La más reciente encuesta de la prestigiada empresa Indermec Louis Harris, aplicada en el margen del periodo que completa los cien primeros días del gobierno capitalino de Cuauhtémoc Cárdenas (La Jornada, 14 de marzo), señala que 44.6 por ciento de los habitantes de la capital votaría hoy --``con miras al 2000''-- por el PRD, y que sólo 19 por ciento lo haría por el PRI y 18 por ciento por el PAN. Los estrategas del PRI deberían estar avergonzados: calculaban sin duda que su ``ofensiva'' contra el nuevo gobierno del Distrito Federal daría a estar alturas resultados muy diferentes.
Los datos son aún más significativos si se comparan con los que marcaban las preferencias electorales de 1997. En febrero, una encuesta aplicada por el CEO de la Universidad de Guadalajara a mil 200 ciudadanos, registraba 42.9 por ciento de inclinaciones ciudadanas por AN, 17.5 por el PRI y 23.5 por ciento por el PRD. En pocos días las tendencias sufrieron un cambio brusco.
Durante el mes de marzo, una nueva encuesta del CEO dio al candidato del PAN 27.5 por ciento de las preferencias, frente a 20.5 de Alfredo del Mazo y 34.8 por ciento del candidato perredista. En abril, Castillo Peraza cayó al 26.0 por ciento, el PRI al 18.6 y el PRD se colocó cómodamente en 37.6 por ciento de los virtuales sufragios.
Del mes de abril al día de las elecciones Cárdenas mantuvo ya una clara e irreductible delantera, con promedios en las preferencias que oscilaron entre 35 y 49 por ciento, y que expresaron crecientes simpatías por el candidato perredista no sólo entre los sectores populares o medios, sino también entre los de ingresos más altos. Una encuesta aplicada durante el mes de abril señaló que 36 por ciento de quienes obtenían ingresos mayores de 7 mil 501 pesos mensuales se inclinaban por Cárdenas, 24 por ciento por Castillo Peraza y 14 por ciento por Del Mazo.
Los votos de los jóvenes resultaron decisivos. Una ``encuesta de salida'' que realizó el diario Reforma el día de las elecciones mostró que 82 por ciento de los ciudadanos de entre 18 y 29 años habían sufragado contra el PRI y 51 por ciento de éstos lo había hecho por el PRD (Encuesta de Berumen y Asociados, publicada por la revista Este País, número 74, en su edición de mayo de 1997).
Cárdenas ganó las elecciones del 6 de julio con 47.1 por ciento de los votos, frente a 25 por ciento del PRI y 15.2 por ciento del PAN. Ocho meses después, en contra de viento y marea, el partido del sol azteca su ubica sólo dos puntos por debajo de su máximo alcance de 1997, mientras que el PRI pierde seis puntos porcentuales en su loca carrera por disputar al PAN el nivel más bajo posible de las simpatías políticas defeñas.
¿Servirá de algo esta lección al belicoso priísmo capitalino? ¿Cómo explicar los resultados referidos de cara a las acciones de cerco y guerra política que ha emprendido el tricolor y sus aliados panistas contra el gobierno de Cárdenas?