Iniciativa del Ejecutivo permitiría 100% de inversión foránea en la banca
Ciro Pérez Silva y Mireya Cuéllar Ť El presidente Ernesto Zedillo envió a la Cámara de Diputados un paquete de iniciativas que permiten la inversión extranjera sin límite en los bancos del país, y transforma a la Comisión Nacional Bancaria y de Valores (CNBV) en un órgano desconcentrado del Banco de México, refuerzan la autonomía del banco central otorgándole la responsabilidad de la política cambiaria, y disuelven el Banco Nacional de Comercio Interior (BNCI).
En la primera iniciativa se propone modificar la estructura accionaria de las sociedades controladoras de grupos financieros, instituciones de banca múltiple y casas de bolsa, al señalarse que su capital social ordinario estaría representado por una sola serie de acciones ``O'', de libre suscripción, lo que, de acuerdo con la exposición de motivos, permitirá una más amplia participación en el citado capital de personas morales mexicanas y de personas físicas y morales extranjeras.
De ser aprobada por el Congreso de la Unión, ``redundará en el fortalecimiento de la base de capital de las entidades mencionadas, así como en el incremento de la bursatilidad de las acciones. Es de esperarse que, de continuar y profundizarse la política de apertura financiera, se reduzcan los márgenes de intermediación en beneficio del público ahorrador y de las familias y empresas usuarias del crédito'', se apunta.
Con el esquema puesto a consideración de los legisladores se busca además un nuevo esquema de supervisión y regulación orientado a preservar la liquidez, solvencia y estabilidad de las entidades financieras, de acuerdo con los lineamientos del ámbito internacional.
La eliminación de restricciones a la inversión extranjera servirá, de acuerdo con el texto, para fortalecer la capitalización de la banca mexicana, permitiendo la aportación de capital foráneo en los bancos comerciales del país.
Política cambiaria, facultad del BdeM
Al explicar las consideraciones que derivaron en la propuesta, el texto presidencial que fue entregado ayer a los diputados apunta que en una economía de tamaño mediano y progresivamente abierta como la mexicana, la evolución de la inflación no puede entenderse sin referencia al comportamiento del tipo de cambio, que se convierte en un ``determinante fundamental'' de los precios de prácticamente todas las mercancías.
Los precios de los servicios, agrega, dependen también de las expectativas de inflación, las cuales a su vez responden al comportamiento del tipo de cambio, entre otros factores. ``De ahí que si la política monetaria tiene asignado el mandato de abatir la inflación, resulta imposible conceptualizarla sin la política cambiaria''.
En este sentido, y para influir sobre el ritmo de la inflación, señala el documento, el Banco de México descansa en el control independiente de su crédito interno, cuyo dinamismo influye sobre la demanda agregada. Al ser un instrumento ``muy poderoso'' requiere ser congruente con la política cambiaria para alcanzar el objetivo de estabilidad.
``Por tanto, lo más deseable es que ambas políticas estén manejadas por una sola institución. Esta debe ser el Banco de México al tener ventajas comparativas en el manejo de asuntos monetarios''.
Con ello se transfieren facultades asignadas al Ejecutivo en materia de política cambiaria, atribuciones que deben fortalecer la autonomía del Banco de México y facilitar una adecuada conducción de la política monetaria, abatir la inflación y mantener el poder adquisitivo de la moneda.
Desaparece el BNCI
La tercera iniciativa justifica la desaparición del Banco Nacional de Comercio Interior, luego de considerar que si bien la banca de desarrollo no persigue fines de lucro, su modernización ha tenido como propósito que sea autofinanciable.
De manera que mantener en operación y dotar al BNCI de la infraestructura necesaria para ser competitivo podría implicar considerables costos para el gobierno federal, ``lo cual es contrario a la política de saneamiento de las finanzas públicas. En razón de los expuesto, y con el fin de evitar que instituciones públicas representen una carga financiera para el gobierno federal y que por su situación induzcan distorsiones al mercado financiero, se propone la disolución y liquidación del BNCI''.