Las calles son suyas.
Han hecho fortunas sobre las banquetas y sobre el asfalto. Son los líderes de los vendedores ambulantes de la ciudad de México.
Digamos, Benita Chavarría, con sus golpeadores que sacan -y usan- chacos, toletes, gas lacrimógeno y pistolas en las calles del centro, a plena luz del día.
O Alejandra Barrios, quien solía arrancarse la ropa y lanzar de gritos ante los funcionarios reacios a negociar con ella.
Y, claro, Silvia Sánchez Rico -heredera del imperio que su madre Guillermina inició con un puesto de limones-, que viaja en Suburban y rodeada siempre de guardaespaldas.
¿Y qué decir de Miguel Galán, quien nunca se compra un traje de menos de 7 mil pesos?
Son los dueños de la calle, en los últimos meses dedicados a calibrar al nuevo gobierno de la ciudad y empeñados en mantenerse como la única vía para resolver el problema del ambulantaje, un asunto de doble vertiente: producto de las sucesivas crisis económicas y fuente de irritación social. Y un problema político.
En las oficinas del gobierno perredista ya hay partidarios de dar un ``quinazo sin fabricación de pruebas'' a uno de estos líderes porque, se cree, sería la única manera de lograr que los demás remojaran sus barbas y no convirtieran las calles en terreno de batallas campales.
``Si no los paramos a tiempo se van a matar entre ellos'', dice un alto funcionario del gobierno capitalino.
Y quizá no tendría que decirlo. El pasado fin de semana, dos grupos de ambulantes de los llamados vagoneros del Metro se enfrentaron por el control del territorio en la estación Coyuya. El saldo del pleito fue de un muerto y 12 lesionados.
Un botón de muestra solamente, porque en la Procuraduría capitalina sobran denuncias y causas abiertas contra los líderes.
Pero los dueños de la calle no se amedrentan. Van a pelear. Uno de ellos juega con la idea: ``Somos el tigre que el PRD se sacó en la rifa del 6 de julio y todavía no sacamos las garras''.
¿Qué une a los líderes del ambulantaje?
Casi todos militan en el PRI y todos controlan a sus gentes con la vieja fórmula de la coerción y el consenso. Así influyen en los destinos de más de 200 mil personas.
Durante décadas han ofrecido votos para el PRI. ¿Cumplían? No hay manera de saberlo, pero en lo que sí no fallaban era en llenar las plazas para los candidatos o los gobernantes en turno.
Todos los gobiernos han pretendido, al menos en el discurso, ordenarlos, y hasta ahora, invariablemente, han fracasado. Planes han ido y venido y los líderes siguen ahí.
Sus huestes potenciales son un manantial inagotable. La crisis y el desempleo alimentan sus ejércitos. Sus territorios son punto obligado para operativos antidrogas o contra la venta de mercancía robada. En sus calles nada se mueve sin su consentimiento, mientras en las oficinas judiciales se acumulan querellas en su contra.
Así ha sido siempre y ahora no tiene por qué ser diferente. Ni siquiera por el cambio de mando en la ciudad.
Algunos líderes están seguros de que, tarde o temprano, doblegarán al gobierno perredista a fuerza de marchas, bloqueos y batallas campales en las calles. Otros, capitaneados por Jorge Schiaffino, líder de la CNOP del PRI capitalino, están urgidos de un acuerdo.
Mientras, las calles siguen siendo suyas. Su negocio.
El 7 de enero, apenas terminada la temporada navideña, empezaron a tocar puertas.
Llegaron a negociar, como si nada hubiera cambiado. Y fracasaron.
A partir de ese momento buscan eludir y desgastar a los funcionarios encargados del ambulantaje y también encontrar ``una vía más directa'' hacia Cuauhtémoc Cárdenas.
Su primer objetivo ha sido que el nuevo gobierno los reconozca como los únicos interlocutores y que no tome ninguna decisión sin su consentimiento.
La batalla de los líderes puede ser en pistas diferentes, porque sus ancestrales divisiones se profundizaron con la derrota electoral de su partido. Pero en algo coinciden: su rechazo al Programa de Reordenamiento del Comercio en la Vía Pública, presentado por el gobierno perredista en febrero.
Uno de los puntos clave de este programa es otorgar permisos temporales, individuales e intransferibles, a los vendedores. Si resulta, ¿para qué se necesitan dirigentes que repartan lugares y permisos?
