Antonio Sánchez Ibarra
A la caza de la vida

A 40 años del comienzo de la exploración espacial, la búsqueda de la vida se convierte en objetivo primario dentro de diversas misiones, ante evidencias de que ese fenómeno podría ser más común de lo imaginado.

El panorama desolador de hace unas décadas en cuanto a la vida dentro del sistema solar se ha modificado desde agosto de 1996, cuando los estudios de un meteorito marciano mostraron evidencias -aún discutibles- de la presencia de fósiles de bacterias.

Semanas después de esa trascendental noticia -de hecho no tuvo la difusión que merecía el encontrar por primera vez indicios de vida fuera de la Tierra-, otra no menos importante se sumó a ese cambio de perspectiva: la posibilidad de que existiera un océano bajo la superficie congelada de Europa, uno de los satélites naturales de Júpiter.

Posteriormente, la nave automática Clementina, usando un sistema de radar enfocado hacia la Luna, pareció encontrar agua en sus regiones polares. Ello prácticamente fue confirmado en días pasados con las observaciones del Prospector Lunar, nave de exploración en órbita que ha marcado el retorno de la NASA a nuestro satélite.

Aunque la existencia de agua en la Luna no implica per se la presencia de vida, es una referencia importante sobre el hecho de que haya un elemento importante en un lugar tan inhóspito, del cual siempre se había indicado su ausencia.

Es importante remarcar que esos descubrimientos muestran indicadores de una vida incipiente o condiciones favorables en cierto grado para la misma, y en ningún momento la falsa idea que manejan quienes publicitan exhaustivamente a los extraterrestres. La vida es un fenómeno y proceso muy complejo y diverso. Hablar de ella no significa de inmediato pensar en seres semejantes a los humanos.

Lo cierto es que el fenómeno de la vida no se consideraba dentro de nuestro sistema planetario con mucho optimismo, y se pensaba que sería mucho menos común. Empero, le toca a nuestra generación tener la oportunidad maravillosa de vivir este descubrimiento trascendental para la especie.


Hielo en la luna Europa Ť Foto: JPL/NASA