Astillero Ť Julio Hernández López
Los representantes priístas en la Cocopa siempre habían sido aleccionados desde la Secretaría de Gobernación respecto a la postura que deberían asumir en las discusiones internas y en las acciones a seguir. Se les citaba en una oficina de Bucareli y se les instruía. Sin embargo, conforme pasaba el tiempo, y la postura gubernamental de desidia e incumplimiento avanzaba, algunos priístas fueron desobedeciendo las consignas y actuando conforme su conciencia (y no su partido) se los dictaba. Así se generó la peculiar situación en la que algunos de los representantes del tricolor ante la Cocopa fueron convirtiéndose en un dolor de cabeza para el PRI y para el sistema.
Cuando Emilio Chuayffet fue el titular de Gobernación, el operador inmediato era el subsecretario José Fernando Franco González Salas (hermano de María Teresa, directora del Instituto Nacional de Antropología e Historia). Ya desde entonces hubo algunas reuniones a las que sólo se invitó a la representación ``institucional'' del priísmo ante la Cocopa. Es decir, sólo a los que eran absolutamente de confianza, dejando fuera a aquellos sobre quienes se tenían dudas (o plena convicción) de que no serían simples escuchas pétreos, y posteriores ejecutores, de las indicaciones recibidas. Con Labastida, al decidirse el acoso hasta el exterminio de la famosa comisión, también se prescindió del uso grupal de la representación tricolor para entregarla sólo a personajes de absoluta fidelidad, como el diputado Francisco Javier Gil Castañeda y el senador Oscar López Velarde.
En la primera Cocopa (es decir, en la integrada con diputados y senadores pertenecientes a la pasada legislatura federal), dos nombres causaban particular molestia en las alturas (a veces hasta peligrosos ataques de furia suprema): el diputado Jaime Martínez Veloz y el senador Pablo Salazar Mendiguchía. Ambos jugaron un papel fundamental, pues fueron capaces de darle viabilidad a propuestas conjuntas haciendo a un lado los intereses específicos de su partido y, en múltiples ocasiones, enfrentándose a consignas superiores.
De no haber sido por la decisión histórica de Martínez Veloz y Salazar Mendiguchía de ponerse por encima de su filiación partidista, la Cocopa jamás hubiese sido la instancia que (no debemos olvidarlo) estuvo a un paso de lograr la pacificación de Chiapas, al conseguir la original aprobación gubernamental y zapatista a una propuesta de reformas constitucionales en materia indígena de la que después se retractó la parte oficial, y a la que luego los insurrectos del sureste no han permitido el cambio ni de una coma (tan encaminada iba la posibilidad de la paz que el subcomandante Marcos ya estaba pensando en la manera de reincorporarse a la vía civil, una de ellas, en serio o en broma, no se sabe, la de hacerse una cirugía facial).
Martínez Veloz y Salazar Mendiguchía encabezaron así una cuidadosa redefinición del papel de representantes partidistas, con el que se habían integrado a la Cocopa, por el de miembros de esa comisión movidos más por la visión general de lo que sería bueno para el país que lo que convendría a su partido. En ese tramo hubo similares actitudes de perredistas como Heberto Castillo, y de panistas como Rodolfo Elizondo, que aun a contrapelo de las instrucciones de sus partidos fueron capaces de comprometerse con propuestas y acciones más amplias.
En el ámbito priísta, las intrigas y las acusaciones contra Martínez Veloz y Salazar Mendiguchía fueron subiendo de tono. El primero había sido subdelegado de la Secretaría de Desarrollo Social en Tijuana, desde donde estableció una relación cercana con el doctor Ernesto Zedillo, secretario de Estado con raíces en Mexicali. A la hora de lanzar candidatos a diputados federales, Martínez Veloz fue postulado por uno de los distritos de Tijuana, en el que ganó sin problema. Salazar Mendiguchía, senador que por su duración sexenal fue parte de la primera Cocopa y sigue en la actual segunda versión, ha ocupado diversos cargos en su estado natal, que es Chiapas, y donde tiene una serie de relaciones políticas y sociales de valor fundamental, entre otras con el obispo Samuel Ruiz.
Ambos priístas fueron, como miembros de la Cocopa, factores incómodos para la aplicación de consignas gubernamentales. Hoy comparten la embestida en su contra. Martínez Veloz, que ha dejado de ser diputado federal, se mantiene en una cartera del desdibujado Movimiento Territorial del PRI, y en estos momentos es impulsado (contra las resistencias internas) por diversos grupos y corrientes priístas de Baja California para que sea candidato a diputado local por Tijuana. Salazar Mendiguchía, por su parte, vive la virtual destitución como representante ante la Cocopa, que en su contra ha dictado la cúpula priísta a pesar de que la designación oficial corresponde al Senado.
En ambos casos, la persecución y la cancelación de oportunidades es la consecuencia de desobedecer la tradicional disciplina de su partido. Otros priístas que han sido obsequiosos y obedientes han tenido distintos destinos, como lo prueba el caso de Roberto Albores Guillén, diputado federal que asistió a tres de cinco sesiones de la Cocopa en un estado de alegría incompatible con la seriedad de los temas a discutir, pero que luego fue designado gobernador sustituto de Chiapas.
(¿Quienes han sido los priístas representantes ante la Cocopa? En la primera integración: por los diputados, Martínez Veloz y Marco Antonio Michel, que ahora es asesor de la dirección del Seguro Social. Por los senadores, Salazar Mendiguchía y Oscar López Velarde. En la segunda Cocopa, actualmente en funciones: por los diputados, Albores Guillén, que al irse a Chiapas fue sustituido por Francisco Javier Gil Castañeda, y Javier Guerrero, coahuilense que con extremo cuidado mantiene viva la llama de la crítica y la discusión racional en lo interno. Por los senadores, los mismos Salazar y López Velarde.)
Astillas: Mario Luis Fuentes, director del DIF, será el representante presidencial en la ceremonia conmemorativa del natalicio de don Benito Juárez que se realizará este sábado en Guelatao, Oaxaca. En tal condición, Fuentes pronunciará el discurso oficial del caso... El guerrerense Efrén Leyva Acevedo, quien ha sido diputado federal y secretario general de gobierno, y actualmente es delegado del PRI en Oaxaca, dijo el pasado 12 en Chilpancingo que en su entidad la política priísta ha sido caracterizada por la exclusión, y que tal circunstancia propició la salida del PRI de un ``hombre valioso'' como Jaime Castrejón Díez. Al colocarse a contrasentido del linchamiento oficial del ex rector guerrerense que podría ser candidato externo del PRD a gobernador, Leyva Acevedo recibió múltiples reacciones. Una de ellas fue la de uno de los secretarios del gabinete estatal, René Juárez, quien dijo que las declaraciones de Leyva Acevedo eran ``pendejadas''.