La Jornada 27 de marzo de 1998

Gira presidencial con banqueros, televisos y ``parte de los pobres''

Rosa Elvira Vargas, enviada, Villa Victoria, Méx., 26 de marzo Ť Para enfrentar la baja en el precio del petróleo, el gobierno mexicano no ha tenido más alternativa que adoptar las decisiones ``difíciles y dolorosas'' de recortar el presupuesto programado para este año, admitió aquí el presidente Ernesto Zedillo, ante una pequeña parte de los ``muchos millones de mexicanos que viven en la pobreza''.

Y aunque de nuevo le dijo a la gente que asistió a su encuentro, que de no proceder con el ajuste presupuestal ello hubiese significado arriesgar ``lo que logramos los tres años anteriores'', el mandatario afirmó que ante la disminución de ingresos públicos ``nos estamos esforzando para no tocar aquellos programas que son real y fundamentalmente prioritarios y que tienen que ver con el apoyo a quienes más lo necesitan''.

Gira presidencial por el estado de México, donde el ajuste presupuestal quizá se dé en otros renglones pero no en la autopromoción del gobierno estatal, que mandó elaborar y colocar grandes pendones a todo color en los postes de luz y ordenó gigantescas mantas con loas al Presidente. Sobre todo en Ecatepec, muchas carencias se advertían a cada paso.

Entre ellas y sin más, las que tienen los esforzados guardabosques mexiquenses, quienes al arribo de Zedillo para encabezar un acto donde se habló de la problemática de los incendios forestales, pidieron que ``por favor se contrate a más gente, se compren más herramientas, más vehículos, más botas, más cantimploras''.

Y el mandatario hizo aquí, como más tarde en Ecatepec --donde sorpresivamente visitó la curia--, ratificación de compromisos. Al signar el Progresa, señaló que las familias indígenas son destinatarias principales de sus acciones porque, dijo, lamentablemente la pobreza afecta en mucho mayor medida a los indígenas en todos los estados.

Existe el compromiso gubernamental, aseguró, de trabajar para que esos núcleos salgan de sus condiciones de postración, ``a partir de su propio esfuerzo, con sus propias decisiones y fortaleciendo su propia cultura e identidad, que enorgullece a todos los mexicanos''. Comentó que se tiene la meta de que el Progresa cubra para fines de este año a todos los estados del país, en un universo de dos millones de familias.

Recorrido de trabajo lleno de contrastes que llevó hoy de la zona boscosa de gran población mazahua, al super desarrollo tecnológico del centro de operaciones del Banco Bital en Toluca; de la autoproclamación del éxito en el Teletón, que auspició Televisa para ayudar a niños minusválidos en Tlalnepantla, al populoso Ecatepec, donde Zedillo asegura siempre estar ``como en mi casa''.

También fue día de una nueva asta bandera monumental a la entrada de la capital mexiquense. Luego, en el Centro de Desarrollo y Tecnología Bital, el mandatario se enteró de que ese banco tiene computadoras capaces, entre otras cosas, de procesar cinco millones de cuentas en sólo cinco días. Y cuando Antonio del Valle le presumía del gran manejo de la llamada Nómina Bital, Zedillo sorprendió a todos preguntando dónde andaba ``el de la tartamuda'', ese personaje del comercial de televisión con el que se promueve el banco.

--Está en la cárcel --acertaron apenas a responder los directivos.

Y no fue en lo único que pilló Zedillo a los banqueros. A Jaime, el hermano gemelo del titular de Comunicaciones y Transportes, Carlos Ruiz Sacristán, al menos un par de veces le preguntó: ``¿Ya declaraste sobre carreteras?'', mientras el otro se ruborizaba. También tuvo expresiones de ese corte para el empresario Juan Sánchez Navarro, de quien comentó: ``Dicen que no sabe usar las tijeras, pero se la pasa todo el día tijereteando''.

Más tarde, en Tlalnepantla, arribó a lo que sería un desordenado acto, donde en gran parte Televisa fungió como anfitriona. Se trataba de colocar la primera piedra del Centro de Rehabilitación Infantil Teletón. Las instalaciones se edificarán en un predio de 12 mil 200 metros cuadrados. Hoy, ahí no hay más que monte y piedras.

Para la ocasión, un sillerío del que no se ocupaba ni la mitad cuando el acto ya había empezado. Dicen que se invitó, además de personajes como directores de algunos medios de comunicación, a 150 artistas y sólo acudió la cantante Lucero Entonces, echaron mano de los vecinos del terreno, pues de otro modo el despliegue técnico de cámaras portátiles, unidad móvil y demás de Televisa, habrían resultado inútiles. Con el sol a plomo del mediodía, la primera piedra se transformó en largos discursos --sin faltar el del gobernador César Camacho Quiroz, quien habló casi en todas las ceremonias--, que escucharon con estoicismo todos, incluida una decena de niños discapacitados.

Más tarde, en Ecatepec, el Presidente signó en la plaza cívica el Convenio de Desarrollo Social. Hizo una reseña de lo que había realizado en su gira y se detuvo en un largo recuerdo de José María Morelos y Pavón, que ``nos enseñó lo que debe ser el gobernante: siervos de la nación y servidores del pueblo de México''.

Una impresionante muchedumbre que desafió toda seguridad, venció cualquier obstáculo y se enfrentó incluso a los empujones del equipo de seguridad, se lanzó hacia Zedillo al concluir la ceremonia. Había saludos, denuncias, fotos de la familia Ponce de León. Ganas de estar cerca, de una foto, de un apretón de manos. Pero todo en el caos. A fin de cuentas, los ecatepenses --al menos los llevados al zócalo municipal-- sienten que el primer mandatario es de los suyos.

Por último, el presidente Zedillo inauguró un hospital del IMSS bautizado como Fidel Velázquez Sánchez. Es el más grande de la zona y tiene funciones que ningún otro nosocomio había ofrecido para los casi dos millones de habitantes de Ecatepec.

Como invitada especial asistió Nora Quintana viuda de Velázquez, quien al despedirse recordó al Ejecutivo: ``Tenemos pendiente un cafecito''.

Y luego de concluir una comida con ``representantes de la sociedad mexiquense'', antes de volver al Distrito Federal, el obispo de Ecatepec y también vocero del Episcopado Mexicano, Onésimo Cepeda, condujo al Presidente a la curia donde le mostró la maqueta y, de lejos, las primeras obras de una catedral que, asegura, inaugurará el papa Juan Pablo II en su nueva visita a México.

Zedillo encontró ahí a unos niños que estudian el catecismo y les recomendó: ``Estudienlo bien y practíquenlo''.