Mediciones en el Artico hechas con satélites evidencian crecientes deshielos desde 1979, signos del ascenso de la temperatura en la región. Los científicos tendrían que sonar la alarma de calentamiento de tipo invernadero, antes de que los cambios sean obvios en el resto del planeta.
De 1979 a 1996 el deshielo ha ocurrido más temprano en el verano y el congelamiento más tarde en el otoño. El periodo de deshielo ha crecido a una tasa de 5.3 días por década, aunque ignoran si la tendencia continuará.
El hielo marino alcanza 4 metros de espesor o más y se forma cuando las temperaturas bajan lo suficiente para congelar el mar. La sábana de hielo que cubre al Artico todo el año se derrite en la superficie en el verano y emite radiaciones de microondas que son captadas por instrumentos sensibles colocados en satélites.
Esas investigaciones corroboran análisis hechos por satélites respecto de la periferia del Artico: tiende a decrecer el área cubierta de hielo. Otros científicos dudan: ¿errores en los sensores satelitales? (Ya han ocurrido...) ¿Ciclos normales del clima ártico? A menos hielo en el Artico, más agua en el mar, y a menos tierra seca, menos espacio para cada vez más gente.
Hay estudios que muestran un menor número de días de deshielo en los veranos, desde 1991. Se especula que cuando explotó el Monte Pinatubo en el Sol, las fumarolas de sulfuro bloquearon su luz y temporalmente se detuvo la tendencia de sobrecalentamiento tipo invernadero en el Artico.
El Sol emana más calor hoy que hace 10 años. Al observar las mediciones de tres satélites desde 1978, se ha monitoreado un aumento en la brillantez, que puede traducirse en calor, durante dos periodos o ciclos solares (son como pulsaciones, en las que su intensidad aumenta y disminuye; duran unos 11 años terrestres). Se descubrió que el pico de disminución en 1996 era mayor por 0.036 por ciento, respecto al de 1986... sólo que esa fracción equivale a ¡70 veces la energía producida en toda la Tierra durante 1990!
El sobrecalentamiento global causado por gases como el bióxido de carbono, que producen el efecto invernadero, elevará la temperatura unos 2 grados centígrados durante los siguientes 50 a 100 años, y el Sol colaboraría con poco más de medio grado adicional. (Rocío Incera)