El conflicto en Chiapas no tiene carácter religioso, asegura el obispo auxiliar de la ciudad de México
José Antonio Román Ť Aun cuando el conflicto en el estado de Chiapas es sumamente complejo, ``por fortuna'' no es ni tiene un carácter religioso, como algunos sectores lo han asegurado, afirmó el obispo auxiliar de la Arquidiócesis Primada de México, José de Jesús Martínez Zepeda.
El religioso calificó de ``positiva'' la decisión gubernamental de realizar un operativo policiaco-militar para decomisar armas en San Cristóbal de las Casas, pero sería deseable --dijo-- que este tipo de medidas también se llevaran a cabo en otras partes y desarmar a todos los grupos, con excepción del EZLN, a quien ampara la Ley de Concordia y Pacificación.
``El deseo de la paz tiene que ir acompañado de hechos concretos. No podemos decir que queremos la paz, mientras otros grupos se siguen armando'', señaló el prelado, quien pidió una investigación profunda para determinar si efectivamente detrás de los grupos armados existen líderes religiosos, ya sea católicos o evangélicos.
Entrevistado en la catedral metropolitana, al término de la misa del Santo Crisma, concelebrada por el cardenal Norberto Rivera y el nuncio Justo Mullor, el obispo auxiliar insistió en que existen múltiples evidencias y datos que demuestran que el conflicto en Chiapas no es religioso, pues en infinidad de casos los líderes de diversas denominaciones han estado a punto de alcanzar acuerdos producto del diálogo, cuando se presentan obstáculos de diversa indole, incluso políticos y ajenos a ellos.
Martínez Zepeda se refirió también al cuestionamiento que la arquidiócesis de México ha hecho a la Conai y al trabajo del obispo Samuel Ruiz, a través del editorial de Nuevo Criterio, órgano de divulgación arquidiocesano. Los obispos, dijo, ``defendemos a don Samuel de los ataques, pero no ha sido el Episcopado Mexicano ni los obispos quienes han creado ese organismo mediador ni han propuesto a Samuel Ruiz como su presidente; por lo tanto, los únicos que lo pueden desconocer son las partes en el conflicto, ya sea el gobierno o el EZLN, nadie más. Ellos y sólo ellos, deben decidir si desean que la Conai y don Samuel sigan al frente de la mediación. La Iglesia no tiene nada que cuestionar a don Samuel''.
Finalmente reconoció que el papel mediador de Ruiz se ha vuelto difícil de aceptar, por lo menos para el gobierno, pero su labor está respaldada por un largo trabajo pastoral. ``Desde muy jovencito fue a trabajar allá con un proyecto que fue aceptado por todos los organismos que estaban más cerca de los indígenas''.