Horacio Flores de la Peña
Tiempos de canallas /II

Para llevar adelante este macartismo nativo, el gobierno cuenta con la cooperación de gran parte de los medios de comunicación, especialmente de Televisión Azteca y de los periódicos de colores; los granaderos de la pluma no tienen ningún recato para mentir y tratar de enlodar el prestigio de las personas que alguien del gobierno señala como enemigos.

El comportamiento de algunos medios de comunicación es muy similar a lo que señala Charles Rist en su libro Journal de la Guerre et de la Occupation 1939-1945 (Fayard): ``Nunca los periodistas franceses a sueldo de los alemanes, o simplemente fascistas por vocación, habían desplegado con tanto cinismo su propia bajeza, precisamente en el momento en que toda Francia percibía una luz al final del túnel, esto no es sino una prueba más de su profunda estupidez y de su ignorancia''.

Los traficantes del odio de los medios de comunicación pueden acusar de todo a los zapatistas, y hay mucho de qué acusarlos, es cierto, pero no de que su origen vino de afuera, y que de allí los manejan, esto es tan irreal que más que un error parece una gran estupidez. Cuando veamos la situación en perspectiva no sé cómo se le llamará a este periodo de nueve años, en el que se dañó tanto al México profundo, al país y a la población. También se renunció a la soberanía al someterse con frecuencia a los dictados de Estados Unidos, y en forma tan poco inteligente que se metieron, sin necesidad, en la política electoral de Estados Unidos, con tan mala pata que perdió su candidato que era el señor Bush, por ello, las relaciones de este gobierno estuvieron tanto tiempo en la refrigeradora y el precio que pagaron y siguen pagando por salir es atroz.

La política xenofóbica cuenta con el apoyo del bajo mundo de la política y de la economía, pero se ha creado una desconfianza creciente, tanto adentro como en el extranjero porque ya se dan cuenta que problema que toca el gobierno se le convierte en otro ``error de diciembre'': muy poco tenemos que agradecer a estos nueve años de neoliberalismo.

Relaciones se extraña porque no se da cuenta que con sus acciones xenofóbicas defiende a la patria y a la soberanía nacional. En primer lugar esto no es cierto, pero lo que más nos duele es darnos cuenta que el patriotismo y la defensa de la soberanía con frecuencia se abandona por los funcionarios tan pronto cruzan la frontera. Esto hace sospechar que todos los principios de la política exterior los han sustituido por uno solo: decir amén a las invocaciones de Washington.

No es de extrañar que en el mundo seamos un país paria que va pidiendo por todos lados que le entiendan y ayuden. Bastaron sólo nueve años para destruir un prestigio externo logrado en condiciones muy adversas y con gran esfuerzo, y aún así, Relaciones afirma hoy que no se ganó nada en el enfrentamiento con Estados Unidos durante los gobiernos de López Portillo y de De la Madrid. Yo sí creo que se ganó mucho, se logró defender en forma acertada y efectiva los intereses de México y de paso de otros países latinoamericanos, conservar los principios tradicionales de política exterior y la dignidad del país. Y esto no es poco.

En cuanto a lo hecho por Gobernación, simplemente es patético. Les tomó 34 años descubrir que el cura francés era un mal elemento que se mezclaba con los zapatistas e ignoraron en su tiempo que Prigione hasta la confesión y absolución les dio a los hermanos Arellano Félix. Las declaraciones del subsecretario encargado de asuntos migratorios son un insulto a la sociedad mexicana. Se les olvida también, que por años, las visas de religiosos para entrar a México las autorizaba la Nunciatura Apostólica.

El discurso de Labastida, como novedad, ``es agua de borrajas'', ni hace daño ni cura, y sólo se pone una trampa legislativa muy peligrosa.

Porque su legislación y las 20 hojas, o las que sean, de las llamadas cuatro observaciones se las aprobará el Congreso, tienen mayoría con el PRI y el PAN, con este último sólo es cuestión de llegarle al precio político.

Y después ¿qué va a hacer el gobierno para implantarlo? La verdad es que sólo le queda el ejército y ésta será una salida militar y no política, ¿cómo podrán justificarla después de que en todos los foros se ha asegurado que el gobierno sólo acepta la solución política? Me parece que tanto el secretario de Gobernación como la de Relaciones son lo suficientemente inteligentes para darse cuenta que, por este camino, no van a ninguna parte.

En cuanto al comportamiento infantil de Marcos, corresponde a su personalidad que anda en busca de un héroe a quién representar, pero este juego le cuesta mucho al país y a los que él dice defender, porque el todo o nada representa una demanda de rendición incondicional a un gobierno constituido, esto es una tontería y no se logrará nunca y ellos cargarán con el costo de esta intransigencia.

No hay más camino que la negociación. Es necesario abandonar este diálogo de sordos intransigentes que puede conducir a un desastre político grave; hay que parar el deseo de dividir a la sociedad mexicana entre acusados y delatores, porque si no pronto tendremos una ``comisión de asuntos antimexicanos'' y en sus garras podríamos caer todos.

Ya empezó el periodo de los discursos patrióticos a todos los niveles y esto es peligroso porque, como decía Samuel Johnson, ``el patriotismo es el último refugio de los canallas''.