El problema es social y político, no militar, expone
David Aponte Ť Las viejas estructuras de explotación, marginación social y control político han sido ``desbordadas'' en los últimos cuatro años en Chiapas. Tal situación ha provocado ``algunas dramáticas violaciones'' a los derechos humanos de los chiapanecos más pobres y marginados, que han afectado la imagen de México en el mundo, afirmó el ex canciller Fernando Solana Morales.
``Chiapas no es un problema militar''. Es social, político y difícil de resolver. Las negociaciones podrán darse en los próximos meses, mas no las soluciones a los conflictos religiosos, políticos y la tenencia de la tierra, expuso ante personalidades europeas.
La pobreza, problema fundamental del país, señala el ex canciller
El presidente de la Comisión de Relaciones Exteriores del Senado dijo que el problema fundamental del país siguen siendo la pobreza y, en alguna medida, el agotamiento del viejo tejido social. El caso extremo está en Chiapas, manifestó.
Durante su participación en los trabajos del seminario Europa y México: presente y futuro de una relación equilibrada, hizo una amplia exposición sobre la situación económica, política y social de México, de cara a la nueva relación bilateral de nuestro país con las naciones europeas.
Solana explicó que en tres años seremos 100 millones de habitantes, con un producto nacional bruto mayor a los 500 mil millones de dólares y un comercio total de aproximadamente 300 mil millones, en el contexto de un sistema político que responderá a los estándares de las llamadas ``democracias occidentales''.
Sin embargo, México seguirá siendo un país de muchos pobres y algunos millones de extremadamente pobres.
Ese es el conflicto mexicano: los pobres, expresó.
El ex canciller explicó a los europeos que el caso extremo de esta situación es Chiapas, donde la pobreza y la injusticia han subsistido por 400 años. Fray Bartolomé de las Casas relataba ese contexto y luchaba por corregirlo ante la Corte de Madrid, señaló.
No obstante, dijo, las viejas estructuras de explotación, marginación social y control político han sido desbordadas en los últimos cuatro años en el estado del sureste mexicano.
``Esto, como todos sabemos, ha provocado algunas dramáticas violaciones a los derechos humanos de los chiapanecos más pobres y marginados, y ha afectado la imagen de los gobiernos local y federal ante la opinión pública nacional, y la de México ante el mundo, especialmente en Europa.
``Chiapas no es problema militar. Es social y político. De fondo. Y, por lo mismo, difícil de resolver. ¿Cuánto tiempo puede llevar la solución de problemas como los de Irlanda, o del País Vasco, o de Chechenia, o de Palestina, o de Argelia?'', se preguntó el ex secretario de Educación.
El legislador priísta respondió que las negociaciones entre las partes podrían darse en los próximos meses en forma exitosa. Pero la solución de los problemas religiosos, políticos, ideológicos y de propiedad de la tierra llevarán, sin duda alguna, más tiempo.
En el último día de los trabajos del seminario, Solana Morales expuso que Chiapas no va a interrumpir el avance democrático y económico de México, a pesar de lo doloroso que puede resultar para los mexicanos.
Esto debe quedar muy claro para nuestros amigos los europeos, agregó. La intervención de Solana duró unos 15 minutos. Los presentadores del evento preguntaron si alguien quería formular alguna inquietud al senador.
Nadie pidió el uso de la palabra.