La Jornada martes 24 de marzo de 1998

Fernando Benítez
Nuestra conciencia

En una entrevista realizada dos días antes de su regreso a Portugal, José Saramago hizo un llamado ``a que las conciencias despierten'' ante la situación de los indios en Chiapas. ``No pido un levantamiento sino eso que llamo una insurrección moral, desarmada... una insurrección ética''. Confesó que su viaje al sureste mexicano le vino a confirmar que si la conciencia, que nos llevó milenios construir, no la usamos para ir adonde está el sufrimiento, adonde está la muerte, adonde está la humillación, entonces ¿para qué nos sirve la conciencia?

Todo lo que se dice de arreglos unilaterales no tiene sentido. Son tretas de abogados ramplones a quienes falta precisamente lo fundamental: la conciencia. Y todavía debemos esperar a que se haga justicia. Ya no se trata de justicia, en primer lugar; se trata de conciencia. Y parece que nuestra conciencia sufre un atroz deterioro. Cuánta razón tiene Saramago.