Enrique González González, investigador del Centro de Estudios sobre la Universidad (Cesu) de la UNAM, se interesa en dos líneas principales de estudio, la historia de las universidades y la historia del humanismo; en concreto, se ocupa de la figura de Luis Vives.
Obtiene, sistematiza, analiza e interpreta información que encuentra en Europa, Sudamérica y México sobre ese humanista valenciano. Le interesa conocer y dar significado a su influencia (se hicieron más de mil ediciones de sus obras, sólo en el siglo XVI). Tomás Moro, en una carta dirigida a Erasmo de Rotterdam, decía que él ya había expresado lo que Vives casi con las mismas palabras, pero que le daba miedo decirlo públicamente. Vives fue, entonces, un hombre sensible, receptivo que supo dar orden y divulgar las ideas que estaban en el aire.
En 1992 montó la exposición bibliográfica Vives, edicions princeps, inaugurada por los reyes de España y organizada por la Generalitat Valenciana y la Universidad de Valencia, donde González obtuvo su doctorado en 1991. Con su colega Víctor Gutiérrez ha buceado en la información de bibliotecas europeas, estadunidenses y sudamericanas para reconstruir la influencia de Vives en su tiempo: hay que ir a las impresiones y las reimpresiones hasta llegar al origen de la publicación y, al mismo tiempo, construir una ruta de comentarios y omisiones en lo existente para inferir y obtener conclusiones. Es como un rompecabezas, con piezas centenarias, dispersas en el mundo. Y hay que completarlo.
Acaba de ser nombrado asesor científico del Centro de Historia Universitaria Alfonso IX, en la Universidad de Salamanca. De su línea de investigación sobre las universidades dice: ``Estudio sobre todo la época moderna (a partir del descubrimiento de América, hasta la Revolución Francesa o la independencia de las colonias americanas), tanto en las universidades europeas como en las americanas, porque unas no se entienden sin las otras. Las universidades procuraban un control del saber y las certificaciones, con el fin de que sirviesen a sus miembros para ascender por la escala social.''
González, (Cotija, Michoacán, 1951) explica: ``El estudio del humanismo me interesa vinculado al de la historia de las universidades. Se trata de un movimiento intelectual y artístico múltiple que se da al margen de las exigencias corporativas de las universidades, y que las cuestiona. Trata de renovar las ciencias y la enseñanza. Nace en Italia a fines del siglo XIV y luego pasa a distintos países europeos. Hago estudios sobre el surgimiento de unas universidades para conocer las condiciones que las hacen posibles y cuáles son los condicionamientos sociales y políticos que marcan su desarrollo posterior. Por otro lado, cuál es el curso que toma la universidad por sí misma, a pesar de los poderes o precisamente por los poderes que la influyen; cómo se comportan los propios universitarios y cómo desarrollan o dejan de desarrollar su propia universidad, con sus principios y su autonomía''.
Una etapa interesante de los cuatro y medio siglos de tradición universitaria que tenemos en México es cuando florece la Ilustración (de ella abrevaron nuestros criollos independentistas). En esa época ocurre la revolución científica, que se incubó durante el periodo humanista. Las universidades sólo formaban médicos, abogados y teólogos. En aquel tiempo dejaron de ofrecer un marco de conocimientos suficientes para estudiar asuntos técnicos, por ejemplo la minería, (que se estudia en el Palacio de Minería, donde nació la Facultad de Ingeniería).
Parte de su quehacer es contribuir a la formación de nuevos investigadores. Para él no tiene razón de ser el investigador aislado en su cubículo e insta a sus alumnos a que busquen nexos con otros colegas e intercambien información.
``Ha habido personas interesadas en hacer cambios en las universidades y me han invitado a opinar sobre qué se hizo o qué no en el pasado. Todo quehacer humano se basa en la información, de ahí la importancia que tiene la investigación científica. Tener conciencia de la información permite planear y ejecutar, para bien o para mal. Así, el lugar común `información es poder' me parece cierto. Con base en ese conocimiento, que es experiencia, actuamos''. (Rocío Incera)(Fotos: Carlos Ramos Mamahua)