La Jornada 23 de marzo de 1998

En degradación avanzada, 71% del suelo en la cuenca del DF: experta

Elia Baltazar Ť Durante los últimos 55 años, la cuenca de la ciudad de México ha perdido cerca de 80 por ciento de sus bosques, 99 por ciento de sus lagos y 71 por ciento de su suelo se encuentra en un estado avanzado de degradación.

Así lo establece Beatriz Canabal Cristiani en su estudio Xochimilco, una identidad recreada, donde la investigadora de la Universidad Autónoma Metropolitana aborda la problemática de esta demarcación de cáracter rural, ante la embestida de la urbanización.

Escribe la investigadora que el área rural que aún se conserva en el DF es de 677 kilómetros cuadrados, lo que representa 45 por ciento del total de su superficie. De esta cifra, apunta, 377 kilómetros cuadrados son de bosque y 300 se emplean como zonas de ganadería y agricultura.

``Sin duda --dice la autora-- el proceso de cambio en los usos de suelo ha perturbado necesariamente la superficie dedicada a las actividades agropecuarias y la calidad de los recursos productivos''.

Agrega: ``También afecta el medio natural en general, al extraerse del subsuelo del DF, para usos urbanos e industriales, grandes cantidades de agua que no han sido restituidas en la misma calidad e intensidad al talarse bosques e impedir que el agua de las lluvias se filtre''.

Lo anterior, explica Beatriz Canabal, ha provocado que las áreas agrícolas se vean afectadas, se propicie la erosión en zonas de los cerros y se contamine con todo tipo de desechos los suelos y aguas disponibles.

La investigadora agrega que actualmente los habitantes de la ciudad sólo disponen de 2.3 metros cuadrados de área verde para cada uno de ellos en el núcleo urbano y en la zona centro-sur llegan a tener apenas 1.2 metros cuadrados por habitante para su recreación.

``La conservación de los bosques y áreas cubiertas de vegetales coadyuvaría a mantener al menos los 4.6 metros cuadrados por habitante de que se dispone en el oeste y suroeste y los 8.5 en el sur, tomando en cuenta los parques nacionales del Ajusco, Magdalena Contreras y Milpa Alta''.

La investigación realizada por Beatriz Canabal analiza, además, los cambios demográficos y de uso de suelo que han afectado la composición de las delegaciones políticas de Tlalpan, Milpa Alta, Xochimilco y Tláhuac.

``Por ejemplo --apunta--, la población de Tlalpan aumentó 11 veces entre 1950 y 1980, en gran medida por una elevada tasa de crecimiento social; el área urbana de la delegación está integrada por más de 5 mil hectáreas y se conservan aún 8 mil 489 para uso agrícola''.

En Magdalena Contreras la cantidad de habitantes se septuplicó en ese mismo lapso, ya que pasó de 23 mil a 179 mil habitantes y registró un crecimiento social de 5.6 por ciento durante los años sesenta.

``La misma situación se registra en Tláhuac para el mismo periodo, dada la abultada corriente migratoria que se asentó sobre su territorio a partir de 1960 y que se ha incrementado con base en invasiones que no se han detenido, propiciadas muchas veces por agentes con determinados intereses económicos y políticos''.

El llano Cuemanco-Tláhuac

A pesar de lo anterior, explica la investigadora, Tláhuac aún conserva las tres cuartas partes de su suelo para usos no urbanos, ``lo cual necesariamente seguirá siendo así, ya que el llano Cuemanco-Tláhuac es considerado una zona estratégica para la recarga de acuíferos profundos''.

En Xochimilco, agrega, la población se quintuplicó y aumentó el crecimiento social en 3.2 por ciento, pero conservó alrededor de 79 kilómetros cuadrados para usos agrícola y forestales 12 kilómetros cuadrados en acuíferos y canales.

``La población de Milpa Alta es la que ha crecido menos en el DF y donde se registra menor afluencia de migrantes: entre 1950 y 1980 sólo aumentó tres veces y conserva 95 por ciento de su territorio para usos rurales: 265 kilómetros cuadrados que cuentan con una importante masa vegetal y boscosa.

Es necesario señalar, dice la autora, que la expansión urbana sobre estas delegaciones sureñas se ha dado de manera irregular y con carencia de servicios. En Tlalpan, por ejemplo, sólo 57.8 por ciento de la población cuenta con drenaje y 83.27 con agua potable. El Tláhuac sólo se ha atendido con drenaje a 50 por ciento y con agua entubada a 70 por ciento. En Xochimilco, la población con drenaje no llega a 60 por ciento, por lo que ``gran parte de los desechos domésticos se vierten en los canales.

Beatriz Canabal Cristiani señala que, de acuerdo con un estudio reciente, ``los atractivos particularmente económicos de la zona metropolitana son menores y no compensan los costos crecientes de aglomeración. Uno de los más importantes es, sin duda, la sobrexplotación de sus recursos naturales: aire, agua y suelo''.