ASTILLERO Ť Julio Hernández López
Arrinconado por sus presuntos gobernados, y dejado a su suerte por los mandos del sistema, el general Jorge Carrillo Olea se aferra a un poder que ya no tiene.
Jefe político de una estructura policiaca que en realidad cometía los delitos en lugar de perseguirlos, testigo cuando menos complaciente (por no decir cómplice) del paso de mafias y capos por su territorio, culpable sin lugar a dudas de la disolución social que hoy se vive en el estado de Morelos, Carrillo Olea pretende asumirse como un gobernador firme, acaso esperanzado en alguna improbable declaración presidencial que le clasificase como aliado hasta el 2000, al estilo de Roberto Madrazo y Víctor Cervera.
Hombre del sistema, confidente de secretos de Estado, ejecutor de decisiones supremas, especialista en inteligencia, ariete contra el narcotráfico, Carrillo Olea ha sido en Morelos el responsable de una lluvia de infortunios para los ciudadanos, quienes han sufrido cotidianamente el acoso de las bandas gubernamentales del espionaje y la lucha antinarcóticos que, acreditadas como autoridades policiacas, se han encargado justamente de darle carácter institucional al robo de autos, al secuestro de personas, al retorcimiento de la ley, a la represión política, al uso de las armas públicas para los negocios de pandilla.
Exhibidos sus métodos delincuenciales, demostrada sin duda la actividad criminal de los jefes policiacos, manifestado ampliamente el rechazo popular contra el gobierno estatal, hoy Morelos aparece como una vergonzosa muestra de la impunidad derivada del ocupamiento de cargos públicos, y de la existencia de redes de complicidad (acaso amenazantes de usar como chantaje informaciones delicadas) más poderosas que la ley y la voluntad popular.
Cada día que Carrillo Olea sigue como gobernador es una muestra más de que en México no existe de verdad el estado de derecho, y que a pesar de la larguísima lista de violaciones y agravios cometidos contra su pueblo, un gobernador puede, sin autoridad política ni moral, y sin control real del poder, mantenerse encerrado en sus oficinas, a la espera de que pase el tiempo de un reloj que, para él, ya dio la hora exacta.
Apapachos entre PRI y PAN en Chihuahua
Es tanta la cordialidad que hay entre los candidatos panista y priísta al gobierno de Chihuahua, que el pasado lunes el blanquiazul Ramón Galindo hizo una sorpresiva visita al tricolor Patricio Martínez, en la casa de campaña de éste.
Los dos aspirantes (ambos contadores públicos, al igual que el gobernador Francisco Barrio Terrazas) hablaron de las nuevas formas civilizadas de hacer política en la entidad, de urbanidad política y de dejar atrás las confrontaciones ríspidas. Tan fuera de programa fue la visita del panista, que debió esperar casi veinte minutos a que el priísta se trasladara de un acto que realizaba fuera de su cuartel de campaña. ``No es pose: sale del corazón'', dijo el panista para explicar la razón de su visita que, a su vez, era una forma de corresponder a la que el priísta le había hecho a Galindo cuando ambos apenas eran precandidatos. Inclusive, el priísta Martínez paró en seco este lunes a una lideresa conocida como La Negra Tomasa, cuando ésta pretendió corear el nombre de Patricio frente a Ramón. ``No, ahora tenemos un visitante distinguido, y también que viva Galindo'', dijo Patricio.
El panista Galindo adelantó que ``no tenemos por qué seguirle dando sensacionalismos ni escándalos a la población a través de los medios y con nuestras declaraciones, y menos haciendo escarnio de un candidato, a su persona, eso no resuelve la problemática''. El priísta dijo: ``No pienso destruir al PAN, ni a Ramón Galindo, pienso ganarles convenciendo más ciudadanos... el PAN es un partido que llegó para quedarse''.
Juntos, los candidatos recorrieron la casa de campaña del priísta. Ya para despedirse, el panista Galindo le comentó al priísta Patricio que él no tenía una sede así y, en broma, le comentó: ``A ver si me la prestas para una de mis reuniones''.
En Los Pinos, y en altos círculos del panismo, se ve con agrado lo que sucede en la Chihuahua de Barrio Terrazas, muy distinto al Guanajuato de Vicente Fox.
De grillos veracruzanos a termitas del presupuesto federal
Nombramientos como el de Gustavo Carvajal en Caminos y Puentes Federales (Capufe), son hechos para saciar con el presupuesto público ciertas ambiciones políticas frustradas. Con tales designaciones se acepta ante los ciudadanos, de manera cruda, que el dinero público se pone al servicio de manos ávidas de resarcirse de penurias partidistas o electorales.
Por si no fuese suficientemente claro en el sentido descrito el caso del veracruzano que dejó de ser piedrita en el zapato alemanista a cambio de la generosa nómina de Capufe, allí están los primeros nombramientos que el ex presidente nacional priísta y senador con licencia ha hecho, con el rango de delegados regionales: en la zona VII, del Golfo, con cabecera en Veracruz, José Virgilio Cruz Parra, quien ha sido presidente municipal del puerto de Veracruz, diputado local, funcionario federal y... coordinador de las campañas electorales priístas de los entonces candidatos a senadores Gustavo Carvajal y Eduardo Andrade; en la zona III norte, con sede en Querétaro, Tomás Montoya Pereyra, quien fue presidente municipal de Catemaco, Veracruz, diputado federal suplente, diputado local, funcionario estatal y activista del PRI; en la zona V, centro-oriente, con sede en Puebla, quedó Jesús Martínez Villicaña, quien lleva los mismos apellidos que Luis, aquel gobernador de Michoacán que dejó el cargo en 1988 y se refugió justamente en la siempre pródiga dirección de Capufe.
Astillas: Un buen día, Emilio Rabasa, coordinador gubernamental para Chiapas, comparaba ante un grupo de reporteros, fuera de grabación, las mejores condiciones políticas que hoy tenía el EZLN en comparación con el zapatismo original. Ya hubiese querido tener Emiliano Zapata las condiciones que hoy le ofrece el gobierno al subcomandante Marcos, decía el funcionario. Uno de los varios reporteros que le escuchaban le recordó que, sin embargo, Emiliano Zapata había sido traicionado y asesinado. Rabasa se quedó callado y, volteando hacia otro lado, nada más dijo: ``Sin comentarios, sin comentarios''... El candidato priísta a gobernador de Zacatecas, José Olvera, prefirió eludir cualquier forma de debate con su adversario Ricardo Monreal... Víctor Cervera Pacheco buscará cobrar el apoyo al Congreso Nacional de maestros, realizado la semana anterior en Mérida, con la propuesta de que Federico Granja Ricalde, ex gobernador interino de Yucatán, avenido al mando de don Víctor, sea el próximo dirigente de la FSTSE... Pues ya se reinstaló Fernando Ortiz Arana en su escaño de Xicoténcatl, y aunque todos digan oficialmente lo contrario, su presencia incomoda a varios senadores... En Sinaloa se ha hecho correr con fuerza la versión de que el cetemista Juan S. Millán será el próximo candidato priísta a gobernador. Según se dice, Millán ofrece al Dedo Supremo la única posibilidad decorosa de postular a un cetemista a un cargo de ese nivel y con expectativas sensatas de ganar. Juan Sigfrido Millán tiene una amplia carrera sindical, legislativa y partidista, y en varias ocasiones ha asumido posturas políticas y ha hecho declaraciones altamente contrastantes con la ortodoxia priísta y la arterioesclerosis cetemista..
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