Masiosare, domingo 8 de marzo de 1998
Diálogos e historias de los primeros tres meses de las nueva administración democrática del DF
En la víspera de los primeros cien días del gobierno de Cuauhtémoc
Cárdenas en el Distrito Federal, el escritor Paco Ignacio Taibo II
ofrece su visión en veinte viñetas.
``Yo no era un marciano. Millares de personas pensaban al igual que yo
que había empezado la era de los milagros en el DF.
Y los milagros no llegaron. Seamos justos. Los milagros eran
imposibles. Cárdenas lo había dicho muchas veces. Iba a ser lento, iba
a ser difícil. Y lo está siendo''.
IMe pregunto: ¿Usted qué experiencia tiene en administrar ciudades? Respondo: a) La adquirida jugando simcity y civilization en la computadora. b) La aprendida habiendo leído las novelas de Grossman y de Chakovski sobre Stalingrado bajo el cerco nazi (si administrar una ciudad en esas condiciones era posible todo podía serlo). c) La compartida con mi generación en la universidad tomada en el 68 y con las masas insurrectas después del terremoto en el DF. d) La obtenida durante diez años haciendo un festival que levanta a la orilla del mar en una pequeña capital del norte de España una ciudad efímera, por la que pasan durante diez días un millón de personas.
Y basado en esta pendeja y maravillosa, aunque poco útil, experiencia, durante los meses de julio a diciembre pensaba que no debería ser tan difícil. Imposible era ganar las elecciones al PRI y a la sensación de eternidad que había logrado meternos en la cabeza a los mexicanos, y se habían ganado.
En la larga pausa que siguió a la fiesta de la victoria cardenista, muchas veces me pregunté qué significaría gobernar la ciudad más grande del mundo, qué extrañas complejidades conlleva manejar un aparato burocrático creado por inercias maquiavélicas, enfrentar problemas que no tienen solución; qué trampas estaban esperando a los voluntariosos nuevos administradores.
Pero en esos meses dedicado a imaginar, no imaginé ni por aproximación estos primeros 90 días de gobierno democrático. Yo no era un marciano. Millares de personas pensaban al igual que yo que había empezado la era de los milagros en el DF.
Y los milagros no llegaron.
Seamos justos. Los milagros eran imposibles. Cárdenas lo había dicho muchas veces. Iba a ser lento, iba a ser difícil. Y lo está siendo.
Lento y difícil.
II
Curiosear dentro del nuevo gobierno del DF es una experiencia extraña, cuyo equivalente literario sería Kafka escribiendo la historia de Alí Baba y sus 40 ladrones corregido por el Carlos Fuentes de ``Terra Nostra'' y llevado al cine por Vitorio de Sica.
El resumen al estilo bíblico diría:
En el origen estuvo el saqueo; 18 mil días de negocios sucios y un remate espectacular. Luego siguió la creación de la niebla y del pantano. Después vino la herencia de las arcas vacías. Al final se generaron las trampas y las futuras demandas. Luego llegaron los demócratas.
Puede documentarse fácilmente. Hoy, es millares de anécdotas, dentro de poco serán actuaciones penales.
III
En los primeros días de gobierno estoy en la oficina de Javier González, mi amigo y portavoz del gobierno. Está organizando una conferencia de prensa, le pide a su asistente que prepare una sala. Poco después, la asistente retorna.
-No hay equipo de sonido.
-¿Se lo robaron?
-No, nunca hubo. Dicen en Recursos Materiales que cuando se necesita se renta. Que es de un señor que cualquier día, a cualquier hora de la tarde o de la noche viene, que no hay problema.
-¿Cuántas veces al año en estos edificios (los del Zócalo) se hacen conferencias de prensa?
-¿Doscientas?
-¿Y se renta 200 veces?
La secretaria asiente.
-¿A cómo?
- Dos mil 500 pesos cada vez.
-¿Cuánto cuesta un equipo de sonido para una conferencia de prensa?
