Este jueves el dólar llegó a su nivel más alto del sexenio al cotizarse en 8 pesos con 63 centavos. De esta suerte, en lo que va de 1998 nuestra moneda ha sufrido una devaluación de 7.24 por ciento. Y las perspectivas son cada día menos alentadoras. El fracaso del gobierno de Estados Unidos en su empeño por desatar un nuevo conflicto bélico en Irak y provocar así un aumento en los precios internacionales del petróleo, ha venido a complicar aún más las cosas para los tecnócratas mexicanos, que esperaban, ellos también, obtener beneficios del probable baño de sangre.
El desplome de los mercados de crudo ha forzado una reducción de 18 mil -y no, como se dijo en un principio, de 15 mil- millones de pesos en el Presupuesto de Egresos para el año en curso. Y las primeras consecuencias ya están a la vista. Sólo esta semana, la Secretaría de Desarrollo Social (Sedeso) ha anunciado un recorte de 30 por ciento de sus trabajadores en todo el país, lo que dejará en el desempleo a 2 mil personas, mientras Televisión Azteca, por su parte, ha informado que despedirá a 400.
Todos esos indicios auguran una nueva caída en el abismo de las penurias macroeconómicas, en un año marcado por 10 procesos electorales, las intensas pugnas dentro del equipo ``gobernante'', una descomposición social generalizada que ya no hace falta documentar y una vigilancia internacional en materia de derechos humanos que desde luego no bajará la guardia tan fácilmente.
Si lo que se avecina, por desventura, es una nueva catástrofe en el reino de las finanzas, ¿a quién se disponen a echarle la culpa nuestros predecibles tecnócratas?
Desde luego, al Ejército Zapatista de Liberación Nacional, como ya lo hicieron, por ejemplo, en diciembre de 1994.
-Entonces -dice el tonto del pueblo-, hoy quieres que hablemos de dinero...
Y se mete la mano en la bolsa, habida cuenta de las numerosas deudas que ha contraído conmigo.
-Oye esto -le digo. Y procedo a leer:
``El tipo de cambio cerró este jueves en 8.6330 pesos por dólar, nivel máximo desde que rige la flotación entre esas monedas. Ello implica un deslizamiento del peso contra el dólar de 7.24 por ciento en lo que va del año. Las razones del ajuste en la paridad cambiaria son(:) un déficit en cuenta corriente estimado en 15 mil millones de dólares para este año; el recorte presupuestal por 18 mil millones de pesos, y el alza en tasas de interés a niveles promedio de 20 por ciento. Esas circunstancias provocarán que el precio objetivo de 8.74 pesos por dólar estimado por la SHCP (en promedio para 1998) tenga que modificarse al alza, de acuerdo con las condiciones de los mercados'' (análisis de Rodrigo Vanegas y Antonio Sandoval, en El Financiero, 6/III/98).
-What? -bizquea el tonto del pueblo.
-En resumidas cuentas -supongo-, quiere decir que si el dólar se les va a más de los 8 pesos con 74 centavos que José Angel Gurría y Guillermo Ortiz calcularon para diciembre de 1998...
-¡Diciembre! -exclama el tonto-. Pero si el jueves llegó a 8.63 y estamos apenas entrados en marzo.
-No -dice Emma Thomas-, estamos en marzo entrados en abril. ¿Qué no era así?
-Da lo mismo -dice el tonto-. Para que se rompa la meta de la Secretaría de Hacienda falta que el peso pierda, únicamente, 11 centavitos.
-Y para que la meta se cumpla -dice la Thomas-, faltan nueve meses. ¡Un embarazo completo!
-Lo que suceda primero- me oigo decir.
Ante el riesgo de aparecer a los ojos del país como un conjunto de administradores ineptos, los tecnócratas mexicanos, con su nueva ``estrategia para la paz en Chiapas'', montan una escenografía que les permita disculparse de un eventual fracaso económico.
Tenían una esperanza: que Estados Unidos bombardeara supuestamente a Sadam Hussein (aunque los obuses mataran a cientos de miles y no a Hussein) y que algunos misiles destruyeran refinerías, oleoductos y depósitos, para que el nerviosismo retornara a los mercados del petróleo y los precios volvieran a subir, arrastrando a la alza las cotizaciones del crudo mexicano.
