La Jornada 14 de marzo de 1998

Cambiarán las metas económicas: Zedillo

Rosa Elvira Vargas Ť Por primera vez desde la caída de los precios del petróleo, que provocó un recorte del presupuesto federal, el presidente Ernesto Zedillo admitió ayer que las metas de crecimiento previstas por el gobierno para 1998 se verán parcialmente afectadas, debido a que las condiciones externas no han sido ``del todo propicias hasta ahora''.

Ante empresarios de la Confederación Patronal de la República Mexicana (Coparmex), el mandatario rechazó que el recorte del gasto público ante la reducción de los ingresos sea una medida, ``como dicen algunos'', para disminuir el crecimiento económico. Por el contrario, destacó, tales recortes en las finanzas públicas se hacen para defender ``al máximo posible'' las metas de crecimiento.

Según el Presidente, si ante las variaciones de los precios del petróleo el gobierno no impidiese un deterioro significativo de las finanzas públicas ello repercutiría en indicadores como la inflación, las tasas de interés y el financiamiento, que influyen en la inversión, en el consumo privado y en las exportaciones. En síntesis, ``al no actuar, afectaríamos de manera fundamental las fuerzas básicas del crecimiento''.

Durante una comida con la dirigencia de la Coparmex, representantes de cúpulas empresariales, dirigentes obreros y legislativos como Leonardo Rodríguez Alcaine y el diputado Porfirio Muñoz Ledo, respectivamente, así como algunos secretarios de Estado, insistió en que el gobierno tiene la obligación de actuar en todo momento con responsabilidad y realismo.

Sobre el impacto causado por la disminución de los precios del crudo en las finanzas nacionales, el Presidente explicó que por cada dólar que varía el petróleo los ingresos de gobierno federal se modifican en casi 8 mil millones de pesos, lo que equivale a 0.2 por ciento del producto interno bruto (PIB).

Tras recordar que en los últimos años casi 40 por ciento de los ingresos del sector público ha dependido de los ingresos petroleros, mencionó que esta proporción compensa el hecho de que en México ``la carga tributaria es sumamente baja'', pues los impuestos representan apenas alrededor de 14 por ciento del PIB, mientras que en los países miembros de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) es superior a 28 por ciento en promedio. Además, sostuvo, los impuestos son menores a los de muchos países con niveles de desarrollo similares al de México.

Destacó que el cambio estructural realizado en el último decenio hace a la economía nacional menos vulnerable ante los cambios de los precios del crudo, pero reconoció que si bien el gasto público que depende de los ingresos por la venta de petróleo ha dejado de ser determinante para promover el crecimiento de la economía, conserva ``una importancia fundamental para la atención de las necesidades sociales''.

Ajuste en puerta

En los Criterios generales de política económica para 1998, enviados al Congreso en diciembre pasado, el Ejecutivo calculó que este año el crecimiento del producto interno bruto sería de 5.4 por ciento, pero el recorte al presupuesto decretado el 14 de enero redujo esa previsión a cinco por ciento.

Aun cuando la caída de los precios del petróleo reducirá los ingresos del sector público, tanto la Secretaría de Hacienda como el Banco de México sostenían hasta el jueves que era posible lograr un crecimiento de cinco por ciento con inflación de 12 por ciento y un déficit del sector público de 1.25 puntos del PIB, es decir, unos 47 mil 345 millones de pesos.