Si pudiéramos tomar una fotografía de la actual realidad social de Zacatecas, se nos revelaría un extenso llano de pobreza.
Habría diferencia en el adjetivo (``extrema'', ``intermedia'', ``ancestral''), pero no en el sustantivo.
A la cuota de responsabilidad que la geografía y la historia económica de la región centro-norte de México pudieran tener en esta situación, los zacatecanos han identificado causas muy concretas del aquí y el ahora: la co- rrupción, el abandono, la frivolidad y el desapego de sus gobernantes. Características que encuadran en un término de uso frecuente en estos días, lo mismo en la plaza pública que en los grupos de enfoque donde se calibran las encuestas: ``el mal gobierno''.
A las presuntas desventajas naturales de la geografía y el clima, se han venido a sumar los reales abusos y excesos de la política.
La combinación de ambos factores anidó el sentimiento generalizado que hoy recorre las calles, caminos y hogares de la entidad: el agravio social.
Quisiera tomar de la literatura las imágenes escritas que describen lo que he vivido en estos días, cuando he completado el primer recorrido por los municipios del estado, como candidato de la Alianza Ciudadana por la Dignidad y la Democracia (ACDD), el PRD y el PVEM.
Si López Velarde es el reflejo del Zacatecas que queremos, Juan Rulfo, en cambio, es la prosa encarnada del Zacatecas que tenemos:
-¿Está seguro de que ya es Comala?
-Seguro, señor.
-¿Y por qué se ve esto tan triste?
-Son los tiempos, señor.
Zacatecas vive en este momento uno de los tiempos sociales más difíciles de su historia inmediata. El desempleo y la sequía flagelan las ciudades y el campo. Desde 1995 la tendencia a la expulsión se ha agudizado. El año pasado emigraron 25 mil zacatecanos. Este año pueden ser 30 mil. Se van tras las fuentes de trabajo: Monterrey, Saltillo, Torreón, Guadalajara, San Luis Potosí y Ciudad Juárez. Pero sobre todo a Estados Unidos, donde llegan como exiliados económicos, desterrados por la crisis.
Antes se iban los mayores. Las cabezas de familia. Hoy se van también las mujeres, los jóvenes y los niños. La estructura familiar, que en crisis anteriores fue el valladar natural contra los embates económicos, se está agotando. Los que permanecen, resisten. La mitad de los asalariados gana menos de 900 pesos al mes.
Tenemos fenómenos que no eran de estas tierras: los niños de la calle, el incremento de divorcios en las parejas jóvenes y la antesala de la hambruna biafrana, a 30 minutos de la ciudad capital.
No es drama. Es realidad.
-No vayas a pedirle nada. Exígele lo nuestro. Lo que estuvo obligado a darme y nunca me dio... El olvido en que nos tuvo, mi hijo, cóbraselo caro.
* Candidato de la Alianza Ciudadana por la Dignidad y la Democacia (ACDD), el PRD y el PVEM a la gubernatura de Zacatecas.