De ahí que los vendedores reciban advertencias de sus líderes, como la que repartió el Movimiento Gremial Unificado entre sus afiliados: ``Cualquier compañero que acuda de manera individual a la delegación, será sancionado de conformidad con lo que marcan nuestros estatutos, y no podrá reclamar la protección del Mogun''.
Aquí los expedientes negros de los líderes de ambulantes.
Benita Chavarría
Organización: Asociación de Comerciantes en Pequeño, Semifijos, no Asalariados Benito Juárez.
Zona de influencia: Plaza Pino Suárez y la plancha del Zócalo. Calles: Venustiano Carranza, 20 de Noviembre, 5 de Febrero, República de El Salvador, Izazaga, 5 de Mayo, Monte de Piedad y Eje Central.
Afiliados: 2 mil.
Años de liderazgo: 35.
Militancia: PRI.
Posición frente al programa de reordenamiento: En contra.
Enemigos: Alejandra Barrios.
En la Plaza Pino Suárez, entre pantalones Levi's piratas, un ambulante se queja. ``Benita se pasa de rosca''.
Un día antes los vigilantes de la plaza le recordaron que no había pagado su deuda con ``la jefa'', y estaba a punto de perder su mercancía.
El comerciante no sabe qué hacer. "Antes nomás te ponías amarillo con los de Vía Pública, pero con esta señora...". No termina la frase. Súbitamente pálido, vuelve a sus actividades.
La razón está a diez metros: dos vigilantes con cara de golpeadores se acercan, intrigados.
Hay razones para tener miedo. Días después de esta plática los eficientes custodios golpearon salvajemente a una vendedora de joyas de fantasía, prima de Benita además, que se negó a pagar la cuota de 30 pesos diarios.
Hubo de todo. Patadas, golpes con chacos y toletes, gas lacrimógeno, pistolas... lo normal en el territorio de Benita.
Un territorio donde la pasada época navideña cada vendedor debió pagar mil pesos. Claro, hubo facilidades: quienes no tenían el dinero firmaron un documento para pagar después... con intereses.
Priísta de corazón, es pilar de la CNOP encabezada por Jorge Schiaffino junto con Silvia Sánchez Rico. Pocas veces tiene problemas en su territorio, gracias a un grupo de chavos banda que mantienen el orden. Usualmente están armados. Y también le apoyan por lo menos seis inspectores de vía pública.
Benita llegó al poder a trancazos, desde los tiempos en que toreaba afuera del Monte de Piedad, hace 35 años. Conquistó su territorio porque se ubicó en calles que no interesaban a Guillermina Rico.
Luego, todo fue mantener el control. Y someter a los indisciplinados. Aunque sean parientes.
Alejandra Barrios Richard
Organización: Asociación Cívica Legítima Comercial Alejandra Barrios.
Zona de influencia: Norte del Centro Histórico. Calles: Tacuba, Madero, Motolinía, Lázaro Cárdenas (acera poniente), Salto del Agua, Palma, Madero, 5 de Mayo, Balderas. Estaciones del Metro: Hidalgo, Insurgentes, Chilpancingo y Chabacano.
Afiliados: De 4 mil a 7 mil.
Años de liderazgo: 25.
Militancia: PRI.
Posición frente al programa de reordenamiento: En contra.
Enemigos: Benita Chavarría, Silvia Sánchez Rico, Jorge Schiaffino.
Alejandra Barrios se plantó frente al funcionario de la subdelegación jurídica de Cuauhtémoc: "Vengo a negociar", retó.
El funcionario rechazó la oferta. "Entonces vas a ver", dijo Alejandra y empezó a desgarrarse la blusa y a gritar. El burócrata no supo qué hacer: "Está bien", balbuceó.
Alejandra sonrió. Se acomodó la ropa y le arrojó una bolsa de lona llena de billetes. "Ya somos amigos", dijo como despedida.
El incidente ocurrió a principios de 1995, recién estrenada la administración de Oscar Espinosa. El asustado funcionario reconoce que la amistad así iniciada le fue muy redituable.
Así se las gasta Alejandra, quien empezó su carrera hace cinco lustros en La Lagunilla, vendiendo rebanadas de piña con limón, sal y chile.
