Marco Rascón
La discordia de Mamalena

``Se equivocó la paloma, se equivocaba./ Creyó que el mar era el cielo, que la noche la mañana. Se equivocaba.''
Canción

Se equivocaron porque marzo no era noviembre. Y por este error, el periódico Reforma, Radio Red, la Arquidiócesis y el PAN convirtieron la sentida demanda contra la inseguridad y la marcha del ¡Ya Basta! del 28 de marzo en la movilización de Mamalena, el personaje de la telenovela Mirada de Mujer. Se equivocaron porque pretendieron negar todo cambio en la ciudad y extender argumentos, comparar a Salgado Cordero con Debernardi, al gobierno de la ciudad con el gobierno federal, y a la Procuraduría del DF con la PGR. Les falló porque la intención era fundamentalmente política y sin propuestas.

Apareció Mamalena porque la nueva derecha busca rearticularse en torno al tema de la inseguridad y convertirlo en la palanca para revertir el cambio democrático al que responsabilizan del pasado. El hecho objetivo (además de que eran menos y mayor el respaldo de prensa, radio y televisión) es que demostró la desubicación política y su pretensión de cargar la corrupción y el crimen al nuevo gobierno.

Su primer error es no comprender que las policías del gobierno del DF están también en transición y que hoy se trabaja estratégicamente en un aspecto central: romper la alianza estructural policía-delincuencia; romper el ghetto policial y abrir la institución a una nueva relación con la ciudadanía. Si así se comprendiera, se hubiese entendido el mensaje de grupos, organizaciones, policía, Procuraduría y del gobierno de Cuauhtémoc Cárdenas en el sentido de sustituir esa vieja alianza por la de los ciudadanos con la policía.

Los organizadores de la marcha del ¡Ya Basta! no lo entendieron porque sus objetivos son estrictamente políticos y buscan desgastar al nuevo gobierno; más que pedir la solución al problema de la inseguridad, el tema es para ellos un medio, no un fin. El fracaso de la marcha del 28 de marzo (fracaso en función de las expectativas; se esperaba una asistencia de 80 mil) debe moverlos a la reflexión para que dejen de trivializar el problema de la inseguridad y de hacer una guerrilla contra el gobierno cardenista. Ojalá hubiera más crítica y más movilizaciones con propuestas y sobre todo con orejas para que todos nos escucháramos.

La tendencia a la baja de la delincuencia en la ciudad no puede competir con la intención política, y más cuando la política informativa de un amplio sector de los medios pondera, a través de cinco helicópteros, los hechos de sangre y busca mostrar la fuerza de cada delito con la estadística. Dar mantenimiento a la nota roja se ha convertido en el eje informativo de televisión, radio y prensa, así como en el discurso central de la nueva derecha que busca articularse políticamente y revertir el ánimo progresista de los cambios, sustituyéndolo por la histeria y la desesperanza.

Las notas aparecidas en Reforma, por citar un caso, sobre el concierto de Ramón Vargas, el mismo 28 de marzo, revelaban la intención de los editores: descalificar a los policías como potenciales interlocutores de la música o la ópera, y el afán de concordia que fue visto como una oposición a la marcha que promovieran. O Reforma tiene pocos lectores o efectivamente erraron al enfrentar los dos actos del Zócalo, pues si bien la lógica haría pensar en un propósito común, es necesario diferenciar.

Antes a los policías les daban burlesque en su día. La idea de que son perros y que nos deben tener miedo para ``que nos respeten'' es útil cuando se trata de mascotas pero no como parte de un trato entre iguales, y eso nos recuerda a Mamalena. La segregación de la policía y los ciudadanos ha sido la base para alimentar la corrupción en los cuarteles. La convivencia y una estrategia de concordia común entre policías y ciudadanos tiene más efectos de fondo que la histeria creada a través de la nota roja.

El 28 de marzo se desarrollaron tres eventos: la marcha del ¡Ya Basta!, el concierto de La Concordia, y la graduación de la Academia de Policías. En los tres actos se insistió en restablecer la alianza ciudadanos-policías, pero pareciera que los medios no están preparados aún para vislumbrar e impulsar nuevas estrategias en favor de la seguridad en la ciudad. Por eso les fue como les fue y por eso nos va como nos va con la delincuencia.