Albores: la crisis, en el alma de los chiapanecos
Tuxtla Gutiérrez, Chis., 21 de marzo Ť El gobernador Roberto Albores Guillén se comprometió a hacer todo lo que esté a su alcance para restablecer la paz en Chiapas, lo que, dijo, no significa sólo ausencia de conflicto. Expresó además que nadie quiere que en la entidad hablen las armas.
Aseveró que gobernar implica, ante todo, un deber equilibrado y de concordia, en el que el gobernante no debe sembrar la ira ni alentar la violencia ni destruir la esperanza.
En su mensaje durante la celebración del 192 aniversario del natalicio de Benito Juárez, en la rotonda de la Cámara de Diputados, el mandatario chiapaneco patentizó su apoyo a la iniciativa de reformas constitucionales sobre derechos y cultura indígenas, presentada por el presidente Ernesto Zedillo al Congreso de la Unión, pues honra los acuerdos de San Andrés Larráinzar al incorporar los derechos políticos de los pueblos indígenas del país.
Albores Guillén reiteró los postulados del Acuerdo Estatal de Reconciliación que propuso hace unos días, y aclaró que en él no existe intención oculta, sombra de exclusión ni asomo de intolerancia.
``Nadie podrá tomar esa propuesta como una carta de triunfo personal. Nadie podría utilizarla para sacar ventajas particulares a costa de los intereses generales. Su designio es otro: sólo la prosperidad general que se extienda con bienhechora eficacia sobre el cuerpo y alma de Chiapas...''
Postuló el gobernador chiapaneco que el amparo de la Constitución y de las leyes no se conforma con el orden y el progreso si éstos, remarcó, no son el producto de la justicia, el bienestar y la libertad.
Albores Guillén confió en que, como Juárez en su tiempo, México saldrá adelante.
Así, sostuvo que la presentación del acuerdo para devolver a Chiapas la serenidad y la confianza que tanto necesita tiene el propósito de reconciliar entre sí a los chiapanecos que se han distanciado, y evitar que surjan distancias entre los que se mantienen unidos.
Es preciso afrontar y aliviar ``una crisis en la intimidad de Chiapas, que tiene que ver con el alma de los chiapanecos; un alma irritada, desconcertada, beligerante. Ahí está la crisis''. Por eso, señaló Albores, la reconciliación es el trabajo que nos aguarda.