El gobierno realiza miniajustes para evadir al Congreso, acusan perredistas
La restricción monetaria anunciada ayer por el Banco de México ante la caída de los precios del petróleo provocó reacciones encontradas entre los distintos sectores del país. Para los banqueros, empresarios y el sector obrero, fue una acción oportuna y acertada, mientras que para los partidos de oposición es urgente convocar a un debate nacional sobre la economía antes de que se anuncie un nuevo recorte del presupuesto.
Por su parte, Andrés Manuel López Obrador, presidente del Comité Ejecutivo Nacional del Partido de la Revolución Democrática, dijo ayer que es ``muy lamentable'' la aplicación del ``plan de choque'' económico porque detendrá el crecimiento económico, encarecerá el crédito y ello provocará que haya menos inversión y empleo.
Con la restricción del circulante y la reducción de los precios del petróleo, dijo, la economía nacional quedará muy vulnerable. ``Estamos entrampados porque no se ha querido cambiar la política económica, particularmente la política petrolera'', subrayó.
López Obrador insistió en que el problema económico de México es estructural; por eso, cuando se presentan estas crisis ``nos afectan mucho''.
En tanto, la senadora perredista Rosa Albina Garavito instó a la realización de un debate nacional para discutir la política económica, debido a que los ajustes anunciados por el gobierno federal son menores a diez por ciento, por lo que no necesita aprobación del Congreso de la Unión, pero tampoco se logran soluciones de fondo.
Cambiarán las principales variables macroeconómicas
El descenso de los precios del petróleo afectará las principales variables económicas del país, señala un análisis de Consultores Internacionales, que pronostica que el déficit en cuenta corriente sumará entre 13 mil y 14 mil 500 millones de dólares; las tasas de interés se ubicarán entre 16 y 17 por ciento y la cotización del dólar llegará a entre nueve y 9.50 pesos.
La consultoría también prevé que la balanza comercial arrojará un déficit de entre 5 mil y 6 mil millones de dólares y que el déficit del sector público no será menor a 1.5 por ciento del producto interno bruto. Según este análisis, el gobierno no incrementará la deuda externa, sino que ajustará la deuda interna al alza; además, la inflación podría ascender a 14.5 por ciento este año.
Por su parte, el presidente de la Asociación de Banqueros de México, Carlos Gómez y Gómez, consideró --en referencia a la decisión que tomó el Banco de México-- que no se debe usar un término ``tan duro'' como ``recesión'' para calificar la situación del país, pero tampoco se puede ser tan optimista como en diciembre pasado.
Gómez y Gómez pidió a los analistas ``cerrar filas'' en torno a las autoridades financieras porque ``han demostrado que sus medidas son acertadas'', en referencia a la decisión de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público de reducir el presupuesto inmediatamente después de la caída de los precios del petróleo.
``Lo que hizo el Banco de México es lo adecuado; tenía que hacerlo porque el mercado se mostró nervioso y en la Asociación de Banqueros le damos todo nuestro apoyo'', agregó, aunque también consideró que la reducción del circulante debe ser una medida temporal.
En el mismo tenor, el sector empresarial, encabezado por el presidente del Consejo Coordinador Empresarial, Eduardo Bours Castelo, señaló que el corto anunciado ayer por el Banco de México fue una medida adecuada y oportuna que genera certidumbre y destacó que existen sectores del gobierno mexicano, como el eléctrico, en el que los inversionistas pueden participar y así colaborar para que la Federación canalice sus recursos a los sectores más necesitados.
Para Bours el actual modelo económico aún es viable y confió en que los precios del petróleo se recuperen en el corto plazo.
Por su parte, el presidente de la Confederación Patronal de la República Mexicana (Coparmex), Gerardo Aranda Orozco, consideró que si bien la medida anunciada por el Banco de México aumentará las tasas de interés, ayudará a que no cierren más empresas y a controlar la inflación.
Mientras, para el presidente del Consejo Nacional Agropecuario, Miguel Castro, esta medida reducirá la tasa de crecimiento del sector, pero evitará la recesión.
Asimismo, Raymundo Winkler, director del Centro de Estudios Económicos del Sector Privado (CEESP), enfatizó en que si el precio promedio de la mezcla mexicana de exportación se coloca por debajo de 13.50 dólares por barril la política fiscal mexicana deberá ser más restrictiva, sobre todo en el gasto corriente, administrativo y de servicios personales, pero no en el gasto de inversión, que resultó muy afectado con el ajuste anterior. Consideró que el crecimiento no será el previsto, pero esto no será ``devastador''.
Jorge Marín Santillán, presidente de la Confederación de Cámaras Industriales (Concamin), dijo que la aplicación de una política monetaria restrictiva es una medida ``dura y desagradable'', pero necesaria para no caer nuevamente en una crisis; sin embargo, advirtió que por cada punto que disminuya el crecimiento del producto interno bruto se dejarán de generar 200 mil empleos.
Destacó que un nuevo recorte presupuestal obligaría a las empresas a reducir sus proyectos de inversión entre 15 y 18 por ciento, las expectativas de crecimiento del sector industrial y del consumo interno bajarían a cuatro por ciento, la inflación aumentaría 13 por ciento y el dólar a 8.90 pesos.
Los trabajadores no resultarán afectados, dice Rodríguez Alcaine
La representación obrera, encabezada por Leonardo Rodríguez Alcaine, consideró que la situación actual no desencadenará en una crisis ni afectará a los trabajadores. En tanto, Netzahualcóyotl de la Vega, nuevo encargado de Comunicación Social de la Confederación de Trabajadores de México (CTM), dudó que la inflación no rebase 12 por ciento y que se logre un crecimiento de cinco por ciento. (Miriam Posada, Laura Gómez, Patricia Muñoz, Georgina Saldierna, Víctor Ballinas, Ciro Pérez, Mireya Cuéllar y Jesusa Cervantes)