-El de Clinton que es cuadrafónico y sofisticado, unos 15 mil pesos -no puedo evitar terciar-. Sólo es un amplificador, un micrófono y dos bocinas.
En silencio sacamos la cuenta. Las seis primeras rentas lo pagan, 194 veces más se tira el dinero al aire para que lo recoja alguien que, todos sabemos, pactó ese negocio sucio y monumental como recompensa debajo de la mesa al que se lo ofreció.
Lo peor no es eso.
Para comprar un equipo hay que hacer una requisición, una orden de compra, doce mil vueltas burocráticas, la tentación de hacer las cosas mal, pero hacerlas, es grande. Aquí la conferencia se dará sin equipo de sonido, pero en otros lugares de la nueva administración se ``rentará al de siempre''.
VI
A mi compadre Juan, en el DIF, le envían de personal una secretaria y un dibujante, la secretaria no sabe escribir a máquina, el dibujante no sabe dibujar. Pero ambos tienen explicaciones para narrar cómo llegaron a ocupar esos cargos. La corrupción no era sólo un negocio, también era aceptar una cadena de simulaciones, componendas en todos los niveles.
V
El caos rodea la vida de los nuevos administradores. Moverse en un pantano, lleno de ausencias de información y contrasentidos. A veces el rumor es más fiel.
Se necesitan edificios, para los nuevos proyectos culturales, para guarderías, centros de salud, oficinas que permitan abandonar edificios dañados por los temblores y que sorprendentemente se siguen ocupando. Se decía que había un catálogo de unos 30 mil inmuebles propiedad de la ciudad de México. Revisando se descubre que muchos son parques, jardines, camellones, mercados, pero aún así hay expedientes desaparecidos, se vive en el contrasentido, se rentan por parte de la ciudad una centena de edificios para oficinas, y sin embargo hay edificios rentados a particulares, prestados sin recibir nada a cambio. En las primeras revisiones del catálogo aparecen ilegalmente prestados al PRI 10 edificios por 10 años, sin que esto represente ningún beneficio para la ciudad. Se cuentan historias, aquella de los terrenos baldíos propiedad del DF que durante meses se convertían en estacionamientos manejados por empresas privadas que luego, después de haber sacado un dineral del uso, desaparecía.
La ciudad no sabe qué bienes posee. No saberlo fue útil para unos.
VI
Llego a una oficina en el centro, el director me enseña un escritorio.
-¿Ves?, no sólo se llevaron lo que había en los cajones, también se llevaron el cajón.
Observo sorprendido el hueco que prueba. Más tarde me contaron que el cajón contenía una caja fuerte con el dinero negro de los embutes para la prensa.
VII
Historias de carros. En un sótano de oficina gubernamental hay siete automóviles, seis no funcionan, están reportados como dañados, el séptimo, al abrirse el cofre no tiene motor, alguien se lo llevó... El año anterior se destruyeron 57 coches en accidentes, a alguien se le olvidó cobrar el seguro... A la hora de revisar los vehículos se descubre, en casi todas las delegaciones, que están ilegales, no han pasado verificaciones, les faltan placas, no tienen papeles.
Al Capone de recaudador de Hacienda. Jack El Destripador de cirujano dentista.
VIII
No sólo se ha dejado a la ciudad de México endeudada en cifras pasmosas, también se han comprometido sus futuros presupuestos. En una subdelegación contemplan con estupor que la mitad de su dinero destinado a obras públicas ha sido precomprometido en contratos para pintar el borde de las banquetas de amarillo. Mientras la ciudad se cae, una empresa en la que probablemente tengan parte los viejos funcionarios se dedicará a escoger el amarillo de los bordes de las banquetas.
