Turnaron a comisiones del Senado las enmiendas del Ejecutivo y de Acción Nacional
Andrea Becerril Ť El conflicto en Chiapas no se va a detener por decreto; no se trata de aprobar una legislación, porque ésta no va a pacificar la región; se requiere que el gobierno federal y el EZLN reanuden el diálogo, señaló ayer en la tribuna del Senado de la República el legislador perredista Carlos Payán Velver. ``No podemos permitir una confrontación armada'', agregó.
Al fijar la postura del PRD, después de que el pleno del Senado turnó a comisiones las iniciativas de ley sobre derechos indígenas, presentadas por el Ejecutivo y el PAN, Payán Velver advirtió:
``Quisiera equivocarme, pero tengo la sensación de que el gobierno y su partido quieren la resolución del conflicto por la vía de la fuerza'', sostuvo, y advirtió que si hubiera una nueva matanza de indígenas el Presidente de la República y el secretario de Gobernación tendrían una alta responsabilidad.
``Senadores, senadoras, hombres sabios, prudentes, por aquí tenemos un largo camino que andar, y cada quien en este conflicto va a asumir su responsabilidad histórica, con las muertes venideras''.
El debate sobre los proyectos de reforma constitucional en materia indígena lo abrió Beatriz Paredes, al expresar, a nombre del grupo parlamentario del PRI, el respaldo a la iniciativa de Zedillo y formular incluso un reconocimiento ``al valor del Presidente para enfrentar la problemática que aqueja a los pueblos indios de una manera estructural''.
La dirigente de la Confederación Nacional Campesina (CNC) leyó un amplio documento en el que se alude a la ``responsabilidad patriótica'' con que la iniciativa del Ejecutivo recoge cuestiones esenciales que preocupan a los indígenas y se llama a los grupos parlamentarios a rebasar ``los evidentes antagonismos políticos'' para poder colocarse como ``legisladores de la patria, como legisladores de los indios''.
Con ese mismo tono, Paredes pidió a los senadores ponerse por encima de dogmatismos y ``no regatear el apoyo'' a la iniciativa de Zedillo, la que, sostuvo, se inspira en los acuerdos de San Andrés y no se limita sólo a los indígenas de Chiapas, sino a las 56 etnias nacionales.
Payán Velver fue el encargado de ir a tribuna para precisar el sentir y la posición de su partido. Vehemente, expuso de entrada que parecería que no pasa nada, ni nunca ha pasado nada.
``Me da la impresión de que hay una gran confusión en este país, porque estamos hablando de una guerra, de una guerra que no termina'' y que no acabará con una legislación.
Lo más importante, agregó, es acabar con la guerra, pacificar con justicia la región, ``llevar ayuda a este pueblo chiapaneco que está olvidado desde hace 500 años, y que nosotros persistimos en que pemanezca olvidado''.
El tono de la voz subía: ``No, no se trata de aprobar una legislación, señoras y señores senadores, porque ésta no va a resolver el conflicto y no va a pacificar la región''.
Los más de cien senadores presentes en el recinto seguían atentos la intervención del perredista. ``Se requiere fundamentalmente de un acuerdo político de todas las fuerzas, de todos los partidos políticos y, sobre todo, allá abajo, en donde está el conflicto, los armados y el gobierno''.
Payán Velver añadió que no debe olvidarse que el incumplimiento del gobierno de los acuerdos de San Andrés es lo que ha dificultado la reanudación del diálogo.
Cada quien asumirá su responsabilidad con las muertes venideras
``Me quisiera equivocar, pero tengo la sensación de que el gobierno de este país y su partido quieren la resolución por la vía de la fuerza en el conflicto chiapaneco. Me quiero equivocar, porque no quiero que muera un mexicano más; porque no quiero que muera un soldado más, porque no quiero que muera un indígena más''.
Cuando Payán pronunció esta última frase, la vicecoordinadora de la fracción del PRI, María de los Angeles Moreno, se levantó, fue hasta la curul donde Heladio Ramírez platicaba con el candidato a la gubernatura de Oaxaca José Murat y le pidió sentarse junto a Beatriz Paredes, para preparar la respuesta.
Mientras, Payán añadió que debe de privilegiarse la política por encima del uso de la fuerza, porque, ``como vamos, me parece que podemos todos caer en una trampa''.
Insistió en que desearía de manera ferviente estar equivocado, y ser un iluso o un irresponsable al plantear que será responsabilidad del Presidente de la República o del secretario de Gobernación si hay una nueva matanza en Chiapas.
Retomó la pregunta que en esa misma tribuna planteara antes el panista José Angel Conchello: ``Para qué servimos los senadores, yo también me pregunto''. Y expuso luego que los legisladores no pueden permitir que haya una confrontación armada y sí deben propiciar que las partes en conflicto, ahora polarizadas, regresen, hablen y acuerden.
Luego pidió la palabra la senadora Irma Serrano y, como siempre, se lanzó contra todos.
En su turno, el senador del PAN Luis Felipe Bravo Mena sostuvo que ``la gran confusión que priva en este momento se debe a que no se ha cumplido ni respetado la ética política del diálogo pactado entre el gobierno federal y el EZLN.
Los acuerdos de San Miguel se han ido a la basura, dijo, y resaltó que se requiere tener un verdadera voluntad de diálogo y no utilizarlo como arma de estrategia política. La iniciativa que presentó el PAN, señaló, ``no es la verdad absoluta'' y agregó que entre los legisladores panistas priva una actitud de diálogo.
Enseguida intervino el priísta Heladio Ramírez. Reconoció que las leyes por sí solas no pueden acabar con la guerra o concluir la paz en Chiapas, pero ``no se debe apostar al falso dilema de primero la pacificación como una prioridad y luego las leyes''.
El perredista Mario Saucedo dijo que su grupo parlamentario está comprometido a legislar, pero no puede pasar por alto que el Ejecutivo envió al Congreso su proyecto de ley indígena sin tomar en cuenta a los zapatistas, e igual hizo el PAN.
Al final, regresó a la tribuna Beatriz Paredes para insistir en que ``mezclar intencionalidades perversas a la presentación de las iniciativas'' cierra la posibilidad de desempantanar el conflicto. Expuso que la intervención del senador Payán la llenó de preocupación, pero no comparte su visión sombría.
Mientras la discusión se daba en el salón de sesiones, afuera del Senado estuvieron en plantón campesinos de la Unión Nacional Lombardista para exigir la liberación de indígenas detenidos el pasado día 5 en Ocosingo, Chiapas, y el castigo a los responsables de la matanza de siete compañeros en El Vergel, municipio de Las Margaritas. Sus viudas exigieron justicia.