En Mirada de mujer ninguna se salva: Luján
Columba Vértiz de la Fuente Ť Fernado Luján, Ignacio San Millán en la telenovela Mirada de mujer, explica que unas de las sutilezas que tuvo Bernardo Romero, escritor de la serie, fue engañar a los propios actores y al mismo público. ``Aparentemente es una telenovela con tendencia femenina. El escritor presenta un poco como víctima a la mujer, pero traía una carta escondida porque luego vimos que destruye a las mujeres, a todas. No hay un solo personaje femenino que se salve. Sólo la esposa de Francisco, el amigo de San Millán. Y relativamente se salva porque pierde un seno debido al cáncer.
El único perfecto de la telenovela, que finalmente terminará como víctima, será Alejandro. Ese personaje es el príncipe azul soñado por todas las mujeres. Ari Telch es atractivo, pero si este papel lo hubiera interpretado un galán guapo, hubiera sido la locura, explica Luján.
El actor, de 56 años de edad, comenta que aún pueden pasar muchas cosas en el teledrama. A unos cuantos días de que finalice la telenovela (exactamente en el capítulo 180) se rumora que San Millán se quedará solo, o que le dará un paro cardiaco, o que buscará a Daniela, su ex amante.
Pausado y tranquilo, expresa que se encuentra más relajado. Difícil de creerle porque a principios de abril próximo estrenará una obra de teatro, en la que actuará y además dirigirá. También, próximamente intervendrá en dos películas, con Gabriel Retes y Arturo Ripstein.
En entrevista aclara que en Mirada de mujer ``no hay nada nuevo''. Explica: ``Sólo tratamos de hacer con calidad nuestro trabajo, lo que hace tiempo no se hacía''. Para Fernando Luján, los temas o los problemas que se tratan en la historia se abordan con sensibilidad y los diálogos son creíbles.
-¿Le gusta el personaje de Ignacio San Millán?
-Sí, porque tiene muchos matices. Cuando lo empecé a leer, aparentemente el personaje tendía a ser una persona muy desagradable. Entonces le dije al autor que si nos centrábamos en un personaje de plano malo, malo, iba a ser increíble. Le recomendé que lo manejáramos desagradable. Hablamos de la educación que pudo haber tenido para que realmente fuera San Millán. Finalmente ha sido un hombre sensible y emotivo, pero equivocado.
-Ignacio San Millán ha tenido escenas muy largas, hasta de diez minutos...
-Sí. Al principio existía el temor de que hubiera escenas largas porque estábamos acostumbrados a la telenovela de dos o tres frases y corte, se pasaba a otro lugar, pero, dada la calidad actoral, empezó a perderse ese miedo porque el actor se motivó mucho más en una escena de cinco o seis minutos.
-¿Se identifica con su personaje?
-Su personalidad no tiene que ver con la mía. No me gusta cómo piensa en algunas ocasiones, pero en otras sí. Si uno no tiene un cariño por sus personajes, sean como sean de carácter, no se puede interpretar. Se les debe poner muchísimo amor y no juzgarlos tanto. Es más interesante vivirlos y sentirlos.
-¿Cómo llega a formar parte del elenco de Mirada de mujer?
-Ana Celia Urquidi estaba encargada de hacer el reparto. Ella tuvo un poco la decisión de decir que yo era la persona adecuada para ser la pareja de María Inés. Obviamente había muchas voces en contra, sobre todo del canal, porque me encasillaban en papeles cómicos y San Millán es un papel fuerte, dramático. En esta telenovela se cuidó mucho el casting, yo estaba ideal para el personaje.
El retorno de la calidad
-¿Está de acuerdo que con Nada personal y Mirada de mujer se inicia una nueva etapa de la telenovela en México?
-No creo que sea una nueva etapa. Mi punto de vista es que se regresó a la calidad que dio la otra empresa en algunas ocasiones. Los cambios para mí son relativos. No hay nada absolutamente nuevo, tenemos un buen director, un buen argumento y buenos productores. Tratamos, no de dar un cambio, sino simplemente marcar lo que debe de ser nuestro trabajo actoral, de directores y de productores. Es decir, hacer las cosas con calidad. En ese sentido sí fue un cambio porque desde hace tiempo que no veíamos algo bien realizado.
De los temas que se abordan en el teledrama (aborto, sida, desintegración familiar e infidelidad) comenta: ``Han sido planeados con mucha sensibilidad. Para la gente son temas muy fuertes. No sé por qué si se han tocado en muchos dramas televisivos. Lo importante fue la sensibilidad del autor para tratar estos problemas. Los diálogos son creíbles. Eso nos demuestra que lo que necesitamos son escritores. Nos comentó Bernardo Romero que habló con muchas mujeres para realizar la historia. Posiblemente escribió los diálogos tal como se los dijeron, por eso son tan reales.
-¿Por qué ha causado tanta polémica esta serie?
-No sé. Es un misterio. Decirte fue tal cosa sería demasiado aventurado. Fue esa magia que se da en esta carrera. Lo más bello de la profesión es que cuando tienes los triunfos casi siempre lo ignoras. Es algo que viene y te sorprende a ti mismo.
Los nuevos proyectos
-¿Cómo se va a deshacer Fernando Luján del personaje de la teleserie?
-Es como cuando haces una obra de teatro, donde te pones un traje y después te lo quitas. En este momento ensayo una puesta en escena y el papel que hago no tiene nada que ver con San Millán. Los personajes los empiezo a sentir cuando camino, desde abajo, la sensibilidad me llega por los pies. Entonces comienzo la dinámica de la creación. Y una vez que tengo el personaje, lo único que hago es dejarlo permanecer dentro de mí. El matiz sale solo.
La obra de teatro que prepara (y que posiblemente estrenará el 7 o 12 de abril próximo en el teatro Fernando Soler) es un proyecto donde actúa con su mujer (Martha Mariana) y los dos la producen con el dinero que obtuvieron de la telenovela. Se trata de una comedia inglesa de Ray Conni y Jim Stone que hace 25 años, aproximadamente, montó Guillermo Murray con Silvia Pasquel. ``Intervienen un hombre mayor y una muchacha joven. La modernicé un poco, sobre todo el la forma de hablar. Se tocan los problemas modernos, enfermedades y drogas, que son los que juegan como valores de un caos. Martha es una chica desubicada. Fernando es conservador, moralista y se enfrenta a una generación rebelde. Tal vez la obra se titule Esta noche suki iaqui'', explica el actor.
En enero de 1999, Luján grabará otra telenovela con Argos. ``Será una sorpresa para el público'', comenta. Entre sus planes laborales tiene una película con Gabriel Retes, una coproducción con España, Argentina y México. También tiene la propuesta de hacer El coronel no tiene quién le escriba, que será dirigida por Arturo Ripstein (coproducción con un país europeo). Sólo le exigen que adelgace 15 kilos. Apenas ha bajado cinco. Espera que para octubre, cuando se comience a filmar la cinta, baje lo que le falta. Menciona que el mismo García Márquez va a estar en la película como asistente.