IX
Se trataba de reducir al siglo XIX en materia de información y manejo de datos a la nueva administración de la ciudad y lo lograron: computadoras desaparecidas, televisiones de las que sólo quedaron los dos cables pelones que conectan a la antena, discos duros saqueados de contenido, virus por todos lados, y 2 mil 500 radiolocalizadores comprados para las patrullas de los que sólo sirven 50. Una subdelegación en la Roma-Condesa, que tiene un centenar de personas trabajando, sólo cuenta con una máquina de escribir y cuando llegaron estaba sin cinta. Archivos desaparecidos, sin índices, expedientes roídos por la humedad, catálogos inexistentes, cuentas bancarias que han desaparecido.
El infierno de una novela de Farmer o Phillip K. Dick.
X
Como de telenovela, porque las versiones mexicanas de Spilberg sólo dan para telenovela. Micrófonos y cámaras de televisión dejadas por el viejo régimen en los despachos. Estos cuates no se miden. Antes de esto había oído interminables historias de orejas y orejitas, de robo de papeles, de cuates escuchando a través de la puerta.
La mejor manera de neutralizarlo es quitando la puerta, dice mi amiga Rosario.
XI
El saqueo tuvo un sello de clase. Se descubren terrenos que fueron expropiados a campesinos en la futura zona ecológica de Tláhuac, que han sido vendidos a una universidad particular. Hood Robin en acción: quitarle a los campesinos para darle a juniors de la oligarquía.
Contratos firmados con empresas privadas en condiciones pésimas, licitaciones fraudulentas; negocios y más negocios turbios enmascarados. A veces se pueden parar los contratos, otras es imposible, su apariencia legal no es discutible.
XII
El aparato no sólo estaba minado y saqueado. Era naturalmente ineficiente: exceso de trabajadores sin funciones reales, falta de profesionalización, centenares de comisionados por el aparato sindical charro, inercia burocrática, falta de espíritu de servicio, ausentismo brutal, favoritismo, componendas.
La corrupción no sólo opera en las alturas. Salarios miserables completados con mano negra.
En estas nóminas estuvieron y están los halcones, las bandas de golpeadores que intervenían en las escuelas, las brigadas de las camionetas blancas que destruían los tendidos en el suelo de las marías.
Por todos lados irracionalidades: choferes sin automóvil, ausencia de cocineros en los comedores para indigentes, jardineros que no saben de jardinería, veladores que se duermen, instalaciones nuevas para hacer programas de radio que no se usaban y cuyas funciones se realizaban a través de contratos externos. Una inercia que ha sobrecargado el aparato administrativo por la base y otra inercia que se encargaba de los carísimos ``bomberazos'' contratando externos.
Una sangría económica, un nuevo elemento para la paralización.
Los nuevos administradores se encuentran sin espacio para colocar cuadros, unos pocos espacios en las alturas, casi nada de plazas para cuadros medios, una base sindicalizada corrompida con islas de extraordinaria eficiencia.
Se encuentran con tremendas dificultades en tiempos de crisis para encontrar un buen ingeniero que asuma responsabilidades o un buen director para una casa de la cultura por 4 mil 200 pesos (antes de descuentos). La carencia de cuadros medios recarga las jornadas, obliga a cubrir huecos.
Y todavía un diputado llamado Juan José Castro Justo se queja de que la nueva administración ``haya agudizado el desempleo en la burocracia capitalina''.
XIII
El nuevo procurador lee las estadísticas que demuestran que ha descendido la ola criminal en la ciudad de México, no tengo por que no creerle a sus números. Sin embargo la criminalidad no es estadística. Es un putazo que de repente cae del cielo, es rumor social. Y las charlas, las voces en el teléfono cuentan la misma historia: patrullas que asaltan a automovilistas en el Viaducto y los llevan a vaciar sus cuentas en los cajeros automáticos, una joven que fue apaleada por unos policías azules, un asalto como western a mitad de día en la colonia Doctores narrado por un taxista.
