Alejandro Nadal
Banco de México: ¿política cambiaria autónoma?

El debate sobre el fortalecimiento de la autonomía del Banco de México (BdeM) es insuficiente y desorientador. Tal pareciera que lo único que está en juego es la independencia del banco central frente al Ejecutivo federal. Las declaraciones del gobernador del instituto así lo confirman. En realidad, hay varios puntos tanto o más importantes que no se han tomado en cuenta. Uno fundamental se relaciona con la posibilidad de mantener una política cambiaria autónoma. Para ilustrar esto, considere el lector los hechos siguientes.

Muy entrada la noche del 23 de marzo de 1994, Robert Citrone, gerente de Fidelity Investments, pudo comunicarse con funcionarios del Banco de México. La llamada no era para informarse sobre el estado de salud del candidato del Partido Revolucionario Institucional. Los funcionarios del banco lo calmaron asegurándole que el peso se mantendría estable, pero como siguió cayendo en los días siguientes, Citrone y otros administradores de fondos y corredurías entraron en acción.

El 30 de marzo 1994 John Liegey, presidente del Weston Group, que canalizó 5 mil millones de dólares a México en 1993, organizó el Weston Forum, integrado por representantes de grandes fondos y corredurías: Fidelity Trust Co., Scudder Stevens & Clark, Oppenheimer Management, Putnam Funds, Soros Fund Management, Salomon Brothers, Nomura Securities, y desde luego, el Grupo Weston.

Sin perder tiempo, el 8 de abril el Weston Forum se reunió con el subsecretario Guillermo Ortiz, un vicegobernador y el director de investigación del Banco de México. Objetivos: ``recomendar'' a México disminuir el deslizamiento diario del peso, proporcionar cobertura cambiaria a los Tesobonos y autorizar a los bancos aumentar su nivel de endeudamiento en divisas (hasta 25 por ciento de sus activos totales). En caso de devaluación los bancos estarían acabados.

De seguirse el consejo del Weston Forum se mantendría la sobrevaluación y México asumiría todos los riesgos. De aceptar México las recomendaciones, los miembros del foro canalizarían 17 mil millones de dólares a instrumentos mexicanos en 1994.

Para dejar claro el mensaje, el 20 de abril los integrantes del Weston Forum dejaron de comprar Cetes para remplazar vencimientos y la tasa de interés se disparó, sacudiendo a la Bolsa Mexicana de Valores. Los funcionarios mexicanos captaron el mensaje.

El 21 de abril, Liegey y miembros del Weston Forum, en reunión con Guillermo Ortiz y los funcionarios del Banco de México, escucharon complacidos que se venderían más Tesobonos, se absorbería el riesgo cambiario y se revisaría el proceso de subasta de títulos para facilitar la participación de fondos extranjeros.

El gobierno mexicano y el banco central (que ya era autónomo) capitularon porque, en su lógica de corto plazo, es prioritario salvar el modelo unos meses. El Weston Forum había logrado lo que le gustaría hacer en Estados Unidos: presionar para imponer políticas que le permiten elevar sus ganancias al máximo.

¿Cómo interpretar esta historia? El modelo económico que el gobierno insiste en aplicar descansa sobre una premisa: falta ahorro interno y la inversión extranjera es necesaria, pero en la actualidad el llamado ahorro externo proviene fundamentalmente de los fondos de pensión. Ni la banca comercial ni el Banco Mundial manejan el volumen de recursos de estos actores del mundo financiero.

Nada en el régimen actual o en las reformas enviadas al Congreso garantizan que el Banco de México aplicará una política cambiaria racional. Las fuerzas económicas desencadenadas en materia de flujos de capital y la vulnerabilidad que el gobierno escoge para la economía mexicana son factores que quedan fuera del ámbito del régimen actual del banco central. Ni el gobierno ni los partidos políticos han planteado una reforma seria para subsanar este problema.

Este año México tendrá un déficit en cuenta corriente cercano a 15 mil millones de dólares y se recurrirá a la inversión de cartera para financiarlo. Se retoma el camino de diciembre 1994. ¿Estarán preparados el nuevo banco y su gobernador para enfrentar las ``recomendaciones'' de los operadores de fondos y corredurías?