Marco Rascón
El plan Labastida

Chiapas es centro de la disputa priísta para el 2000. Uno de los aspirantes, el secretario de Gobernación Francisco Labastida, ha convertido ese estado en el candado que lo puede hundir o impulsar a la candidatura presidencial. De la defensa del discutido candado se encargarán Bartlett y Madrazo, convertidos sin querer en la punta de lanza de Labastida, quien sería el primer beneficiado con la regla dinosáurica de eliminar competidores dentro del gabinete, y que ya cuenta con una estrategia: hacer su propia fuerza del conflicto chiapaneco, y del que se da entre dinosaurios y neoliberales.

La nueva crisis de Chiapas lo elevó a Gobernación; está unido a Acteal y al plan de contrainsurgencia como el calor al fuego; y teje alianzas según su propia estrategia: endurecer la posición del PRI y del gobierno ofreciendo ``el diálogo''.

La situación chiapaneca le permite amarrar apoyos dentro del PRI y administrar los candados en la negociación, ayudado por el sindicato de gobernadores. Con esto puede hacer contactos con el Ejército, grupos empresariales ``que invertirán en Chiapas'', asociaciones de finqueros, cafetaleros y ganaderos, y la cúpula de la alta jerarquía católica que respalda el plan de contrainsurgencia contra el EZLN.

Si Bartlett fundó su predestape ``enfrentando al PAN'' en Puebla, Labastida le gana en Chiapas, pues salvó al PRI exonerándolo de su responsabilidad en la formación de bandas paramilitares y de la matanza de Acteal. Es un héroe en los tiempos de decadencia que vive el PRI porque logró ``despolitizar'' la matanza y convertirla en un confuso problema intrafamiliar.

Los cauces de la investigación de la PGR han sido deliberadamente erróneos porque al inculpar inocentes, lograron movilizar y enfrentar a otras comunidades con las bases zapatistas. La marcha de más de 5 mil campesinos e indígenas, realizada el 27 de febrero en Chenalhó, fue un logro de Gobernación y la PGR. Con esta estrategia, Gobernación, la PGR, la regencia de Chiapas y el Ejército matan --además de indígenas-- varios pájaros con una acusación: ahondar el enfrentamiento en las comunidades; proteger a los paramilitares priístas, y anunciar a México y el mundo ``que se está investigando y ya hay detenidos''.

La provocación dio frutos: ahondando el conflicto el gobierno gana terreno y esa fuerza movilizada respaldó la expulsión de Jean Chanteau con el aval de don Justo Mullor, el nuncio ya veterano en el plan de contrainsurgencia desde que lo dirigía Chuayffet. En el plan Labastida, Roberto Albores es otro veterano por sus aportaciones contrainsurgentes. Ya desde fines de 1995 había sugerido a un grupo de la Cocopa la posibilidad de que el gobierno presentara unilateralmente su iniciativa de ley. No había entonces condiciones para que la estrategia madurara, pero hoy Labastida ya plantea la desaparición de la Cocopa para dejarle el campo libre a Emilio Rabasa, el guardia con el que se retrata cada vez que declara.

Labastida tiene un objetivo inmediato: la presentación unilateral de la iniciativa de ley sin el EZLN. Esto implica control del territorio en conflicto, lo que viene logrando sobre la base de ahondar el enfrentamiento entre comunidades y el desplazamiento. Su cálculo es aislar al EZLN y a todas las redes nacionales e internacionales; separar la postura del PRD con respecto a los Acuerdos de San Andrés, y hacer tiempo mientras avanza en el control del territorio insurrecto y abre paso a la táctica legislativa en alianza con el PAN.

El asesinato de Guadalupe Méndez (12 de enero, Ocosingo), perpetrado por un francotirador, buscó acabar el símbolo que representan las indígenas con niño en brazos y deteniendo el avance del Ejército, y envió un mensaje: las mujeres con niño en brazos también se mueren. Esa imagen fue tan fuerte que Zedillo en su discurso del Día del Ejército negó que las indígenas con niño en brazos fueran capaces de indignarse y defender sus derechos. La movilización del 27 de febrero en Chenalhó, fabricada por Labastida, dio seguridad a Rosario Green en Bruselas para esgrimir frente al mundo la tesis del enfrentamiento intercomunitario. Luego bajó Lolita en helicóptero, pues el plan Labastida busca la salida de observadores internacionales, y TV Azteca, desde ahora, se suma a la campaña que lo apoya para el 2000.