Eduardo R. Huchim
Logros contra el delito

El tamaño de la irritación social por el embate de la delincuencia quizá puede medirse con las airadas reacciones que generó una infortunada declaración del secretario de Seguridad Pública, Rodolfo Debernardi, en el sentido de que todavía no nace quien ``pueda acabar con la delincuencia en la ciudad de México ni en ninguna otra parte del mundo''.

A diferencia de lo que cree el jefe de gobierno del Distrito Federal, Cuauhtémoc Cárdenas, difícilmente Debernardi sea el personaje más idóneo para dirigir a la policía capitalina, debido a su formación militar que resulta inadecuada para un cuerpo de protección civil. Pero partir de la citada declaración para atacarlo e incluso exigir su renuncia resulta una desproporción, porque sus palabras se fundamentan en la verdad: es imposible acabar (o sea finiquitar, desaparecer) a la delincuencia. Lo que sí es posible es frenarla, acotarla y castigarla, es decir lo que no se hace en grado satisfactorio en la macrópolis.

Es tan grave la incidencia delictiva en la ciudad de México que, como se ha dicho en este espacio, si el gobierno cardenista no avanza en forma significativa en ese rubro, el fracaso lo acompañará irremediablemente a él y a su partido.

En los pocos meses que Cárdenas lleva al frente del DF no es mucho lo que se podía hacer. Lo relevante es que sí se han obtenido logros importantes, si bien no se ha sabido comunicarlos suficientemente a la sociedad porque en materia de difusión el gobierno defeño está resultando deficitario, a lo cual han contribuido notablemente los traspiés informativos del oficial mayor, Jesús González Schmal.

Importa detenerse en los logros que ya puede ofrecer el gobierno cardenista en materia de seguridad y justicia, según se lee en el balance de sus primeros cien días:

a) Actualmente sigue ocurriendo un asalto bancario cada tres días, pero a diferencia de 1997, cuando sólo se frustraba o se detenía a uno de los responsables cada 14 asaltos, ahora se impide uno de cada tres. En cien días se detuvo a casi el doble de involucrados en asaltos respecto de los aprehendidos en los once meses anteriores.

b) En cien días se recuperaron 275 automóviles robados, más del doble de antes, y se ha decomisado casi el triple de armas de fuego.

c) En el mismo lapso se ha desmembrado a 177 bandas y detenido a 644 presuntos miembros de éstas, un 60 por ciento más que antes.

d) La Procuraduría General de Justicia del DF, a cargo de uno de los hombres públicos más honrados del país (también con más mal carácter), Samuel del Villar, ha iniciado un plan piloto en la agencia 50 del Ministerio Público, donde mayor número de denuncias se recibe. Resultados: 100 por ciento de las averiguaciones previas fueron consignadas y en 93 por ciento de los casos se obtuvo el auto de formal prisión. Antes, sólo el 10 por ciento de las averiguaciones se consignaban y apenas en 5 por ciento recaía el auto de formal prisión.

e) A pesar de todo lo anterior, el número de quejas recibidas en la Comisión de Derechos Humanos del DF ha descendido en 20 por ciento.

Por supuesto, falta muchísimo para que los avances en esta materia sean percibidos plenamente por la sociedad, pero por lo menos los datos citados acreditan que algo se está logrando, y ya esto es ganancia, porque anteriormente lo que veíamos era el crecimiento irrefrenable del delito y también de la ineficiencia policial.

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En su libro Confesiones políticas (síntesis de mis memorias), que acaba de salir de las prensas de Grijalbo, el ex gobernador yucateco Víctor Manzanilla Schaffer cuenta que, siendo presidente electo, Carlos Salinas de Gortari se reunió en una comida con los gobernadores del país y al final de la reunión los invitó a tomarse una fotografía con él. A petición suya, Mario Ramón Beteta se situó a la derecha y Manzanilla a la izquierda.

``Confieso --cuenta Manzanilla-- que me extrañó el deseo de Salinas, pues no había química entre nosotros. Pensé que tal vez significaba la posibilidad de establecer una relación más cordial. Pero cuando Mario Ramón Beteta pidió licencia, les dije a mis hijos que yo seguía en la lista''.

La foto fue tomada en el último trimestre de 1988. Presionado por Salinas, Manzanilla renunció el 14 de febrero de 1991.