La Jornada 5 de marzo de 1998

Democratizar al tricolor, el reto, dice su dirigente

Elizabeth Velasco C. Ť El PRI requiere ``una reforma profunda, una operación política de signo mayor'', aseguró el presidente nacional de ese partido, Mariano Palacios Alcocer, al llamar a más de dos mil selectos dirigentes, gobernantes y militantes a ``democratizar y abrir'' ese instituto, en el ámbito de la próxima asamblea nacional extraordinaria.

Son muchas las voces que exigen ni tapados ni candados, lo cual implica suprimir las ``exclusiones y la idea de un coto privado'', dijo en la celebración del 69 aniversario del tricolor encabezada por el presidente Ernesto Zedillo.

Abierta la lucha por la eliminación de los candados, dijo que el priísmo requiere atender y resolver asuntos de ``enorme trascendencia, como definir en el ámbito estatutario el método, procedimiento, requisitos, competencia interna y tiempos para la postulación del candidato a la Presidencia de la República''.

Argumentó que un partido en los umbrales de la elección del 2000, debe tener como regla de oro ``la igualdad de oportunidades para todos sus integrantes'', de ahí que la militancia priísta tendrá que expresarse democráticamente en la próxima 18 asamblea nacional.

Ante el gabinete presidencial en pleno, viejos líderes ortodoxos, 25 gobernadores, presidentes municipales y legisladores, sostuvo que existe decisión para profundizar la vida democrática del partido, pero -insistió- se requiere claridad, apertura y certeza en todos los procedimientos.

A sus correligionarios de diversas corrientes les pidió evitar ``apresuramientos innecesarios y dilaciones irreflexivas'', en alusión a los polémicos candados para la elección de candidatos a gubernaturas y a la Presidencia de la República.

En ese sentido, advirtió que la dirigencia nacional velará por la unidad, cohesión, eficacia y buenos resultados de su partido en todas las contiendas electorales en puerta.

Acerca de los términos para la organización de la asamblea, indicó que estarán contenidos en la convocatoria que en su momento y a solicitud del Comité Ejecutivo Nacional apruebe el Consejo Político Nacional.

``En la circunstancia táctica más oportuna y conveniente para los intereses generales del partido, las organizaciones, la estructura territorial y los militantes del PRI serán convocados a discutir y modificar o adicionar aspectos sustantivos de los documentos básicos: la declaración principios, el programa de acción y los estatutos''.

En un discurso de 45 minutos, en el auditorio Plutarco Elías Calles de la sede nacional priísta, Palacios hizo alusión, entre otros temas, al conflicto en el estado de Chiapas, al EZLN y a los observadores extranjeros.

El partido, dijo, descalifica la violencia como método de acción política y la rechaza tanto en las ciudades como en el campo.

``El afán de justicia que el Partido enarbola no necesita cubrirse el rostro, ni valerse del patronazgo de las buenas conciencias que desde el exterior nos miran''.

A los extranjeros, dijo que hay causas para que las apoyen en su propia tierra y que ``la tarea de justicia social es tarea de mexicanos y entre mexicanos'', lo mismo que la ``lucha por la democracia en México es esfuerzo que compete sólo a los mexicanos''.

Los más de dos mil priístas irrumpieron en aplausos otra vez -la primera fue cuando habló de los candados- en esta que fue la parte casi final de su discurso, en el que rechazó ``cualquier afán injerencista'' y exigió ``el mismo respeto que México guarda a otros países''.

Apoyo a la política gubernamental

En la primera parte de su alocución, Palacios manifestó su rechazo a continuar ``un horizonte de sacrificio popular o de restricciones permanentes''.

Al presidente Ernesto Zedillo le dijo que la militancia exige que ``limpiemos nuestra organización de inercias, confusión y desviaciones''.

Pidió reorientar los esfuerzos y extender los servicios de seguridad social a toda la población; elevar la calidad educativa; un combate frontal a la delincuencia, a la violencia y corrupción institucional, así como acabar con la degradación del salario y fomentar una política económica que se traduzca en empleos estables y bien remunerados.

``La legitimación de una política económica exitosa es el bienestar social que genera'', enfatizó.

Expresó un amplio reconocimiento al gobierno del presidente Zedillo, al señalar que, pese a la crisis, ``con talento y voluntad'' ha mantenido los programas sustantivos en materia de salud, educación y de apoyo a las clases populares al incrementar los recursos destinados al gasto social.

También envió un mensaje a los gobernadores emanados de sus filas, a quienes demandó ``ejecutar buenos actos de gobierno, oportunos y eficientes, de raigambre popular y comprometidos con el ideario político-electoral que los llevó al poder'', con el fin de conservarlo.

A quienes son y serán sus candidatos a puestos de elección popular, les recordó que el voto de la mayoría se pide ``precisamente para beneficiar a la mayoría''.

En alusión a la oposición, manifestó que el partido en el gobierno ``no postula los frágiles espejismos del populismo ni la trampa de los cambios reaccionarios para revertir todas nuestras conquistas sociales''.

Y a quienes pretenden privatizar o condicionar la educación pública, la protección de la salud y la vivienda de interés social, les ``decimos que en el PRI no lo permitiremos''.

En su amplio discurso también exhortó a la militancia priísta a reforzar la capacidad del partido oficial para competir con eficiencia en este año de intensa actividad electoral, en el cual se disputarán 10 gubernaturas, 283 diputaciones locales de mayoría y mil 416 ayuntamientos.

Fue entonces cuando se refirió a la necesidad de ``afinar un perfil altamente competitivo'' del PRI rumbo al 2000. ``Los desafíos del 2000 -subrayó- nos exigen un PRI verdaderamente democrático y abierto a la sociedad: jóvenes, mujeres, clases medias, obreros, campesinos, líderes naturales, profesionistas y técnicos, intelectuales y maestros''.

Por último, Mariano Palacios Alcocer llamó a los priístas a fortalecer sus lazos de unidad. ``Unidad -dijo- en la libertad, el debate y la propuesta constructiva; unidad para resolver nuestras contiendas internas con respeto a la mayoría y el interés general''.

Con esa unidad, pidió de nuevo reconstruir al partido para garantizar su permanencia y viabilidad en el 2000.