Me aproximo a los otros números sobre el tema que me ofrece un cuate: en la ciudad de México se denuncian diariamente 700 delitos, quizá sean más del doble los delitos que la ciudadanía, convencida de que no tiene trascendencia reportar, que el mal no va a ser reparado, no denuncia. De esos mil 400 hipotéticos delitos, 50 llegan a juicio y se obtienen 14 condenas. ¡Catorce de mil 400! Aún suponiendo que esos 14 juicios hayan llevado a la cárcel a culpables (cosa que dudo), sólo se resuelve el 1% de los casos.
No hay negocio más rentable en el mundo que ser criminal en la ciudad de México. ¿Usted conoce algún negocio que ofrezca 99% de posibilidades de éxito?
En el Ministerio Público de la ciudad de México hay 60 mil juicios pendientes, los atienden 64 agentes, un millar anual para cada uno, tres diarios si trabajaran en domingo. ¿Los estudian? ¿Dirigen las investigaciones de la policía judicial? ¿Leen los expedientes? La cifra crece.
¿Qué puede hacer el nuevo gobierno ante una criminalidad surgida de la lumpenización de la policía y la crisis? ¿Con quién puede contar? En otros sectores de la administración había profesionales, había prófugos del sistema, había técnicos. ¿Qué hay aquí? Policías corruptos que si son despedidos organizarán bandas de secuestradores o de asaltantes.
No dudo de las intenciones del procurador y de algunos de sus más cercanos colaboradores, pero sólo hay soluciones radicales y sociales, y desde luego a largo plazo, a temas como estos.
Esa noche se me va el sueño.
XIV
No escondo en ningún lado la enorme simpatía que tengo por Cuauhtémoc Cárdenas. Creo en su esencial honestidad, en su capacidad para escuchar y hacer suyas las demandas de los parias y los jodidos, creo que tiene un natural sentido de justicia, que no negocia con los votos y que entiende que las guerras se dan en el espacio de los hechos y en el espacio de los símbolos. Sus actos personales, rebajarse el salario, hacer desaparecer el boato pendejo de las ceremonias, cambiarse a un despacho menos ostentoso, compartir ceremonias en los barrios, aparecerse en hospitales sin aviso, retirar los controles de vigilancia, prescindir de guardaespaldas, son actos que operan en la lógica de lo simbólico y que todos entendemos (los que queremos entender).
Pero no hay demasiados ejemplos de este estilo en el conjunto de la administración. Quizá donde mayor éxito se ha tenido sea en la implantación de una austeridad republicana y en un laborismo frenético que muestra oficinas abiertas desde la mañana hasta la noche (es fácil comprobarlo si usted tiene un teléfono. Llame a las 10 de la mañana a una delegación y pregunte por el delegado, repita la operación a las 10 de la noche).
Sin embargo su administración, tratando de salir del campo minado, de aprender las reglas de gobernar, de romper las inercias hacia el camino fácil, de desburocratizar, de enfrentarse a las penurias que dejó el saqueo, se ha paralizado en estos primeros días. Probablemente un factor importante fue la falta de preparación en el lapso julio-diciembre.
Sin duda la sensación de parálisis es más bien una percepción exterior y se están cocinando muchas cosas; de hecho me consta que centenares de programas van lentamente caminando en el páramo y que lentamente se toma el control del aparato.
Quizá no sería aventurado decir que en estos primeros tres meses se tomó el gobierno, pero está en proceso de tomarse el poder.
Quisiera ser justo, es fácil hacer frases para los francotiradores que estamos sentados en nuestro hogar escribiendo muy felices. Me veo obligado a repensar todo esto. Tengo el mejor ejemplo en casa, todos los días, Paloma, mi mujer, regresa de su oficina en la subdelegación Roma-Condesa de la Cuauhtémoc como quien regresa de una guerra, tras 13 horas de jornada de trabajo. En estos tres meses no ha cobrado (es más, ha puesto de su bolsillo para comprar papel del baño y garrafones de agua para la casa de la cultura de la Condesa), enfrenta todos los problemas narrados en párrafos anteriores y una colección interminable de varios más, y sin embargo sus proyectos siguen. Y todos los días dice cosas como ``Tenemos que entender que somos gobierno, no simulamos serlo'', ``tenemos que entender que el sentido de ser gobierno es servir''. Mis respetos, pues.