Pero esa salida empezó a disiparse tras la brillante gestión de Kofi Amman en Bagdad, con lo cual demostró una vez más que la ONU se ha convertido en un estorbo para la noble causa del progreso.
Está finalizando el invierno, el frío se aleja lentamente de Estados Unidos y de Europa, y con ello en breve comenzará a descender la demanda de petróleo extra de los mayores consumidores del planeta. Sin embargo, como están las cosas este año la reducción traerá peores consecuencias. El precio del petróleo tipo Brent, que la humanidad succiona en el fondo del Mar del Norte, podría quedar por debajo de los 14 dólares. Y de esta suerte se vendería a menos de su costo real de extracción.
Así que...
-¿Se dice ``capear'' o ``capotear'' la tormenta? -quiere saber el tonto del pueblo.
-Creo que ``capotear'' es lo correcto -digo sin convicción-. Pero los marineros dicen ``capear'' porque no son aficionados a los toros.
-Capear es cubrir con una capa -dice Emma Thomas-. ¿No has oído hablar de las tortas de seso ``capeadas''?
-``Capotear'' es distraer, entretener con el capote...
-Lo pregunto -explica el tonto- porque para capotear la tormenta financiera que se les viene encima (y no digo ``enfrentar'', que me parecería demasiado), los tecnócratas están divididos. No se han puesto de acuerdo en quién debe tomar el timón y quién debe arriar o desplegar las velas.
Y cita:
Una ``parte de las reacciones especulativas y las conductas irracionales que se han observado en los mercados financieros (de México) de mediados de enero a la fecha, obedece a la falta de coordinación entre quien maneja la política fiscal (o sea, Hacienda) y quien se encarga de la política monetaria y cambiaria (o sea, el Banco de México)'' (El Financiero, 5/III/98).
El texto abunda: ``Según los analistas (identificados como banqueros nacionales y extranjeros, entrevistados en la Convención Bancaria de Acapulco), la descoordinación está sustentada en la dificultad que enfrenta Hacienda para retomar el control de la política económica, frente a la figura de quien hasta diciembre se encargara de dicha tarea'' (idem).
-Entonces tenemos -dice el tonto, enumerando con los dedos-, una lucha de poder en el gabinete económico, entre un aspirante a la Presidencia de la República, obligado por intereses electorales a mantener el peso en 8.74 a costa de las reservas federales del país, y un supersecretario vitalicio a quien las elecciones del 2000 lo tienen de antemano sin cuidado. Pero también tenemos...
-Un momento, que no soy taquígrafo -protesto.
-Pero también tenemos -reitera el tonto- una lucha de poder que se desató con la llegada de Francisco Labastida Ochoa a la Secretaría de Gobernación, y que se traduce, de momento, en la crisis de gobierno en Morelos, donde se está cayendo Jorge Carrillo Olea, uno de los aliados más antiguos de Manuel Bartlett, el gobernador de Puebla que junto con Roberto Madrazo Pintado, ``gobernador'' de Tabasco, trabaja abiertamente por tomar la dirección del PRI y controlar el destape del candidato del régimen para el 2000.
-Qué rollazo -dice la Thomas.
-Es obvio -dice el tonto-: Labastida está jugando a su favor con la profunda indignación que hay en Morelos, para quitarle agua a la pecera de Bartlett.
-¿O sea que tú ves a Labastida -deduzco- en plena guerra contra el sindicato de gobernadores del sureste?
-No sé si contra todo el sindicato -dice el tonto-, porque el doctor Zedillo acaba de darle al gobernador de Yucatán, Víctor Cervera Pacheco, el mismo trato preferencial que en 1995 le dispensó a Roberto Madrazo, diciéndole: ``Vamos a gobernar juntos hasta el año 2000''.
-Y Cervera Pacheco y Roberto Madrazo -acoto-, son piezas de Carlos Hank González, que tiene muchísimas expectativas en el sureste, con los negocios de Pulsar.
