Disminuyó la visita de ballenas a la laguna de San Ignacio
Sandra Weiss
Este invierno vinieron menos ballenas a la laguna de San Ignacio, en Baja California, lugar predilecto para la reproducción de ese mamífero marino. Científicos de la Universidad de Baja California Sur, que desde 1996 estudian el comportamiento de las ballenas grises, relacionan ese hecho con el fenómeno climático El Niño.
``Este año vinieron solamente unas 50 ballenas a San Ignacio, comparado con 250 animales adultos del año pasado'', dijo Stefan Ludwig, científico alemán que realiza su doctorado sobre la migración de esos cetáceos.
Además, las ballenas y sus ballenatos abandonaron la laguna antes de fines de marzo para viajar a las frías aguas árticas, donde encuentran muchos alimentos y pasan el verano. ``Actualmente quedan sólo unos 20 ejemplares en San Ignacio'', explicó el científico alemán.
En la laguna Ojo de Liebre, sin embargo, que se ubica a unos 150 kilómetros más al norte, se contaron este año más de mil 800 ballenas, una cifra récord.
Los estudiantes del Departamento de Biología Marina montaron sus tiendas de campaña en enero, y pasaron tres meses en este lugar aislado para estudiar el comportamiento de los cetáceos, sacando fotografías y usando emisoras en miniatura.
``Todavía es muy temprano para sacar conclusiones -manifestó Stefan Ludwig-, pero hemos observado, por ejemplo, que alrededor de 20 ballenas que vinieron el año pasado a la laguna regresaron en esta ocasión.''
Sobre el turismo para el avistamiento de las ballenas, los estudiantes registraron que los animales se quedan menos tiempo hundidos cuando ven a las pangas. En esos momentos, sobre todo las llamadas ``amistosas'' se acercan a las embarcaciones, las empujan a veces y se dejan tocar por los turistas, quienes viven así momentos muy emocionantes tan cerca de esos gigantes del mar.