XV
Lentamente comienzan a notarse estas labores de hormiguita, bajo la apariencia de la parálisis:
Ventanilla de la delegación Miguel Hidalgo. Antes pedían mordida para la renovación de las licencias, la fórmula era:
-¿Cómo la quiere, lenta o rápida?
Ahora no se atreven, si ofreces aceptan pero no piden, tienen miedo de que los vayas a denunciar y les corten la cabeza. La pinza comienza a funcionar.
XVI
Frente a mi casa hay un árbol que tiene una extraña plaga; durante los últimos meses el árbol ha malcrecido, no florece y suelta una especie de líquido viscoso que enloquece a mis vecinos cuando tienen que limpiar sus automóviles. Traté de que lo podaran y me explicaran cómo combatir la plaga. Hace un año llamé por teléfono a la delegación y no me hicieron caso, encontré en la calle a un camión de parques y jardines y me pidieron 600 pesos, los mandé a la chingada. Con la nueva administración probé suerte. La semana pasada aparecieron, podaron el árbol y me dieron instrucciones, no trataron de cobrar nada. Posiblemente fueron los mismos cuates.
Me llama mi amiga Chacha que me oyó contar esto en un programa de televisión y quiere saber los detalles de cómo cuidar truenos. Le explico lo que me explicaron: podar primero, enjabonar después, bañar de agua con cal, dejar crecer, rezarle al dios de los indios amazónicos.
XVII
Cárdenas ha impregnado a su equipo de legalidad, como un justo balance a la ilegalidad funcional de las administraciones priístas, los nuevos administradores son obsesivamente legalistas. Conforme este concepto desciende por el aparato, la legalidad se vuelve norma de funcionamiento, norma burocrática, y nunca hubo más celosos respetuosos de las normas que los nuevos administradores.
Discuto con uno:
-No te das cuenta que te pusieron esas normas allí para que las cosas no pudieran hacerse, para que luego hubiera que arreglarse por arriba mordida de por medio.
Mi amigo defiende el memorándum 214 y la circular siete. Me encabrono:
-Cuando lo justo y lo legal no coinciden, ¿qué cambias?
Pierdo la discusión por agotamiento.
XVIII
En algunas partes del nuevo aparato administrativo de la ciudad de México, las menos, según lo que conozco, ha resurgido un nuevo lenguaje. Escucho a un director del área cultural decir:
-Hay que preservar el principio de autoridad. Eso, sobre todo.
No resisto, un velo rojo me cruza frente a los ojos, hablo mientras escupo espuma:
-Habrá que preservar los otros principios, los principios democráticos, el principio del respeto al derecho ajeno es la paz, el de la autoridad moral, pero el principio de autoridad es una mamada que Díaz Ordaz retomó de don Porfirio y que sirve para mandar cuando no tienes principios.
-No entiendes nada sobre las formas de gobernar, por eso no estás aquí.
-¿Estas últimas elecciones las ganó Del Mazo y te pusieron a tí?
XIX
Un funcionario de obras de una delegación le dice al equipo de una subdelegación en la Cuauhtémoc:
-No reparen nada si los vecinos no se lo piden antes, la tarea es responder a la demanda y así quedamos bien.
Los de la subdelegación miran al tipo como si fuera un marciano. El personaje era parte de la anterior administración. Afortunadamente no le hacen ni el más mínimo caso.
XX
Sigo creyendo en los símbolos y los milagros. ¿Si no creyera en ellos en qué debería de creer?, ¿en el supremo valor del billete sobre la moral?
El tiempo trabaja para los nuevos administradores democráticos. Poco a poco la pinza de funcionarios honestos-ciudadanos comenzará a articularse. Poco a poco se destrabarán los nudos, se romperán las inercias y se abrirán caminitos en el pantano.
