Autoridades: quizá los tres linchados de Huejutla eran inocentes
Carlos Camacho, corresponsal, Huejutla, Hgo., 29 de marzo Ť En esta población cobran fuerza las versiones de que José Santés Velázquez y Salvador Muñoz, linchados por una multitud que los acusaba de haber intentado secuestrar a cuatro menores de edad, podrían haber sido inocentes. El mismo procurador general de Justicia del Estado (PGJ), Omar Fayad Meneses, aceptó que ``cabe esa posibilidad'', aunque difícilmente se podrá comprobar, pues los directamente involucrados ``ya están muertos''.
El funcionario rechazó que en los hechos ocurridos aquí entre la noche del miércoles y la madrugada del jueves hayan participado ``agitadores profesionales'', como afirmó el alcalde José Luis Fayad, y agregó que los cinco responsables directos del linchamiento están confesos y serán consignados por los delitos de homicidio calificado, sedición, lesiones, ultrajes a la autoridad y daños, que ascenderían a más de 5 millones de pesos. Además, hay otros 60 involucrados
En tanto, los familiares de los menores presuntamente secuestrados aclararon en entrevista con un diario local: ``queríamos justicia, pero no que lincharan a los raptores''. Mientras tanto, en Tihuatlán, Veracruz, se efectuaron los funerales de los dos asesinados y el acto se convirtió en una manifestación de protesta por lo que calificaron de ``crimen artero''.
Testigos de lo sucedido aseguran que los jóvenes originarios de Veracruz llegaron la mañana del martes a la plaza principal de Huejutla solicitando los servicios de un bolero y se les oyó comentar que irían a la ciudad de México a comprar estampas para álbumes canjeables por juguetes, que ellos comerciaban afuera de las escuelas. También dijeron que esperaban aprovechar el tianguis dominical de la localidad.
A su vez, el obispo Salvador Martínez, durante una misa oficiada hoy en la catedral de esta localidad, se refirió al linchamiento como un hecho que ``hay que lamentar y más cuando hay dos personas muertas a manos de una multitud enardecida''. Este hecho de luto llena de tristeza a la Huasteca hidalguense, apuntó.
Los funerales, un acto de protesta
Andrés Morales, corresponsal, Tihuatlán, Ver. Ť En este poblado, más de 300 personas participaron en los funerales de los dos jóvenes linchados en Huejutla y realizaron una manifestación de protesta contra lo que calificaron de ``crimen artero'', durante la cual exigieron al gobernador Patricio Chirinos que solicite a su homólogo en Hidalgo, Jesús Murillo Karam, que se castigue a los responsables.
Los cuerpos de José Santés y Salvador Muñoz fueron sepultados en los cementerios de Tihuatlán y El Zapotal. Momentos antes, en la capilla del pueblo los presentes condenaron el asesinato y aseguraron que ``el crimen no quedará impune ni los familiares y vecinos quedarán con las manos cruzadas.
``Queremos que los culpables reciban el castigo, ya que nuestro hermano se dedicaba a la venta de juguetes y papelería de pueblo en pueblo y nunca cometieron ningún delito. Su nombre debe limpiarse porque ahora los exhiben como los peores secuestradores y violadores'', manifestaron Eustolia y Florencia Santés, hermanas de uno de los linchados.
José Santés, a quien la turba le cortó el cuello a machetazos y le extirpó la lengua, dejó en la orfandad a cuatro niños de siete, cuatro y dos años y un bebé de seis meses, mientras que Salvador Muñoz, quien fue colgado en el zócalo de Huejutla, tenía dos meses de haber contraído matrimonio.
En tanto, el alcalde perredista de Tihuatlán, Alfredo Benítez Luna, sostuvo que ambas víctimas ``eran jóvenes sanos, trabajadores y con una manera honesta de vivir; eso a mí me consta ya que los conocí desde pequeños''.
El edil acusó, tanto a la radioemisora local XHCY, como al noticiario conducido por Abraham Zabludovsky, de instigar a la población a la violencia y falsear la información, pues en el programa televisivo se les ``tachó de secuestradores y violadores de menores, lo que es totalmente falso''. También las autoridades de Huejutla son responsables por no haber impedido el crimen, manifestó.