Con muy mala suerte, al iniciarse el periodo ordinario de sesiones del Congreso de la Unión, se inauguró el canal de televisión que tanto exigieron los legisladores federales. Tal vez les hubiera resultado mejor no tener ese escaparate porque lo sobresaliente fueron los aspectos más negativos de su trabajo.
De una parte, algunos simpatizantes del PRD realizaron una protesta por la inminente llegada de la iniciativa presidencial sobre Chiapas y, por la otra, diputados perredistas y del PAN abandonaron el salón de sesiones por ese obstáculo a la tarea legislativa.
El joven Jorge Emilio González, presidente de la Cámara y coordinador del grupo del PVEM, el partido que dirige su padre a escala nacional, no tuvo más remedio que declarar un receso de duración indefinida y reunirse con los otros coordinadores de los grupos parlamentarios para buscar una solución negociada a este problema.
En el flamante canal de televisión de los legisladores apareció una cortinilla con una fotografía del salón de plenos de la Cámara de Diputados y un letrero superpuesto que simplemente decía ``se decretó un receso'' y, en la parte inferior, Coordinación General de Comunicación Social. Más tarde fue peor: el aviso fue sustituido simplemente por un logotipo de Cablevisión, con su lema Llena tu tele de diversión.
En realidad no se informaba nada. Si algún televidente sintonizó ese canal después de declarado el receso, no tenía la mínima idea de lo sucedido.
Esta laguna se hubiese podido subsanar fácilmente con la aparición de algún comentarista que explicara los pormenores o por lo menos diera pie para una repetición de los últimos minutos de la interrumpida sesión.
Pero en realidad esta, en apariencia, práctica solución no resulta fácil. ¿Cuántos legisladores no se manifestarían disgustados por los comentarios del conductor, aunque sus palabras fueran totalmente inocuas? Es más, la misma repetición de los últimos pasajes de la sesión podrían considerarse una forma de inducir al auditorio.
Entonces, más valió la decisión salomónica de no decir nada.
¿Y el derecho a la información del público, por el cual muchos legisladores dicen estar tan preocupados? Bien, gracias. Tal vez para más adelante.
En Chiapas, ni un paso atrás
Al momento de escribir estas líneas el receso continuaba. Resultaba lógico concluir que el propósito de las manifestaciones no era sólo interrumpir el mensaje del diputado del PRI, Fidel Herrera, sino poner obstáculos a la aprobación de la iniciativa enviada por el presidente Zedillo al Congreso de la Unión con la finalidad de otorgar más beneficios a los grupos indígenas.
Parece cuestión de días que esas reformas constitucionales se aprueben, pues todo indica que tienen el respaldo de las fracciones del PRI y del PAN, con lo cual se tiene la mayoría calificada para ser aprobadas en ambas cámaras del Congreso de la Unión y luego en los congresos de los estados.
Es la misma iniciativa que comentó anoche en radio y televisión el secretario de Gobernación, Francisco Labastida Ochoa, quien destacó: ``Así como para pelear se necesitan dos, para hacer la paz se necesitan dos. No ha habido pleito porque el gobierno no ha querido; y no ha habido paz porque el grupo armado no ha querido''.