La Jornada 20 de marzo de 1998

MIGUEL BOSE EN MEXICO

Mónica Mateos Ť Miguel Bosé en México demuestra que ya se sabe todas las artimañas para seducir no sólo a un público que lo considera ``un gran filósofo'', sino hasta a los más aguerridos paparazzi.

En su encuentro con la prensa mexicana para presentar su disco 11 maneras de ponerse un sombrero, sonríe, hace mohínes de niño travieso, evade respuestas, lanza sus verdades incuestionables e incluso se da el lujo de mantener a raya, suavecito, a los reporteros que constantemente se quieren ``entrometer'' en su vida íntima cuando aclara: ``yo no me cuento en mis canciones. Cualquier cosa me inspira, no necesariamente una mujer''...entonces nadie insiste en seguir preguntando sobre sus amores o preferencias en la cama.

Bosé, siempre con la sartén por el mango, pone el punto final: ``siento un gran pudor con respecto a mi vida privada. Pero no tengo ningún problema en compartir lo que tengo en la cabeza''. Es esa arrogancia lo que mantiene subyugado a un auditorio que goza cada frase y cada gesto del sublime señor Bosé, como lo define una colega.

El cantante, compositor, hijo de dos legendarias figuras españolas (la actriz Lucía Bosé y el torero Luis Miguel Dominguín), ahijado de Pablo Picasso, dueño de dos disqueras, promotor de nuevos talentos del tecno pop, director de teatro, y por supuesto, actor, explica que ``es absolutamente falso'' que en la presentación de su disco en Madrid prohibiera la entrada a los representantes de la llamada prensa del corazón, como la revista Hola que se dedica a ``cazar'' escenas comprometedoras de los famosos y que considera a Bosé ``una presa difícil''.

Lo que sucedió, aclara, fue que ``llegaron sin acreditación, en el último momento, por eso no entraron... mira, hay una prensa de asalto que es tremendamente incómoda, pero no se puede generalizar. Siempre que vengan a mí de una manera educada, van a ser recibidos, así no tengo problema de hacer partícipe de mi trabajo a nadie'', explica.

Dueño y señor del territorio que habita (la industria discográfica), Miguel Bosé asegura que este disco fue realizado para ``darme tiempo como compositor, para poder escribir canciones nuevas, pues soy algo lento''.

Así, los seguidores de este hombre que dice tener la cualidad de rendirse ante la música de Phillip Glass y cinco minutos más tarde ante Rocío Jurado, porque ``hay que aprender a dejar de ser esnob y cerrado'', mantendrá a sus seguidores durante la próxima primavera con los oídos -y los bolsillos- ocupados con canciones de sus autores favoritos.

Interpretar por primera vez en 20 años canciones no escritas por él es un homenaje a gente como Fito Paez, ``el más genial del mundo'', Silvio Rodríguez, Carlos Varela o Luis Eduardo Aute, quien probablemente más me ha influido a la hora de escribir letras. Pero también es una manera de suavizar mi ego''.

Causas y azares, Muro, Un vestido y un amor, Alfonsina y el mar, Usted abusó, El amor despues del amor, son algunos de los temas ``versionados'' por Bosé, concepto que él define como cantar una canción en la forma en que nace de los recuerdos, cuando ha sido asimilada y se queda la esencia.

Muchos aplausos para este material que pretende escaparse de las tendencias actuales del mercado ``solemnes, vacías, insulsas'', define Bosé. ``Pero esperen -avisa-, ``vendrán otros tres temas que no incluimos en este disco, pero que editaremos posteriormente: una versión más larga de Muro, de Carlos Varela, un tema que se llama Desafinado y Yolanda, de Pablo Milanés''.

-¿Y qué, tendremos que comprar otra vez este disco corregido y aumentado? Una sonrisa, un guiño y Miguel, el sublime, dio por concluido su encuentro con la prensa.