Masiosare, domingo 29 de marzo de 1998
Lejos del cielo del poder, el nombre de Manuel Camacho Solís se asocia más a sus innumerables ``ex'' (secretario, regente, comisionado de paz, etcétera), que a sus actuales tareas.
Acaba de fundar un partido porque prefirió ser cabeza de ratón que cola de león: ``No me gusta ser cabús de ningún ferrocarril'', explica.
Es Camacho, el que en 1994 fue echado al infierno donde se consumen los poderosos sin cartera. Hoy se reconoce en tránsito: ``Estoy con un pie fuera del purgatorio''.
-¿Importa en su calidad de cartucho quemado?
-Más de lo que yo creía y mucho menos de lo que algunos de mis enemigos creen.
-¿Cuáles enemigos?
-La principales figuras del régimen.
-¿Quién?
-Pregúntale a Zedillo.
-Si los que pierden el poder son arrojados al infierno o al purgatorio, ¿dónde está usted ahora?
-Yo ya estoy saliendo del purgatorio.
-¿Se sigue creyendo indispensable para la transición?
-Vamos a ayudar. Nadie es indispensable.
-En 1993 acarició una candidatura, ¿ahora qué acaricia?
-Cambiar la silla, es decir, no sentarse solamente en ella sino tener una silla republicana.
-El que ``iba a todas'', ¿sigue ahí?
-Sí, hablo con todos. Antes era tarea de gobierno, hoy es tarea política.
-Sin el poder, ¿puede jalar gente?
-Sólo decidirse a hacer un partido nuevo, nacional e independiente, pues no cualquiera lo hace. Esto a los jóvenes les atrae.
-¿De las primeras planas a cadáver político?
-Como no lo vi así, sigo en la política.
-¿Nunca se vio como cadáver político?
-Hubo dos o tres ocasiones en que pensé que ya no había posibilidad de hacer nada. Pero nomás en lo que me tomó agarrar aire esa noche.
-El momento más difícil.
-Cuando mataron a Colosio, porque me quisieron echar la culpa.
-¿Qué le representa Colosio hoy?
-Estoy más cerca de él que muchos de los que dicen estarlo.
-¿Extraña sus conferencias de prensa repletas?
-Si tienes paciencia sabes que la ola regresa o nunca vuelves a flotar.
-¿Por qué perdió Camacho?
- Porque había la decisión de que no ganara desde tiempo antes.
< b>-¿Cuáles son las ventajas de ser oposición?
-La gran libertad. Pasar por un callejón donde todos te avientan piedras y no correr, no deprimirte, no perder los estribos ni echarte para atrás.
-¿Qué le gusta más de la política?
-La maravilla de que una decisión acertada o una palabra oportuna puede cambiar el ánimo de una sociedad entera, el destino de un país.
-¿Qué no le gusta?
-Las patadas, la envidia, la soberbia, la pequeñez.
-¿Por qué un nuevo partido?
-No me gusta ser cabús de ningún ferrocarril. Con el balance de fuerzas que hay y sin una nueva, no va a ser posible ganar la elección.
-Pero ustedes pueden fraccionar el voto.
-Al contrario. Estamos a favor de una coalición para el 2000. Así nace el partido, no buscando un pedacito de la Cámara de Diputados, ayuntamientos o gubernaturas, sino como una fuerza que va a obligar a todos los demás a reposicionarse ideológicamente.
-¿El PAN y el PRD necesitaban a su partido para definirse?
-El PRD ya definió ser un partido de izquierda y el PAN moverse hacia el centro.
-¿Fue usted la izquierda del salinismo?
-Estaba a la izquierda de la derecha dura del PRI y a la izquierda de quienes decían que la política económica neoliberal tenía que hacerse como un dogma. Por eso me acusaban de populista, de concertador.
-¿Quién va a cerrar la puerta del PRI?
-Nosotros no. Lo que estamos haciendo es abrir la puerta para que se salgan los que quieren una transición a la democracia. Nadie va a cerrarla para terminar con el partido, al contrario, van a proteger el bunker.
-Salinas.
-La ruptura política se dio hace muchos años. No he vuelto a ver al licenciado Salinas, yo sí rompí con él, otros todavía no.
-El sábado construía un partido, el lunes despachaba en Gobernación. ¿A qué le suena?
-No me gusta hablar de los demás.
-¿Dejaría el PCD por un cargo?
-Es imposible que me pase. Primero, porque dicen que soy muy ambicioso y no creo que me vayan a comprar ni con una subsecretaría ni con la Secretaría de Gobernación.
-¿Con qué sí?
-Alguien puede decir que con la Presidencia de la República, pero no, esa me la van a regalar. Pero ni siquiera es eso, para mí esto vale porque el país puede lograr aún su reconciliación. Es lo importante, incluso más que sentarse en la silla.
-Su amigo Roberto Albores Guillén.
-Yo no lo hubiera recomendado para ser gobernador de Chiapas.
-Su amigo Manuel Aguilera.
-Si digo que son mis amigos los perjudico y si digo que son mis enemigos los ayudo. No voy ha hablar de ellos.
-¿Qué es lo primero que le viene a la mente al escuchar el nombre de Adofo Orive?
-Oscuro.
-¿Oscuro?
-Lo recuerdo de la universidad, como un hombre inteligente que tenía la gran ventaja de que había leído a Marx y estudiado con quienes hablaban de él.
-Chuayffet.
-Brutal en su relación hacia mi persona... pero no me gusta hacer leña del arbol caído.
-¿Va usted a terminar dando clases?
-No, porque nunca voy a ser obsecuente con el poder, ni voy a traicionar las cosas en las que he creído, prefiero estar en la cárcel o el destierro. Podré terminar en la univesidad o en un periódico porque seguí mi brújula, pero no voy a estar de rodillas frente a un régimen en el que no creo.
-¿Por qué Manuel Camacho se refería a sí mismo como Manuel Camacho?
-Trato de no hacerlo y hablar ahora en primera persona. Y sí, hablar así fue un error que cometí en el 94, que ya no creo que esté bien. Fue un error de soberbia y no se vale.
-¿Ya le pasó la soberbia?
-Creo que sí. Podemos ser humildes frente a quien sufre, pero no frente a los poderosos, nunca.