Llama Cárdenas a ONG a participar en la elaboración de la ley ciudadana
Juan Antonio Zúñiga M. Ť El jefe de gobierno del Distrito Federal, Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano, convocó a los habitantes de la ciudad de México y a las organizaciones no gubernamentales a incorporarse a los trabajos para la elaboración de una nueva ley de participación ciudadana y a ``tomar en sus manos el poder de decisión.''
Durante el acto conmemorativo del quinto aniversario del plebiscito ciudadano, que el 21 de marzo de 1993 prácticamente allanó el camino para la primera elección de gobierno en el DF, Cárdenas Solórzano invitó a la ciudadanía a sumar su voz en los trabajos de la reforma política y participar activamente en funciones de vigilancia y contraloría del gobierno y sus políticas.
En este sentido, apuntó que se trata de mejorar la democracia representativa, ``pero también de abrir canales para la democracia basada en la participación directa de los ciudadanos (...) La tolerancia, la ética, el respeto a la diferencia, el diálogo y la participación ciudadana deben ser los signos del proceso de democratización emprendido en la capital''.
Explicó que habrá que convencer y abrir nuevamente camino para conseguir el legítimo objetivo de definir la organización jurídica y política del DF, las cuales todavía dependen de la aprobación del legislativo federal. Pero mientras tanto, puntualizó, podemos avanzar para convertir a las delegaciones --que en el año 2000 contarán con titulares electos-- en espacios reales de gobierno, para otorgarles atribuciones y recursos que les permitan hacer frente con eficacia a los grandes retos.
Es necesario avanzar en la definición de reglas electorales que sean ejemplares para todo el país y establezcan, con respeto al marco constitucional las siguientes exigencias ciudadanas: candidaturas unipersonales; la incorporación de la representación de mujeres, jóvenes e indígenas; la eliminación de candados que limitan la voluntad popular y el establecimiento de sanciones electorales para partidos o candidatos que indebidamente cuenten con el apoyo de recursos públicos y funcionarios.
Cárdenas afirmó que quienes están al frente del gobierno capitalino ``somos los más interesados en este aspecto, pues el juego limpio no constituye amenaza alguna para quienes siempre hemos pugnado por la equidad y transparencia en los procesos electorales. Como dice el refrán: el que nada debe, nada teme, y esto es válido para la ciudad de México, para cualquier otra entidad o para el nivel federal''.
Quién lo hubiera imaginado
El patio central del Museo de la Ciudad de México reunió en más o menos 100 redondas mesas a unas 500 personas, en el quinto aniversario de aquel plebiscito realizado el 21 de marzo de 1993, con la voluntaria participación de 11 mil capitalinos que recogieron en 2 mil 841 casillas el rotundo ``Sí'' de la gran mayoría de los 331 mil 367 sufragantes a la elección de gobernantes en el DF.
En esta primavera de 1998 presidió el acto el primer gobernante electo en la historia de la ciudad, entre comensales que hace un lustro habría sido más factible observar en manifestaciones y que ahora promueven la más amplia participación ciudadana en el contexto de una oposición hecha gobierno. Casi tan inimaginable como contemplar a Rosario Ibarra de Piedra charlar de teatro con Sergio Corona este 20 de marzo, habría sido concebir al propio actor en un acto de esta naturaleza.
Alejandro Aura, ahora director de Socicultur, abrazaba a Enrique Alonso, creador del inolvidable Cachirulo, mientras en otra mesa Carlos Imaz, coordinador de Gestión Social y Participación Ciudadana, platicaba con Jesús González Schmal --ex militante panista y hoy oficial mayor-- y Armando Quintero, ex dirigente del STUNAM y ahora cabeza del PRD capitalino.
Funcionarios de la administración pública local, diputados, actores y militantes de diferentes partidos, pero quedaron chicos ante la pluralidad del más universal de los lenguajes: la música que, a cargo del Cuarteto Femenino de la Orquesta Clásica pasó casi inadvertida en los preámbulos del acto conmemorativo. No obstante, los murmullos, abrazos y las sonrisas expresiones nunca ajenas a los actos políticos de cualquier signo, no lograron amedrentar el ánimo de las interpretes que ejecutaron magistralmente lo mismo el tango Choclo que el Cannon en Mi Menor de Pacherbel.