Sus seguidores presumen que nunca se rajaba cuando había que entrarle a los golpes con los inspectores de vía pública o los granaderos. Otros dicen que su liderazgo se fortaleció porque Manuel Camacho la utilizó para romper la hegemonía de Guillermina Rico. El caso es que durante el sexenio de Carlos Salinas Alejandra vivió su época de oro.
Con el apoyo de lideresas como ella, Camacho llevó a cabo su programa de reubicación de ambulantes.
Y Alejandra siguió adelante. Quesque para evitar habladurías estableció un fideicomiso social para sus agremiados. Pero los beneficios no se ven. El fideicomiso es otro pretexto para cobrar cuotas, tarea a cargo de delegados de calle, quienes también asignan lugares y negocian con los inspectores.
Del grupo de golpeadores de Alejandra, encargado de mantener la disciplina, salieron varios boxeadores que ahora compiten en la división amateur. Alejandra es su madrina. Y muchos sábados le dedican peleas en la arena Coliseo.
El resultado es dinero. Montones. Cada afiliado paga 20 pesos al día, es decir, en 24 horas las ganancias oscilan entre los 80 mil y los 140 mil pesos.
Quizá por eso la lideresa tiene pretensiones de elegancia. Usa prendas de Dior y Versace y, en invierno, estolas blancas. Eso sí, ni sus joyas ni su auto, un Spirit, son ostentosos.
Pese a su estampa, la estrella de Alejandra pierde brillo.
Su hijo Sergio fue detenido y estuvo unos meses en el Reclusorio Oriente, acusado de golpear a una de las hijas de Benita Chavarría.
Ignacio Contreras, líder del Movimiento Gremial Unificado, la descalifica: "Inicia una lucha contigo pero nunca sabes con quién la va a terminar".
A él ya se lo hizo. Abandonó el Mogun y se fue a la Alianza Metropolitana de Organizaciones Populares, la cual, curiosamente, es la oposición de Jorge Schiaffino, líder de líderes del ambulantaje tricolor.
Se trata, sin embargo, de un pleito sobreactuado pues ambos dirigentes asisten a las reuniones de la Coordinadora de Trabajadores no Asalariados, Artesanos y Comerciantes en Pequeño, encabezada por el perredista Fernando Sánchez. Y en esas juntas siempre están de acuerdo.
Al igual que los integrantes de la alianza, Alejandra Barrios juega en dos pistas. Es parte de una corriente crítica del priísmo capitalino y, con el otro pie, busca acercarse a una organización perredista.
Los golpes no la amedrentan. Al morir Guillermina Rico trató de disputar a su sucesora e hija, Silvia Sánchez, el control de algunas calles. Perdió la guerra. Pero en venganza sus seguidores golpearon a Silvia en las escalinatas de la delegación Cuauhtémoc, en el estreno del gobierno perredista.
Miguel Galán Ayala
Organización: Unión de Comerciantes en Objetos Varios de Tepito, AC.
Zona de influencia: Tepito.
Afiliados: Tres mil.
Años de liderazgo: 10.
Militancia: PRI.
Posición frente al programa de reordenamiento: En contra.
Enemigos: Alejandra Barrios.
En los puestos que controla es donde más operativos se realizan para buscar mercancía robada, pirata o hasta drogas.
Sus detractores dicen que tiene la historia más sucia dentro del ambulantaje, e incluso hay quienes lo ligan con traficantes de cocaína o bandas de asaltantes de transportistas.
Se sabe que tiene grupos de golpeadores que se entrenan en gimnasios de la zona.
Para viajar por la ciudad utiliza camionetas Suburban. Acostumbra vestir con trajes de buena calidad (nunca compra uno que cueste menos de 7 mil pesos) y portafolios de piel, carísimos.
Es un líder moderno. Nunca le falla su teléfono celular.
Guadalupe Duarte
Organización: Frente Unificador del Comercio en la República Mexicana Guadalupe Duarte, AC.
Zona de influencia: La Merced, especialmente del lado de Venustiano Carranza.
Afiliados: 160.
Años de liderazgo: Entre 5 y 7.
Militancia: PRI.
Posición frente al programa de reordenamiento: En contra.
Enemigos: La PGJDF y la SSP.
Reportes internos del gobierno capitalino la definen con una palabra: delincuente.
Muchos de sus afiliados venden mercancía robada que compran en las bodegas de las calles de Mineros y Panaderos, en la colonia Morelos.
