La Jornada martes 24 de marzo de 1998

PETROLEO: DECISION ATINADA

Los recortes en las exportaciones petroleras de México, Venezuela y Arabia Saudita, acordados entre las tres naciones en una reunión que tuvo lugar en Riad, suscitaron anuncios de acciones similares por parte de otros países productores y generaron de inmediato un apreciable repunte en los deprimidos precios del crudo en los mercados internacionales. Con ello se ha creado la posibilidad de contrarrestar la persistente caída de las cotizaciones petroleras y de amortiguar la penuria económica que ésta implica para los exportadores de petróleo, México incluido. Un elemento fundamental para el triunfo de la medida ha sido el hecho de que, por primera vez en muchos años, un productor no miembro de la OPEP, como nuestro país, participa en una reducción concertada de exportaciones.

Resulta obligado reconocer y respaldar esta gestión gubernamental, no sólo por el éxito obtenido, sino por la decisión de retomar una política activa y defensiva en el terreno de los precios petroleros internacionales, ante los cuales las autoridades nacionales parecían haberse resignado, desde fines de la década pasada, a confiar en ``la mano invisible del mercado'' como reguladora de las cotizaciones.

Con esa actitud, el país estaba condenado a girar en un círculo vicioso empobrecedor, en el cual cada disminución en el precio del crudo se compensa con un incremento en las exportaciones, el cual, a su vez, tiende a hundir los precios internacionales. En cambio, la reducción de las exportaciones, concertada entre diversos países productores, contribuye a fortalecer los precios y, con ello, a compensar las pérdidas temporales que conlleva. En resumen, en el caso de un recurso no renovable, como es el petróleo, siempre será preferible vender menos con precios al alza que malbaratar la producción con precios deprimidos.

Por otra parte, ha de señalarse que la acción acordada el domingo por Arabia Saudita, Venezuela y México, si bien ha representado un importante paliativo en la caída de las cotizaciones del crudo, no bastará, por sí misma, para ordenar el mercado petrolero internacional. Es deseable que esta medida sea el inicio de una actitud sostenida de cooperación y entendimiento entre naciones productoras de petróleo, integrantes o no del cártel de productores y exportadores del crudo, para introducir estabilidad y racionalidad en las cotizaciones, factores que, a su vez, darán una mayor seguridad a la economía mundial en su conjunto.


COLOSIO: CUATRO AÑOS SIN JUSTICIA

El sexenio pasado llegó antecedido por homicidios políticos -los de los militantes cardenistas Ovando y Gil-, transcurrió en medio de homicidios políticos -más de 500 perredistas asesinados- y culminó con la muerte violenta de dos destacados integrantes del primer círculo presidencial: Luis Donaldo Colosio y José Francisco Ruiz Massieu. Aunque en la enorme mayoría de estos casos el esclarecimiento sigue pendiente, el del ex candidato presidencial priísta se ha convertido en símbolo de una exasperante impunidad.

Ayer se cumplieron cuatro años del asesinato de Colosio en el barrio tijuanense de Lomas Taurinas. De entonces a la fecha, la sociedad ha exigido sin resultados una investigación coherente y convincente sobre el crimen. Pero hasta ahora ninguno de los cuatro titulares que han pasado por la Procuraduría General de la República -Diego Valadés, Humberto Benítez Treviño, Antonio Lozano Gracia y Jorge Madrazo Cuéllar- y ninguno de los directamente encargados de la pesquisa -Manuel Montes, Olga Islas, Pablo Chapa Bezanilla y Raúl González Pérez- ha conseguido ofrecer una explicación fundada y consistente del que ha sido, paradójicamente, el homicidio más documentado, grabado y fotografiado de cuantos han ocurrido en el país.

Ninguna de las múltiples versiones presentadas por las autoridades ha podido explicar las dos lesiones de bala que, desde direcciones opuestas, recibió el candidato presidencial priísta; nadie ha sido consignado por la alteración y manipulación de pruebas que se produjeron en los momentos posteriores al asesinato, y nadie ha explicado los motivos que pudo haber tenido el confeso ``asesino solitario'' de Colosio.

Esta falta de resultados ha lesionado de manera grave y permanente la credibilidad del aparato de procuración de justicia del país, ha alentado la impunidad y ha creado las circunstancias propicias para la proliferación de la sospecha, el rumor, el mito y la desinformación. El hecho es que estos 48 meses de investigaciones infructuosas e hipótesis absurdas y hasta ofensivas a la inteligencia de la nación sólo pueden explicarse en función de una extrema ineptitud o de un designio político de solapar a los verdaderos responsables del crimen de Lomas Taurinas.