-A todo esto añádele -dice el tonto del pueblo-, las pequeñas luchas locales, a nivel estatal, donde habrá elecciones de gobernador este año. En Zacatecas ya se rompió el PRI; en Veracruz se habla de 10 mil priístas descontentos que renunciaron en protesta por la precandidatura de Miguel Alemán; en Aguascalientes el destape de Víctor Hugo Olivares Ventura no conmocionó al PRI, pero al PAN lo tiene contentísimo porque piensa que le va a ganar de calle.
-No lo tengo que poner textual, ¿verdad?
-De las 10 elecciones -repasa el tonto-, excepto dos, creo, la gran mayoría será en la parte final del año. Si hay un desastre económico más o menos importante, para entonces, para octubre por ejemplo, las consecuencias serán ya ampliamente conocidas y le quitarán muchos más votos al PRI. A menos que...
-A menos que qué -dice, intrigada, la Thomas.
-A menos que el PRI convenza a la opinión pública de que él no fue el culpable del nuevo desastre. Para eso está Chiapas. ¿O no?
Los puntos vulnerables que la economía mexicana ha empezado a mostrar desde mediados de enero explican el nerviosismo del régimen y la paranóica decisión de redoblar las tropas federales en torno de las comunidades indígenas rebeldes. Una acción militar del EZLN en esas circunstancias -dice el tonto del pueblo que le dijeron analistas bursátiles- habría sido letal para el peso, para el equipo del gobierno y para el conjunto del país.
Pero el EZLN no dispara un tiro desde 1994, ha transformado su declaración de guerra en una lucha eminentemente pacifista y ha resistido, con bastante más éxito y solidez política que su adversario, la estrategia de acoso y desgaste a la que se ha pretendido someterlo. Entonces -dice el tonto del pueblo que le dijo a los analistas bursátiles-, el EZLN no tiene por qué ponerse con Sansón a las patadas. Pues entonces que se cuide -dice el tonto del pueblo que le reviraron los analistas bursátiles-, porque el día menos pensado le montan un espectáculo para justificar una macrodevaluación.
Sea correcto o no ese pronóstico, lo cierto es que el domingo pasado el EZLN difundió un video para atender a una serie de preguntas que le formuló, en un cuestionario por escrito, la comisión internacional de observadores de derechos humanos que anduvo hace poco por allá. En una de sus respuestas, el subcomandante Marcos dijo:
``El gobierno federal ha desatado una campaña contra los observadores extranjeros para usarlos de tres formas. Una, para decir que los extranjeros impiden la solución del problema; dos, para repetir su discurso nacionalista, y tres, para tomar los Aguascalientes con el pretexto de perseguir a extranjeros ilegales.''
En su réplica al Manifiesto a la Nación publicado el jueves por el PRD, Francisco Labastida rechazó que el régimen esté buscando la vía armada en Chiapas. ``El PRD miente'', dijo el secretario de Gobernación. Y de inmediato, en un gesto republicano, el presidente del PRD, Andrés Manuel López Obrador, desafió a Labastida Ochoa a un debate público ``para que se vea quién está mintiendo''.
En la selva, mientras tanto, el Instituto Nacional de Migración ha instalado un retén portátil, por llamarlo así, que se desplaza con los vehículos del Ejército Mexicano que patrullan la comunidad zapatista de San José del Río, donde hay un campamento permanente de observadores extranjeros. No hace tantos días, como allá es costumbre, al sentir que la columna de carros de combate se aproximaba a la aldea, los observadores formaron una valla en la carretera para establecer un cinturón de paz.
De pronto ocurrió algo insólito. Los soldados pasaron echando puñados de papeles, que ninguno de los observadores se dignó recoger... hasta que el convoy se hubo ido. Pero entonces vieron que los papeles no eran sino fotografías, de cuerpo entero, de tres cuartos y en close-up, repetidas por montones, de los miembros del campamento internacional de La Realidad. El régimen, dice Labastida Ochoa, ``no busca la vía armada en Chiapas''; sin embargo, utiliza contra las comunidades, y ahora contra los pacifistas del mundo que las apoyan, tácticas de hostigamiento sicológico usando para ello el aparato militar. ¿No hay cierta contradicción entre el discurso y los hechos?