samuel Ruiz, al obispo coadjutor Raúl Vera López, a sus presbíteros, diáconos, religiosos y religiosas y catequistas, prudencia evangélica, humildad, espíritu de fortaleza y, sobre todo, caridad pastoral para vencer el mal a fuerza del bien.
Entre los sacerdotes están: Manuel Zubillaga, director de Cáritas; Mario Angel Flores, responsable de la Comisión de Cultura de la Arquidiócesis y secretario ejecutivo de la Comisión para la Doctrina de la Fe del Episcopado Mexicano; Guillermo Ortiz Mondragón, Jesús Maldonado, Jesús Herrera y José Alfonso Candia, Eduardo Bravo Fernández, Fraternidad de los Hermanos del Evangelio del Padre Carlos De Foucauld y Arturo Román, Misioneros Pasionistas del vicariato de Santa María de Guadalupe.