Y sus golpeadores protegen a los chineros que asaltan usuarios de la estación Candelaria del Metro.
Los informes la describen: ``Es una dirigente extremadamente conflictiva, sus métodos de trabajo se fundamentan en la fuerza, la represión, el hostigamiento y la compra de funcionarios''.
Es una lideresa relativamente nueva, pues surgió durante el gobierno de Manuel Camacho.
Su estrategia fue simple: ocupó las calles que quedaron vacías por el reordenamiento de ambulantes.
Su organización sobrevive por tres factores: sus amigos de la calle, las relaciones con el PRI, particularmente el Movimiento Gremial Unificado, y su capacidad para presionar a las autoridades.
Silvia Sánchez Rico
Organización: Unión Cívica Comercial de la Antigua Merced, AC.
Zona de influencia: La Merced y el Centro Histórico. Calles: Correo Mayor hacia el oriente, Lázaro Cárdenas (acera oriente), Corregidora y parte de Circunvalación. Estaciones del Metro: Chapultepec, San Antonio Abad, San Cosme, Insurgentes, Guerrero y Salto del Agua.
Afiliados: 10 mil aproximadamente.
Años de liderazgo: Dos.
Militancia: PRI.
Posición frente al programa de reordenamiento: En contra.
Enemigos: Alejandra Barrios.
En la escalinata de la Asamblea de Representantes, Silvia Sánchez Rico metió las manos a la canasta de tacos, sacó un puñado y empezó a arrojarlos a sus compañeros.
"Ora, cabrones, a comer", decía entre carcajadas.
Tenía razones para estar feliz. Minutos antes había conseguido arrebatar las escaleras a un grupo de pepenadores que pretendían ser los primeros en felicitar al regente al salir de su penúltima comparecencia.
El saldo fue de cuatro descalabrados. Pero no importó. Como su madre, Guillermina Rico, acostumbraba hacerlo, Silvia se salió con la suya y fue la primera en felicitar a Oscar Espinosa.
Una batalla más. Desde la muerte de Guille, para Silvia todo ha sido pelear para defender el imperio fundado con la venta de limones en una esquina de La Merced.
Un imperio que Alejandra Barrios ha intentado arrebatarle, sin éxito. Porque la organización de Sánchez Rico funciona igual que antes: las delegadas que controlan las calles, cobran cuotas, asignan lugares y negocian con los inspectores. (O que de plano los tienen a su servicio, como a Teodoro Soriano García en El Carmen, Salvador Cárdenas en Seminario, Mario Alberto Trejo en Tacuba, Víctor Chao en Corregidora, José Hernández García y Alejandro Trejo Cortés en Circunvalación).
Como su madre, Silvia tiene guardaespaldas. Pero ni su aparato de seguridad ha podido evitar que algunos se le comiencen a salir del huacal, como los comerciantes de la estación Guerrero del Metro y el mercado Martínez de la Torre, que se declararon independientes.
Las lealtades se pierden. Y los soldados del PRI ya no son como antes: doña Guille vestía siempre con mandiles sucios y recorría a pie su territorio. Muchos de sus seguidores la recuerdan como una mujer carismática y generosa.
A su sepelio acudieron tres obispos y muchos funcionarios gubernamentales, entre ellos el ex regente Manuel Aguilera.
O bien otra escena. El día de 1993 en que se inauguró su plaza, la Roldán, Guillermina y Silvia no contuvieron el llanto. Y es que en la ceremonia, un mariachi tocó las golondrinas. Marcelo Ebrard, secretario general de Gobierno, se enojó: "Pendejos, toquen otra cosa", ordenó.
Sin Guille, los compadrazgos se debilitan. Y Silvia no ayuda. Porque sus seguidores la consideran prepotente, y se quejan de que viaja siempre en Suburban y se viste de manera ostentosa.
Hace un año, en un foro sobre el ambulantaje, la heredera tuvo problemas para leer el texto que le habían preparado, pues no pudo pronunciar la palabra excensión. Uno de sus asesores tuvo que continuar la lectura.
¿Hasta dónde llegará Silvia en su oposición al programa de reordenamiento?
Si sigue los pasos de su madre, hasta el final.
