La Jornada 15 de marzo de 1998

Tomás Vázquez Vigil, elbista, nuevo líder del SNTE

Salvador Guerrero Chiprés, enviado, y Luis Boffil, corresponsal, Mérida, Yuc. 14 de marzo Ť Cuarenta y ocho horas antes la senadora y dirigente priísta Elba Esther Gordillo había jalado del brazo a Tomás Vázquez Vigil y le había dicho: ``No te preocupes, Tomás. Espérame tantito y ahorita platicamos cómo le vamos a hacer''.

Nacido en Guadalajara en 1944, secretario de organización en el Comité Ejecutivo Nacional que dirigió Elba Esther Gordillo y delegado en Coyoacán en 1995-1996, Vázquez Vigil fue electo la noche del sábado como secretario general del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE) con más de 90 por ciento de los votos de los delegados presentes en el Polifórum Samna.

Es la primera vez que un miembro de un Comité Ejecutivo Nacional anterior al que abandona el cargo asume la dirección del sindicato magisterial. También es la primera ocasión en que una planilla distinta de la institucional --la planilla ``de la dignidad'', encabezada por Raúl Morón, ex secretario general de la sección 18 de Michoacán-- se presentó como una alternativa que avalaron los institucionales, al menos para su registro.

Desde el mediodía, Humberto Dávila Esquivel, secretario general saliente, y Elba Esther Gordillo, reunidos en el hotel Fiesta Americana, acordaron los detalles de la planilla ``de la unidad'' que, encabezada por un elbista, mantendrá, según la senadora priísta, ``el proyecto de la transición''. Dávila Esquivel pudo colocar a un hombre cercano a él (José del Carmen Soberanis) en la segunda posición en importancia del Comité Ejecutivo Nacional del SNTE: la Secretaría de Finanzas.

Después de cinco días de trabajos del 16 congreso nacional ordinario, el recinto se convirtió durante la tarde en pista de baile, en sitio de gritos y abucheos moderados ante una mesa que trató de sacar rápidamente los acuerdos pendientes de las ocho mesas de trabajo y llegar a la elección, a las 19:25, para concluir la sesión después de la medianoche, luego de que Carlos Antonio Pérez, uno de los secretarios del CEN saliente, fue acusado por los propios institucionales de no tomar en cuenta los votos contra de la propuesta que hizo desde la mesa, no incluir los planteamientos de los delegados ni concederles el uso de la palabra.

Varios profesores se acercaron al presidium para mostrar los estatutos que presuntamente violaba el dirigente, pero el cansancio de los delegados impidió que los reclamos llegaran a más.

En sus primeras declaraciones, Vázquez Vigil señaló que un primer elemento ``para negociaciones fuertes es fortalecer la unidad, lo que incluye el tender puentes con todas las corrientes al interior de un sindicato que agrupa a más de un millón 200 mil trabajadores''.

``El sindicato, de manera inteligente, hace tres años resolvió que una instancia como el Comité Nacional de Acción Política orientara para que cada trabajador decidiera libremente su militancia partidaria; por lo tanto, el sindicato será respetuoso de la libre militancia'', y también ``tendrá respeto en su relación con el gobierno''.

Señaló que el SNTE respetará a ``todos aquellos compañeros que quieran contender, siempre que se cumplan dos premisas: la defensa del carácter unitario del sindicato y la defensa de la educación pública''.

--¿Cuál es la función que deben tener los ex secretarios generales?

--Los compañeros que han tenido esa responsabilidad pueden crear muchas situaciones que no podemos desaprovechar --respondió Vázquez Vigil--. A quienes se quieran sumar con sus puntos de vista los recibiré abiertamente. Lo importante es que el sindicato tenga una habilidad permanente. No tenemos prejuicios para nadie. Creo que serán respetuosos de la estructura sindical, pero el secretario general haría bien en considerar las opiniones que pudieran verter.

Cada delegado escuchó su nombre, presentó su credencial de ``delegado efectivo'', cruzó una boleta de votación en una mampara y depositó su sufragio en uno de los cuatro cubos transparentes de un metro por lado colocados entre el pleno y el presidium. El primero en hacerlo fue Dávila Esquivel. Se retiró del polifórum convertido en un ex secretario que, afirmó, ``buscó que la planilla no tuviera rebotes''. La senadora Elba Esther Gordillo cenó con un grupo de periodistas, ante quienes se dijo ``profundamente satisfecha'' de que ésta haya sido ``una verdadera planilla de unidad''.