La guerra de baja intensidad que tiene su epicentro en las montañas rebeldes de Chiapas, se vale de un arma psicológica fundamental: la angustia inducida. Sin embargo, los efectos de la angustia inducida que se ejerce contra los pueblos indígenas del sureste nos dañan a todos, nos golpean a todos por igual. ¿Cuál es el objetivo de ese horrible armamento científico? Destruir, en forma sistemática, progresiva e imperceptible a primera vista, el sistema nervioso del adversario. La angustia inducida desde el poder es, por lo tanto, un arma médica, y debe ser proscrita como las armas biológicas y las armas químicas.
-¿Hay noticias? -pregunta Emma Thomas, con su flamante libreta de taquígrafa.
-Sí -dice el tonto-. Cambios en el gabinete. Después de Semana Santa se van Carlos Rojas, de la Secretaría de Desarrollo Social (Sedeso), y Javier Bonilla, de la Secretaría del Trabajo y Previsión Social (STPS). En lugar de ellos entrarán Liébano Sáenz y Genaro Borrego, que deja el Seguro Social.
-¿Se va Carlos Rojas? -digo, sudando en camiseta, frente a una limonada sin hielo en El Imperio de los Sentidos.
-La Sedeso -dice el tonto- es una pieza clave en el esquema de contrainsurgencia implantado en Chiapas, y va a cobrar nuevo impulso. Carlos Rojas se va porque de enero de 1995 a enero de 1998 el régimen gastó, a través de él, 59 mil millones de pesos en Chiapas, que no sirvieron de nada.
-Y en el mismo lapso -dice la Thomas-, despilfarró 48 mil millones, pero de dólares, en dizque salvar a la banca.
-Pero no a través de Rojas -intervengo-, sino de Guillermo Ortiz.
-Sí -dice ella-, pero tampoco sirvieron de nada.
-Sí -le reviro-, pero con una diferencia: el dinero destinado a la banca sí llegó a los banqueros, mientras el dinero para cooptar al EZLN quedó en manos de los políticos de Tuxtla.
-¿Cuál era el fin de ese dinero? -dice el tonto-. Oficialmente, ``combatir la pobreza''. Pero en términos de estrategia gubernamental, política y militar, su objetivo era quitarle base social al EZLN, frenar su desarrollo político. Sin embargo, fracasó.
-Más despacio -dice la Thomas.
-A pesar de esa enorme inversión, el EZLN sigue y sigue creciendo. El día de ayer, en una respuesta indirecta a quienes por todos los medios exigen que digan algo, una palabra, lo que sea, respecto de la ``reforma indígena'' de Francisco Labastida y Felipe Calderón, los zapatistas anunciaron la inauguración de un nuevo municipio autónomo, con cabecera en el ejido Taniperlas, que abarca más de 50 comunidades de la cañada de Ocosingo.
-``El EZLN cumple los acuerdos de San Andrés'' -recita la Thomas, con voz de locutora, y tararea una fanfarria.
-Es cierto -dice el tonto-, en la mesa de San Andrés las partes se comprometieron a re-mu-ni-ci-pa-li-zar aquellas regiones del país donde sea mayoritaria la población indígena. Era una demanda zapatista y el Ejecutivo federal la hizo suya. Todavía está fresca la tinta con que Marco Antonio Bernal y Jorge del Valle firmaron ese papel.
Una semana antes de Semana Santa, el hombre más cercano a Luis Donaldo Colosio hasta el día de Lomas Taurinas, el artífice de la campaña de 1994 que volcó 17 millones de votos a favor del candidato presidencial del PRI, el discreto consejero que desde entonces tiene fama de ser ``el mejor operador político'' del doctor Zedillo, abandonó su despacho en la residencia oficial de Los Pinos y se fue a Europa...
-¿Desterrado? -exclama la Thomas-. ¿Como la Quina, por ejemplo?
-No -dice el tonto-. Se fue a descansar... antes de asumir sus nuevas responsabilidades.
-¿De quién estamos hablando? -digo, inepto como soy para las adivinanzas políticas.
-Nació en Chihuahua, perteneció al Grupo Estrategia, era el vocero oficial de Colosio durante la campaña, ¿no atinas?
Emma Thomas y yo nos vemos, y lo vemos, con la mente en blanco. El tonto se pone de pie.
-Liébano Sáenz -dice-. Ya es hora de irnos.
Hace un año, durante las celebraciones de La Pasión de Tecamacharco, el tonto del pueblo protagonizó un escándalo que le costó cuatro meses de cárcel, acusado de tratar de robarse el corazón de una mujer. Esta era una muchacha, muy hermosa por cierto, que disfrazada de odalisca intervino en la representación del Vía Crucis. La historia ocupó no pocas páginas de este diario a lo largo de 1997. Hoy, sin embargo, las cosas han cambiado. El nuevo presidente municipal, don Rito Ornelo, ciudadano independiente que fue elegido bajo el escudo del PRD como candidato externo (aunque todavía no toma posesión), ha dado una encomienda especial a nuestro héroe: pronunciar una conferencia sobre Chiapas en la Casa de la Cultura Adolfo Gilly.
-Y si el evento es un éxito -me dice el tonto que le dijo don Rito-, te nombro director de la casa.