Por ejemplo, en diciembre de 1995, Guille recibió la orden de participar en una gresca monumental de ambulantes que duró seis horas, y con la cual el DDF pretendía disciplinar a Alejandra Barrios. En pago, se dice, recibió 80 mil pesos y dos camionetas.
(líder en el DF, Jorge Schiaffino) (El Gurú)
Benita Chavarría.
Asociación de Comerciantes en Pequeño, Semifijos no Asalariados Benito
Juárez.
Silvia Sánchez Rico.
Unión Cívica Comercial de la Antigua Merced, AC.
Magdalena Acuña.
Unión Cívica de Comerciantes Ambulantes del Centro y Chapultepec.
Miguel Angel Huerta.
Asociación Comercial Deportiva y Cultural para Débiles Visuales,
AC.
Maricela González J.
Asociación de Comerciantes que Ejercen sus Actividades en la Vía
Pública 16 de Septiembre, AC.
Martín Guzmán A.
Organización Nacional Popular de Invidentes y Videntes Emiliano
Zapata.
Miguel Galán.
Unión de Comerciantes en Objetos Varios de Tepito, AC.
Teresa López Salas.
Unión Nacional de Comerciantes Fijos y Semifijos Teresa López
Salas.
Gloria González.
Asociación Nacional de Invidentes Melchor Ocampo, AC.
David Zaragoza.
Consejo de Vendedores Ambulantes.
Guadalupe Rentería.
Unión de Vendedores no Asalariados de la Alameda Central.
Alianza Metropolitana de Organizaciones
Populares
(AMOP)
Jorge García Rodríguez.
Alejandra Barrios R.
Asociación Legítima Cívica Comercial Alejandra Barrios, AC.
Francisco Padilla L.
Artesanos y Vendedores del Centro, AC.
Félix Trejo Gutiérrez.
Unión Libre de Comerciantes Meave Aldaco, AC.
Clara Cerón.
Tianguis Buenos Aires.
Movimiento Gremial Unificado
(Mogun).
Ignacio Contreras.
Guadalupe Duarte.
Frente Unificador del
Comercio en la República Mexicana Guadalupe
Duarte, AC.
Edgar López N.
Federación Nacional de
Comerciantes Ambulantes, Grupos de Senectud y No Asalariados.
Edgar Sánchez.
Federación Nacional de Comerciantes Ambulantes y Grupos Senectos no
Asalariados
Salomón Aguilera.
Coordinadora Popular Azcapotzalco.
según el PRD
La propuesta parte de un reconocimiento a la realidad: el comercio en las calles está desbordado, y es causa de problemas como saturación de vialidades, bloqueo a los accesos del Metro, deterioro de la imagen y entorno urbano, despoblamiento, abandono de inmuebles, delincuencia, venta de mercancía robada y drogas, contrabando, pérdida de contribuyentes y corrupción.
Entre las causas se establece el crecimiento desmedido de la población, las crisis económicas recurrentes, un marco legal inadecuado y el clientelismo que practican los partidos con las masas de vendedores ambulantes.
El objetivo del programa es, pues, resolver el problema de una vez por todas, y para ello se marca el siguiente camino:
Eliminar la corrupción a partir de reglas claras para esta actividad; desterrar a los líderes con el otorgamiento de permisos temporales, de tipo personal e intransferibles, y sobre todo incorporar a los ambulantes al fisco con el pago de derechos por el uso de suelo.
Las tarifas varían de entre 5 y 40 pesos diarios, según la zona en que se ubiquen los comerciantes. El dinero que se recaude se destinará a fideicomisos de asistencia social que incluye servicio médico, guarderías, vivienda y capacitación laboral, entre otros.
Cabe señalar que la propuesta gubernamental reconoce que ``la mayoría de las organizaciones'' protegen legalmente los intereses de sus agremiados, pero ``existen otras que extorsionan y manipulan a sus miembros para beneficio de unos cuantos y se resisten a todo intento de reordenamiento''.
Muchos de los líderes descalifican el programa y atacan a las autoridades, pues temen que ``si los vendedores obtienen permisos y se sujetan a la ley, pueden perder su capacidad de manipulación''.
En otras palabras, a los dirigentes se les irían sus ingresos.
Roberto Núñez Muñoz
Organización: Asociación Nacional de Invidentes Melchor Ocampo, AC.
Zona de influencia: La calle 5 de Febrero.
Afiliados: 200.
Años de liderazgo: 3.
Militancia: Ninguna.
