La Jornada 6 de marzo de 1998

Sin justicia social, vuelta al autoritarismo: Fuentes

Jim Cason y David Brooks, corresponsales, Washington, 5 de marzo Ť Unir la democracia política, el crecimiento económico y la justicia social es el principal desafío de América Latina al ingresar al nuevo milenio, afirmó hoy el escritor mexicano Carlos Fuentes durante la celebración del 50 aniversario de la Organización de Estados Americanos (OEA).

La Carta de la OEA ofreció una Constitución para las Américas en la que enmarcar la realidad principal de las relaciones interamericanas: ``la vasta asimetría del poder entre Estados Unidos y sus vecinos al norte y al sur'', dijo Fuentes.

Esta asimetría ``decidió el resultado de la guerra entre México y Estados Unidos'' hace exactamente 150 años y, añadió, justo hace cien años también se manifestó en el enfrentamiento con los últimos vestigios del imperio español en el Caribe.

La OEA, indicó el autor mexicano ante cientos de diplomáticos, intelectuales, políticos y figuras reconocidas del hemisferio reunidos en la sede de esta institución para conmemorar medio siglo de su existencia, consagró los principios de la autodeterminación, soberanía nacional, la no intervención y la cooperación económica al adoptar su carta en Bogotá en 1948.

Pero, señaló, aunque los deseos eran de una nueva época de democracia y cooperación, la realidad fue otra: los ``peligros'' que amenazaban estas esperanzas eran los problemas económicos, políticos y sociales persistentes de los países latinoamericanos.

Estas sociedades necesitaban reformas estructurales, indicó Fuentes, pero ``en su lugar, conseguimos la parálisis de la guerra fría. Las estrategias del enfrentamiento oeste-este subordinaron la cooperación norte-sur''.

Hoy día, afirmó, se enfrenta un nuevo mundo de oportunidad y cooperación al ``dejar atrás los fantasmas de la guerra fría'', pero advirtió que al fin de un siglo de ``triunfos legales'' y ``profundos fracasos políticos'', las nuevas oportunidades son acompañadas de nuevos peligros.

Oportunidades y retos

Definió como la gran oportunidad y desafío para el futuro de América Latina ``finalmente juntar la democracia política, el crecimiento económico y la justicia social'', y afirmó que el grito a través de la región es tener estas tres cosas juntas, y ahora.

Tras describir el formidable reto para lograr estos objetivos, Fuentes detalló los problemas socioeconómicos de la región y subrayó que el hecho de que más de la mitad de la población latinoamericana vive en la pobreza es el ``principal obstáculo para el cambio, si por cambio queremos decir niveles de ingreso más altos, salud y educación, más oportunidades para la ciudadanía, más poder adquisitivo y el respeto para la cultura de la comunidad''.

Afirmó a continuación que ``nuestros niveles de pobreza son inseparables de nuestros niveles de desigualdad''.

Sin enfrentar esta realidad, advirtió Fuentes, ``el gran peligro es que, habiendo logrado niveles inusuales de organización democrática, si la democracia no genera niveles más altos de bienestar, América Latina podría revertir a la tradición autoritaria que, desgraciadamente ha marcado su historia política''.

Para evitar esto, indicó el autor de Aura, una justicia económica mayor es una alta prioridad.

Fuentes opinó que la larga disputa entre los sectores público y privado está llegando a su fin, ya que la ``división ideológica'' entre los dos se ha estado disolviendo con el surgimiento de un ``tercer sector, la sociedad civil, el intermediario y el punto de equilibrio entre el Estado y el mercado''.

Propuso que este tercer sector debería ser convertido en un ``protagonista constante'' en el esfuerzo para unir los antes mencionados tres objetivos.

La sociedad civil, indicó Fuentes, es el sector que está marcando la ``agenda pública. Están regresando el poder al pueblo''.

¿Quién le teme a Mickey Mouse?

Fuentes afirmó que el contraste entre ``una cultura vigorosa'' y constante existiendo a lado de instituciones políticas débiles y políticas económicas accidentadas es la paradoja clave de la historia latinoamericana, y llamo a que, por primera vez, la cultura debe nutrir y fortalecer a la política.

En este contexto, señaló, la educación es la clave para el desarrollo y por lo tanto una primera tarea para el futuro del hemisferio. Una segunda tarea es evitar el ``darwinismo global'' al asegurar que el proceso de integración internacional sea manejado a través de la gobernabilidad nacional.

Insistió que no hay por qué temer que la integración pudiera implicar la subordinación cultural ante Estados Unidos.

Ante la riqueza cultural de las Américas, Fuentes dijo que podríamos preguntarnos ``quién le teme a Mickey Mouse''.

Añadió que también existe el fenómeno de la creciente presencia de la cultura latinoamericana en Estados Unidos y concluyó que ``aunque el inglés se ha convertido en el idioma de la era de la información, el español se ha convertido en el idioma en la era de la migración. Y mientras recibimos en inglés el idioma de la tecnología del siglo XXI, así Estados Unidos recibe en español el idioma de la humanidad para el milenio venidero''.

Fuentes concluyó con un llamado apasionado al reconocimiento mutuo entre las diversas culturales del hemisferio, que toda cultura surge de este reconocimiento y que ``la supervivencia de las civilizaciones en el siglo entrante dependerá de nuestra capacidad de reconocer la humanidad de otros, y de las culturas que conllevan''.