Resulta cierta, y ya muy evidente, la injerencia ``extranjera'' en asuntos internos de nuestro país, tanto en recursos humanos como en logística. Por un lado, y como bien lo mencionaba el subcomandante insurgente Marcos, ``... en la selva Lacandona aviones suizos bombardeaban los alrededores de las comunidades, helicópteros norteamericanos ametrallaban la montaña, tanques de guerra franceses ocupaban las casas de los indígenas que huían de la selva...'', incluso aviones Hércules, heredados de la Tormenta del Desierto, transportan tropas al estado de Chiapas.
El Ejército Mexicano no está actuando solo, recibe armamento de potencias extranjeras, principalmente de Estados Unidos; asesoría de agregados militares, y ayuda desinteresada de la DEA, el FBI y la Agencia Central de Inteligencia en nuestro territorio.
Pero probablemente lo más grave radica en el entrenamiento que reciben nuestros militares en el extranjero en acciones de contrainsurgencia. Según una investigación especial realizada por Darrin Wood, la cantidad de militares mexicanos entrenados de Panamá y Estados Unidos es alarmante para un país que no tiene amenazas de agresión bélica externa. Nuestros militares han sido graduados en cursos especializados de la Escuela de las Américas del Ejército de los Estados Unidos de América (SOA), fundaba en Panamá en 1946, y especializada en política represiva de contrainsurgencia en América Latina.
Para darnos una idea del tipo de institución que es la ``escuela de golpes'' (de Estado) o ``Escuela de los Asesinos'', como ahora es conocida, los alumnos graduados se especializan, entre otras cosas, en operaciones de comandos, inteligencia militar, operaciones sicológicas, con distinguidos alumnos que han destacado en todo tipo de acciones. Por ejemplo, en El Salvador (según la Comisión de la Verdad de la ONU) de 69 oficiales investigados en crímenes de guerra, 47 son graduados de la Escuela de las Américas; de éstos, tres fueron acusados del asesinato del arzobispo Oscar Arnulfo Romero en 1980. El resto fue vinculado a masacres, asesinatos de religiosos, periodistas, civiles, mujeres y niños. Graduados famosos: general Leopoldo Galtieri, dictador argentino 1981 y 82; general Hugo Bánzer, dictador de Bolivia 1971-1978; y la lista es larga.
Pero, ¿dónde encaja el Ejército Mexicano? Sin hacer muchas menciones, haré algunas de militares graduados en la Escuela de las Américas involucrados en operaciones en Chiapas: general Manuel García Ruiz (SOA 1989), graduado en Operaciones Conjuntas-América Latina, encargado de la ocupación de Nuevo Monón el 10 de febrero del 94; general Gastón Menchaca Arias (SOA 1971), Operaciones de Guerra Irregular, comandante de Rancho Nuevo durante enero del 94; general Miguel Leyva García (SOA 1971), Comando y Estado Mayor; Harold H. Rabling Torres (SOA 1972), Operaciones de Guerra Irregular, involucrado en las incursiones a zonas zapatistas en 1997; y la lista también es larga.
Objetivos de la ``Escuela de Asesinos''. Adiestramiento de los oficiales en la concepción de planes y operativos que ``consideren la protección de las libertades personales...'', ``familiarizar a los oficiales de habla hispana con la doctrina y adiestramiento'' vigentes en el Ejército de Estados Unidos. Intercambiar ``conceptos doctrinarios'' relacionados en operaciones de no-guerra, ``incluyendo las operaciones del narcotráfico... y contra la subversión''.
Cabe señalar, que el Ejército Mexicano cuenta con sus fuerzas especiales llamadas Grupos Aerotransportados de Fuerzas Especiales (GAFE). Las GAFE son mandadas constantemente para entrenamiento antinarcótico, mismo que sirve para acciones de contrainsurgencia.
Más de mil 200 oficiales del Ejército Mexicano han sido entrenados en diferentes cursos, en la Escuela de las Américas desde 1953. Varios centenares fueron entrenados entre 1993 y 1997. ¿Cuántos más tendrán que ser entrenados en la escuela de asesinos para respaldar la guerra de contrainsurgencia en contra de los mayas zapatistas? ¿Esta es la injerencia extranjera que debe ser aceptada? Tal vez sea necesario que TV Azteca haga aterrizar el célebre helicóptero blanco del gobierno de Chiapas con sus valerosos periodistas en el centro mismo de la Escuela de las Américas, para que los mexicanos nos demos cuenta de la verdadera manipulación extranjera en nuestro sagrado suelo patrio.