Rosario Robles: falta coordinación con las delegaciones
Ricardo Olayo Ť En los primeros cien días de gobierno, dice autocrítica la secretaria de Gobierno, Rosario Robles, ha faltado coordinación entre las delegaciones y el sector central, y no han faltado momentos ``críticos y difíciles'', como el rechazo a candidatos propuestos para delegados políticos y la elaboración de las finanzas capitalinas.
Entonces, al principio de la gestión, sostiene Robles en entrevista, ``estabamos más vulnerables''.
Pero se ha trabajado más que en otras gestiones, y en algunos asuntos se ha ido más allá de la plataforma que sirvió a Cuauhtémoc Cárdenas para ganar la elección, evalúa la secretaria de Gobierno.
En este lapso se han presentado presiones alentadas por grupos de priístas para minar la tarea del primer gobierno emanado del Partido de la Revolución Democrática (PRD) y, sin embargo, se van a entregar buenas cuentas, anticipa. Quieren combatir al gobierno de Cárdenas porque se sabe que ``una consolidación de este gobierno nos potenciaría mucho para el año 2000; y sin quererlo ya estamos en esa pelea en la que hay grupos del PRI muy interesados en golpear''.
En el balance, dijo que gobernar ha implicado aprender y cometer errores, que se tienen que subsanar, por ejemplo, para mejorar la coordinación de proyectos en forma mutua con los delegados para que no gane la inercia y explicar de mejor manera la visión de ciudad en coordinación con el área de comunicación social.
``No estamos exentos de cometer errores, entre otras razones por hacer las cosas de otra manera'', indica Robles, quien asegura que en su condición de mujer tradicionalmente se le exige más y existe el concepto de ``estar a prueba'' en el cargo que se desempeña a diferencia de un hombre.
Por fortuna, asevera que se ha ganado la confianza y el respeto para poder dirigir en el área estratégica de la Secretaría de Gobierno.
Momentos difíciles
Para la gobernante de extracción perredista, entre los momentos más complejos no se encuentra el hallazgo de aparatos para espiar en su oficina, ni la toma de las instalaciones de la Oficalía Mayor.
``Los momentos más difíciles se presentaron cuando llegando al gobierno se dio la elección de los delegados'', algunos de ellos que no fueron ratificados en la Asamblea y la presentación del presupuesto.
Aún es poco tiempo, dice respecto de los cien días que están por correr y rechaza que haya inexperiencia. En ningún se van permitir chantajes, aunque se ha encontrado resistencia de grupos en la Central de Abasto, en el servicio de recolección de basura, con los ambulantes, entre otros sectores.
De los logros, asegura que hay en marcha un proceso de reforma política que ni en el ámbito nacional se ha planteado, hay planes concretos para el trabajo metropolitano y programas de apoyo a la mujer que rebasan el de la plataforma Una ciudad para todos.
--El 5 de diciembre estableciste que el principal capital político que tenía el nuevo mando era el apoyo de la gente. ¿Hoy, cuál es la situación?
--Sigue habiendo un gran deseo de la gente por participar, hay una gran identidad de amplios sectores con el gobierno, pero hemos pasado momentos críticos, difíciles, por una gran campaña orquestada muy inteligentemente que ha pretendido golpear ahí en el corazón, tratando de desarticular este vínculo entre la ciudadanía, que es donde tenemos nuestra gran capital. La pretención de esta campaña es minar la credibilidad y la confianza en el gobierno.
Recuerda: hubo un momento en el que parecía que esta campaña llegaba a tener eco, pero no ocurrió así y en los últimos días ha habido un viraje entre la gente que ya siente los cambios, porque ya percibió que se trata sólo de ataques y no de una situación real, y ya se da un efecto boomerang.
Con el PRI ha habido diálogo permanente e incluso con el Movimiento Territorial que se posesionaron de la oficina del Oficial Mayor, Jesús González Schmal, ``con ellos ha habido renuniones en tres ocasiones''.
Por otra cultura
--¿Qué tienes que decir a quiénes se pueden desesperar por la falta de cambios radicales?
--Que la tarea es de todos, no sólo del gobierno, que el trabajo es de todos, y que nos deben de ayudar a tener otra cultura contra la corrupción, contra el estacionamiento en doble fila; pero también hay que reconocer que hay temas que no se podrán resolver en tres años.
El aparato que dejó la gestión de Oscar Espinosa ``está organizado para no funcionar; es un gran elefante blanco'' que sirvió para beneficiarios de las políticas de prebendas.
En todo caso, falta tiempo para seguir ejecutando la filosofía del programa perredista que los llevó al gobierno, explica, que tiene a ser honrado y transparente. Como temas pendientes, enumera la participación ciudadana, avanzar en la incorporación de ONG a decisiones y vigilancia de los actos de gobierno, hacer una ley anticorrupción y el programa inmediato en las delegaciones y otros con jóvenes.