Estamos, pues, en el lugar de los hechos. Unas 20 personas se han congregado en el vestíbulo de la casa, y miran hacia lo alto escudriñando los efectos que provoca el sol en el tragaluz, obra de un artista local, que reproduce El hombre en llamas, de Orozco, con abundantes llamas, por supuesto, pero en lugar del hombre la que se rostiza es la Venus de Botticheli, cuyo rostro, me atrevo a sospechar, de algún modo tiene rasgos de Emma Thomas.
El conferenciante ya está en el estrado, las manos entre una jarra de agua tibia, a la izquierda, y un micrófono a la derecha, que desde luego no funciona. Lo cual, por otra parte, no es grave, toda vez que la casa de la cultura carece de instalación eléctrica. Llevaba años cerrada. Huele a musgo, de hecho.
Y se lo digo a la Thomas, en un susurro, mientras el tonto inicia su disertación con ideas robadas al primer párrafo de esta plana.
-Huele a musgo de lecho, no de hecho -me devuelve ella, en voz aún más baja.
Y sofocamos una risa en el aire de sofocación que nos envuelve, al tiempo que el orador pronuncia: ``La angustia inducida, por lo tanto, es un arma médica, y debe ser proscrita como las armas biológicas y las armas químicas.''
Cuando el nuevo secretario de Gobernación asumió sus funciones, el 3 de enero de este año, y por eso digo ``nuevo'' aunque a todos nos parezca ya desgastadísimo en tan corto tiempo, empezó a cobrar forma la implacable ofensiva psicológica, propia de la guerra de baja intensidad, que desde el 15 de marzo el régimen libra en Chiapas contra la población civil del EZLN.
En esa fecha se puso en acción una estrategia mixta. Francisco Labastida Ochoa apareció en todos los televisores del país, en un cortometraje que fue realizado con equipo de cine (no de video, que es más barato), y dio a conocer que el ``gobierno'' estaba dispuesto a entablar una nueva relación con los pueblos indígenas, en el marco de los acuerdos de San Andrés, pero sin el EZLN. O lo que es lo mismo, en un marco sin Marcos (risas del público). Al mismo tiempo, el Ejército y la Procuraduría General de la República inauguraron un operativo militar, primero en La Realidad, inmediatamente después en Oventic y por último en La Garrucha, Morelia y Roberto Barrios, o sea, en las cinco comunidades zapatistas donde se encuentran los simbólicos Aguascalientes.
Con aviones y helicópteros de ambas dependencias, ninguna de las cuales tiene autorización del Poder Legislativo para efectuar maniobras de guerra contra ninguno de los habitantes de este país, el hostigamiento adquirió una intensidad insoportable.
Hermann Bellinghausen, en sus crónicas, narra que ha atestiguado hasta 28 vuelos rasantes en un solo día sobre los techos de La Realidad. Esta forma de angustia inducida ha causado no pocas enfermedades gastrointestinales a niños, mujeres, ancianos y hombres comunes y corrientes. La impresión de ver un avión de combate que desciende en picada con sus piezas de artillería listas para derramar la muerte a su paso es terrible, cuentan muchos otros testigos presenciales.
Simultáneamente, la ofensiva ha sido acompañada con otra variedad del terror: el bombardeo de propaganda. Primero fueron los spots que mostraban a Labastida Ochoa, delante de unos luminosos vitrales, machacando su discurso de toma de posesión. Después han venido sucediéndose ``anuncios'' más sofisticados, que vale la pena analizar aquí, para revelar su profundo carácter racista. Pasemos al siguiente número.
Veamos el eslogan: ``Unidos POR una nueva relación con los pueblos indígenas''. Destaco la partícula ``por'', ya que en esta preposición reside la clave del mensaje. ¿Quiénes están unidos POR (el afán de imponer) una nueva relación con los indígenas? Todos lo sabemos: el PRI y el PAN. ¿Por qué se ufanan de su alianza y nos la pregonan y reiteran en todos los canales de televisión, en todos los cortes comerciales, a todas las horas del día y de la noche? Pero, sobre todo, ¿por qué nos refriegan su voluntad de trazar una línea divisoria entre ellos y los indígenas?
Si el mensaje de la Secretaría de Gobernación dijera, por lo contrario, ``unidos EN una nueva relación con los pueblos indígenas'', el sentido sería más generoso, al menos como propósito. Pero no es así. Peor aún, el texto es ilustrado con imágenes que, si algo prueban, es que quienes exigen a gritos dialogar con los indígenas poseen de ellos una visión folclorizante, que proviene de la misma concepción racista. En nuestras pantallas nos hemos cansado de ver ``inditos'' de ropa limpia y bien planchada, risueños, sonrientes, felices mientras los baña la lluvia o modelan ollas de barro en paisajes idílicos, dignos de un calendario de la Secretaría de Turismo o de un cartel de alguna aerolínea.
El régimen, por un lado, castiga a los indígenas verdaderos con la parafernalia del terror psicológico y la angustia inducida por los aviones, y por el otro, nos martiriza con la insoportable publicidad. Los vuelos rasantes y la permanente agresión televisiva son las dos afiladas puntas de un mismo lápiz, que el ``gobierno'' usa para escribir la historia de nuestras vidas con apego a las normas gramaticales de la guerra.
Muchas gracias.
Pero sólo Emma y yo permanecemos en el salón.