La Jornada 21 de marzo de 1998

CONAI, INSTANCIA IMPRESCINDIBLE

En los últimos días la Comisión Nacional de Intermediación (Conai), presidida por el obispo de San Cristóbal de las Casas, Samuel Ruiz García, ha sido objeto de una serie de presiones e intentos de desacreditación provenientes de diversas oficinas gubernamentales y de organismos corporativos cercanos al poder público. Si bien los actos de hostigamiento en contra de la Conai no son nuevos --situaciones similares se han observado cada vez que esa instancia de mediación se ha resistido a plegarse a los dictados de alguna de las partes en conflicto--, las presiones más recientes son resultado de la toma de posición pública de la comisión ante el envío, por parte del Ejecutivo federal, de una iniciativa de reformas constitucionales en materia de derechos y cultura indígenas.

Resulta muy preocupante que los señalamientos críticos de la Conai al contenido de la iniciativa gubernamental, y sus exhortos a no poner en riesgo con medidas unilaterales y no consensuadas el proceso de diálogo y negociación, sean motivo de descalificaciones improcedentes e infundadas y no, como debería suceder, causa de reflexión y análisis por parte del gobierno federal. La función de la Conai, reconocida por todos los actores involucrados en el proceso de paz en Chiapas, no es la de coadyuvancia sino la de mediación. La Conai es el único puente entre el EZLN y el resto de la sociedad y un canal indispensable para el diálogo entre el gobierno y los zapatistas. Por ello, las declaraciones del secretario de Gobernación, Francisco Labastida, de que la Conai ``no ha coadyuvado mucho en el proceso de diálogo'', son imprecisas y pueden prestarse a equívocos. La Cocopa ha asumido la labor de coadyuvancia por mandato legal y a la Conai le han correspondido, con la aceptación de todas las partes, las tareas de mediación y conducción metodológica del proceso de diálogo. La Conai no se proclamó instancia de coadyuvancia sino de mediación, y lo hizo por considerar, de manera acertada, que sólo con la creación de un organismo civil con la credibilidad y la capacidad suficientes para establecer vínculos de comunicación entre los bandos sería posible darle una salida pacífica y justa al conflicto chiapaneco y atender las legítimas demandas de los pueblos indígenas. En ese carácter de instancia imparcial aceptada como interlocutora por todas las partes y de conductora de la metodología del proceso de negociación es que la Conai formuló sus comentarios a la iniciativa gubernamental y señaló los aspectos en los que, a su juicio, ésta se aparta de los Acuerdos de San Andrés y de los compromisos contraídos por el gobierno federal durante el diálogo con el EZLN.

La Conai es un organismo --conformado por personalidades de reconocido prestigio y autoridad moral-- imprescindible para alcanzar la paz en Chiapas. El gobierno federal, los legisladores, los partidos políticos, el EZLN y los diversos actores sociales harían bien en atender los llamados a la paz, a la reconciliación y a la solución política de las diferencias formulados por la Conai. Socavar o disminuir la importante labor que ésta realiza sólo se traduciría en la pérdida del único puente de comunicación entre los zapatistas y el resto de la sociedad, circunstancia que pondría en riesgo todo el proceso de paz en Chiapas.