No va a ser fácil.
El ex regente Manuel Aguilera, en su papel de presidente del PRI local, es un crítico persistente del gobierno perredista. Una arista que no ha soltado en sus declaraciones a la prensa es la relativa a la inexperiencia del PRD: ``La capital no puede ser escuela de ignorantes, provengan del partido que provengan''. Y más: ``En todo caso, que los partidos pongan sus escuelitas para que les enseñen a combatir los problemas de la ciudad de México''.
¿Criticar por criticar? Responde Aguilera: ``No somos saboteadores de la función pública, simplemente somos expresión del sentimiento de la sociedad''.
¿Apuestan los priístas al fracaso de Cárdenas? ``No queremos que el gobierno tenga tropiezos porque tropieza con nosotros''.
En la trinchera de la Cámara de Diputados, Enrique Jackson, quien también fuera alto funcionario del DDF, resumió la línea de golpeo del PRI opositor: ``La carencia de un programa rector para la ciudad -dijo- nos puede llevar a escenarios que nadie en su sano juicio desea''.
``El saldo no es halagüeño. El inicio ha sido accidentado... Va a ser un gobierno muy corto, y más si hay deseos futuristas'', dice Gonzalo Altamirano Dimas, presidente del PAN en el DF.
El panista enumera tropiezos: la polémica designación de Jesús Carrola al frente de la Policía Judicial, el incumplimiento de integrar un gabinete plural, el asunto de la deuda pública...
-¿Cumplirá Cárdenas?
-Lo dudo mucho... El ingeniero calificó la corrupción casi como un asunto de mafia organizada, creó grandes expectativas de que se castigaría la de altos funcionarios pero.... no se ve nada claro.
-¿Eso los va a favorecer electoralmente?
- No hay que verlo así, sino desde la óptica de la ciudad. A todos conviene que un gobierno salga adelante, no podemos ver con mezquindad política su tropiezo con miras al 2000.
-¿Y si Cárdenas no cumple?
-Habría un fuerte desencanto. La ciudad votó por un cambio, fue enorme la participacion política y también contundente el triunfo del ingeniero. El reto ahora es cumplir.
A la vuelta de los cien días, ¿qué tanto ha cumplido?
``Lo único tangible es la instalación de la mesa para la reforma política, no sé los resultados, pero es un hecho importante... Por lo demás, no se han presentado programas de gobierno, ya son muchos días para que se conociera alguna definición importante''. (Alberto Nájar)
El presidente del PRD capitalino, Armando Quintero, ataja: ``Hacer una evaluación al estilo civilizado de los países democráticos no tiene sentido''.
Se explica el ex líder sindical universitario: ``En estos cien días es imposible implementar el programa de gobierno del ingeniero Cárdenas, porque los huesos de las patas institucionales no sirven para nada''.
De entrada, Quintero no recuerda que Cárdenas haya prometido un primer corte a los cien días. Aunque así fuera, añade, ``una cosa era la voluntad sin conocimiento al detalle y otra es ahora que lo tenemos pormenorizado... El nivel de descomposición es monumental. Perdimos mucho tiempo parchando, reforzando y evitando que se nos caigan las cosas''.
La situación de la ciudad, reconoce, rebasa al gobierno. ``Toda la sociedad debe hacerse cargo: no vamos a poder resolver ningún problema con un entramado canceroso''.
¿Qué debe evaluarse entonces? Las ganas de hacer bien las cosas, dice Quintero, de otorgar una fuerte base social a la ciudad de México que no existe en el resto del país, y la congruencia de Cárdenas.
¿Cuánto tiempo será necesario para evaluar al gobierno perredista? Quintero sugiere el plazo de un año. En diciembre, dice, podrá hacerse una evaluación más realista ``y sin pretexto alguno''.
¿Así será?
``No tenemos la menor duda que vamos a superar la adversidad que se nos viene''. (Alberto Nájar)