Posición frente al programa de reordenamiento: No la ha definido.
Enemigos: Benita Chavarría y los inspectores de vía pública.
Cuando había pleito siempre estaba al frente, repartía golpes literalmente a ciegas (es invidente) y siempre resultaba con los labios partidos.
Encabeza una organización muy pequeña que tiene conflictos permanentes con sus vecinos ambulantes.
Sudó para hacerse líder. A fines de 1995 el gobierno de Espinosa le quitó su lugar para dárselo a Benita Chavarría. Los invidentes protestaron y en la refriega a Roberto lo arrastraron 20 metros.
Concluida la batalla, abrazó a un minusválido al que habían tirado a patadas de su silla de ruedas. "Vientos, así se gana el liderazgo", le dijo, quizá recordando su propio camino. En ese momento le advirtieron que se acercaba un camarógrafo de Televisa. Roberto cambió la sonrisa por un gesto de dolor, se apoyó en un compañero y empezó a llorar.
Por eso es líder.
Martín Guzmán Antolino
Organización: Organización Nacional Popular de Invidentes y Videntes Emiliano Zapata.
Zona de influencia: Los puestos de lotería del Centro Histórico. Calles: Correo Mayor, Venustiano Carranza, Pino Suárez y 20 de Noviembre.
Afiliados: 300.
Años de liderazgo: 20.
Militancia: PRI.
Posición frente al programa de reordenamiento: En contra.
Enemigos: Benita Chavarría.
Desde 1994 su organización está en crisis.
Edgar López Nájera
Organización: Federación Nacional de Comerciantes Ambulantes, Grupos de Senectud y no Asalariados, AC.
Zona de influencia: El mercado de Tacuba.
Afiliados: 300.
Años de liderazgo: 5.
Militancia: PRI.
Posición frente al programa de reordenamiento: En contra.
Enemigos: El PRI y la policía.
Es el rey en la zona del Metro Tacuba. Ni la "mano durísima" de Oscar Espinosa consiguió que sus afiliados despejaran el lugar.
Menos cuando Edgar consiguió un aliado de a deveras: el Movimiento Gremial Unificado, que al cierre de campaña de Alfredo del Mazo llevó uno de los principales contingentes.
Los informes que circulan en las oficinas del nuevo gobierno definen a López Nájera como un delincuente sin calidad moral y un dirigente sin bases.
En un documento del gobierno capitalino se plantea la necesidad de "elaborar un diagnóstico real de su representatividad, dado que está desfigurado en sus zonas por su manejo corrupto e impositivo".
Cierto o no, en su zona de influencia se vende mercancía robada que se importa de las colonias Tacuba, Pensil, Anáhuac y Santa Julia.
Sus golpeadores no tienen mucho trabajo porque muchos de sus afiliados son personas de la tercera edad
Ignacio Contreras
Organización: Movimiento Gremial Unificado (Mogun).
Zona de influencia: Gustavo A. Madero, Tláhuac, Cuajimalpa, Azcapotzalco y Miguel Hidalgo.
Afiliados: 15 mil.
Años de liderazgo: 9.
Militancia: PRI.
Posición frente al programa de reordenamiento: En contra.
Enemigos: Silvia Sánchez Rico, Benita Chavarría.
El mensaje a los afiliados del Mogun, fue claro: "Cualquier compañero que acuda de manera individual a la delegación, será sancionado de conformidad con lo que marcan nuestros estatutos sociales, y no podrá reclamar la protección del Mogun".
Eran los primeros días de febrero, la víspera de que se aprobara el Programa de Reordenamiento del Comercio en la Vía Pública.
Ignacio Contreras, ex diputado federal por el PRI, se lanzaba a la guerra.
Según sus detractores, el Mogun nació hace nueve años para impulsar la carrera política de su fundador y presidente vitalicio, quien ya no tiene detrás suyo a ningún ambulante.
Ignacio Contreras recurre al colmillo político para mantenerse. Ante la prensa se dice soldado incondicional de Manuel Aguilera y Jorge Schiaffino, líder de la CNOP. Y por abajo del agua envía representantes suyos a las reuniones de la disidente Alianza Metropolitana de Organizaciones Populares.
Después del 6 de julio se acercó a la Coordinadora de Trabajadores no Asalariados, Artesanos y Comerciantes en Pequeño, cercana al PRD.