Bernardo Bátiz
Freno a la nación

El señor secretario de Gobernación declaró hace un par de días que un pequeño grupo armado, el EZLN, no puede frenar el desarrollo del país. Se entiende que el importante funcionario público atribuye a los zapatistas de Chiapas la acción de freno al avance de nuestra nación; que no puede avanzar o que avanza más lentamente de lo deseable por culpa del levantamiento indígena o de su negativa a continuar el diálogo suspendido, en tanto no se cumpla lo ya acordado.

Es muy cierta la fuerza moral con que cuenta el EZLN, derivada de la decisión de sus integrantes a ofrendar sus propias vidas por lograr un cambio en la situación de sus pueblos indios, y también de la razón que los respalda y la habilidad que han tenido para expresarla aquí y afuera; sin embargo, es demasiado atribuir a este grupo la capacidad de frenar al país.

Desde algún aspecto, por el contrario, se podría decir que la sacudida que dio el levantamiento no sólo no frenó, sino que aceleró el proceso hacia la democracia; no podemos olvidar que poco después del 1o de enero de 1994, fue posible crear un órgano importante en nuestra historia electoral: el Instituto Federal Electoral (IFE), integrado por consejeros de gran prestigio y sin compromisos partidistas, lo que le dio autonomía y abrió caminos para que el manejo de los procesos electorales fuera más claro y más difíciles las manipulaciones de votos.

El levantamiento de los comandantes indios, también puso en el tapete de la discusión nacional el tema de la gran injusticia histórica que se ha venido cometiendo en contra de los pueblos prehispánicos de este continente y en especial de nuestro país. Sin el llamado enérgico de los zapatistas, sin el ``ya basta'' de Marcos, de seguro no estaríamos ahora discutiendo las reformas constitucionales que ocupan tanto al Poder Legislativo, como al Ejecutivo y a la opinión pública; eso no es frenar, sino acelerar el desarrollo político del país.

Ahora que si de lo que se trata es de atribuir a los zapatistas el freno del desarrollo económico, habría que pensar al menos que si fuera un factor de ese freno, ni sería el más significativo ni mucho menos el único.

Otras causas más antiguas y más profundas son las que han frenado desde hace mucho el avance de México y son, algunas de ellas, las mismas que provocaron el levantamiento del 94.

Entre estas causas que detienen nuestro avance como país, está sin duda el bajo nivel de la educación, provocado por la desatención a los profesores y a las escuelas. No ha podido cumplir el sistema con el compromiso básico de educar bien a los niños y a los jóvenes de México.

Otro factor es la corrupción que impide que el esfuerzo del trabajo de todos reditúe en beneficio de quienes ponen sus bienes y su esfuerzo en la producción de satisfactores de necesidades. Gran parte de lo que producimos entre todos, beneficia, vía corrupción, a un ejército de vividores que sin dar nada a cambio, sin ser socialmente productivos, se benefician injustamente. Aquí entran las mordidas, las comisiones, los negocios en beneficio propio, amparados en las obras públicas.

Podemos también citar a la inseguridad generalizada en caminos, ciudades y poblaciones rurales, que ciertamente no se circunscriben al norte de Chiapas o a las Cañadas.

Como se ve, el EZLN fue promotor de avances en lo político; y en lo económico, corrupción, neoliberalismo, errores administrativos son los verdaderos causantes de nuestro atraso.