La Jornada 5 de marzo de 1998

En 2000 se verá un sistema bancario sólido y en expansión, afirma

Roberto González Amador Ť Un día antes de tomar el mando de la Asociación de Banqueros de México (ABM), Carlos Gómez y Gómez afirma que en la economía del país la clave para consolidar el desarrollo es ``prudencia''. Después del tropiezo de 1995, sostiene que ``nunca más deben brincarse escalones en la ruta del crecimiento''.

En entrevista con La Jornada, considera que no es posible para el país aceptar ``avances económicos de un año que luego se transforman en un retroceso de varios años''.

El presidente del Banco Santander Mexicano dice que el sistema financiero tardará todavía tres años en consolidarse. ``Será hasta el 2000 cuando podamos ver un sistema bancario sólido y en expansión''.

El nuevo dirigente de los banqueros, que asumirá el puesto en la 61 Convención Bancaria que comienza mañana en Acapulco, hace énfasis en que tanto la reactivación del crédito al sector productivo y a las personas, prácticamente suspendido desde el estallamiento de la crisis, así como la evolución del país se deben hacer ``sin forzar los procesos, sin descuidar la prudencia''.

Gómez y Gómez prevé que hasta finales de este año las condiciones económicas del país podrían ser propicias para reactivar el crédito bancario. ``Para la banca mexicana 1998 es todavía un año difícil'', comenta.

Se manifiesta confiado en que este año las empresas orientadas al mercado interno logren salir del marasmo en que las sumió la crisis. ``No debemos forzar el crédito, el proceso de reasignación de préstamos se dará de manera natural'', comenta. Pero considera más importante que la economía avance con pasos firmes, sin guiarse por espejismos que luego llevan a retrocesos.

``Lo más importante para que comience a fluir el crédito es que el sector económico orientado al mercado interno se consolide y se convierta en el motor del desarrollo del país. Con eso se reactivará el consumo de la población y todo ello nos llevará a una reactivación bancaria en condiciones diferentes a las de 1994'', cuando una sobreestimación de las expectativas de crecimiento condujo a una sobreasignación de préstamos que luego, como efecto de la crisis, se volvieron incobrables.

Gómez y Gómez, quien fue durante cinco años vicepresidente de la ABM, insiste en que la clave es actuar con prudencia ``para ir avanzando como quieren los mexicanos, subir los escalones del desarrollo uno a uno, y no tratar de brincarnos cinco para luego retroceder tres''.

En 1998, comenta, la población apenas está recuperando el poder adquisitivo que tenía en 1994. ``Hemos perdido cuatro años y los mexicanos ya no podemos aceptar avances con retrocesos; es mejor un crecimiento moderado pero sostenido'', afirma.

Cuando aborda el tema de la banca no deja de reconocer que el sistema financiero nacional todavía muestra debilidades, producto de una crisis económica que triplicó la cartera vencida y obligó a una recapitalización de las instituciones en la que los accionistas mexicanos debieron ceder 30 por ciento del capital del sistema a la inversión foránea.

La banca vuelve a tener en 1998 un año difícil, expresa. En este periodo, comenta, los accionistas de los bancos deberán insistir en el saneamiento individual de las instituciones, terminar con la capitalización y, con el tiempo, buscar la rentabilidad.

Los banqueros mexicanos, dice, están convencidos de que después de la lección de 1994, la rentabilidad de las instituciones sólo será posible en el mediano y largo plazo ``pero nunca en el corto plazo''.

La primera etapa después de la crisis ya terminó, comenta. En el tiempo transcurrido desde la devaluación sólo quedan 10 instituciones en el sistema financiero tradicional, de las 18 que fueron reprivatizadas. ``El reto en el corto plazo es que las instituciones terminen su saneamiento de manera individual porque ya no habrá más programas de rescate''.

Afirma que la lección que les dejó la crisis es que deben ser prudentes en la asignación de préstamos. ``El crédito debe fluir en forma ordenada, prudente, para que tanto bancos como deudores conozcan sus derechos y obligaciones'', apunta.