La Jornada 20 de marzo de 1998

Compromiso del gobierno capitalino, recobrar la tradición del asilo, declara Cuauhtémoc Cárdenas

Palabras de Cuauhtémoc Cárdenas:

México, Distrito Federal se constituye este día en ciudad refugio para escritores perseguidos, uniéndose así a la red de ciudades refugio que han surgido por distintas partes del mundo para brindar albergue a quienes en sus países son impedidos de escribir y de decir, y también para señalar ante el mundo que existen colectividades, que se están multiplicando, que activamente practican la solidaridad humana y enérgicamente rechazan toda persecución y todo acoso que signifique coartar el ejercicio de derechos fundamentales de la persona, reprimir las ideas, acallar la palabra.

Hacer de México una ciudad refugio y hacerlo ante tan preclaros exponentes de las letras universales, ante este grupo selecto de quienes con su labor cultural y con las actitudes que asumen en sus vidas defienden las libertades de individuos y pueblos y se suman a las causas mejores de la humanidad, constituye un serio compromiso para que esta ciudad recupere, y quisiéramos que así fuera para el país entero, una práctica, que llegó a hacerse tradición, por la que se conocía y reconocía a México como tierra de asilo y hogar de perseguidos por dictaduras represoras y temerosas del pensamiento libre, de la expresión y el debate de ideas, de la actividad politica, de las prácticas democráticas, del encuentro con la diversidad.

En la etapa nueva que vive esta capital, al hacer de ella ciudad refugio, está tomándose el compromiso de hacerla refugio no sólo de escritores, sino de todos aquellos a quienes el temor a las ideas, la intolerancia, la violencia que adopta mil formas cuando se ejerce, se alienta desde el Estado, torna en perseguidos para silenciarlos, inmovilizarlos, aprisionarlos.

El que la ciudad de México se incorpore a la red de ciudades refugio se lo debemos a la iniciativa, al entusiasmo y sobre todo al compromiso solidario de Carmen Boullosa. A su empeño se debe también que este proyecto, que se hace realidad, sea una tarea compartida por el Consejo Nacional para la Cultura y las Artes y el gobierno del Distrito Federal, con lo que sin duda tendrá, en sus logros, mayores alcances.

Gracias a todos por su presencia, gracias a nuestros visitantes de naciones hermanas que son testigos de este compromiso que hoy asumimos, de fraterna solidaridad de la ciudad de México con quienes en otras latitudes son perseguidos por quererse expresar y por querer vivir con dignidad.