La Jornada 4 de marzo de 1998

En las Cañadas, incursiones de Migración con apoyo militar

Hermann Bellinghausen, enviado, San José del Río, Chis., 3 de marzo Ť El Ejército ingresó ayer en esta comunidad zapatista escoltando a la policía de Migración. ``Dijo que quiere revisar sus papeles de los campamentos de paz'', relata Isaac esta mañana, en el camino que conduce a Guadalupe Tepeyac y La Realidad, en la cañada de Las Margaritas.

Desde las 7 de la mañana, 25 vehículos militares rodean esta comunidad simpatizante del EZLN, y establecieron un retén a 800 metros. Poco antes de las 12 del día, dos tanquetas se detuvieron en el centro de San José, y de ellas descendieron nueve soldados y un agente del INM. El ambiente era muy tenso, porque desde el día primero se había concentrado sobre San José del Río una fuerte presión militar, con decenas de vehículos, muchos de ellos artillados. Los soldados se introdujeron al caserío.

``Luego luego las compañeras se juntaron y los empezaron a corretear'', relata Isaac. ``Las compañeras llevaban palos y les gritaron que se fueran con sus tanquetas, y los soldados dijeron que ellos no vinieron a provocar, que `este cabrón es quien nos dijo que nos paráramos', diciendo y señalando al de Migración que venía con ellos''.

Ahora se ve mucho movimiento en San José. Han venido campesinos de otros pueblos vecinos, ``para defender''. Y hoy, por tercer día consecutivo, está instalado un retén militar en las afueras de la comunidad apoyado por 20 vehículos ``y no se sabe cuántos soldados'', dice un señor bajo el cobertizo de la tienda comunitaria.

``Ya habían llegado los soldados al campamento de paz cuando dijeron a qué venían'', prosigue Isaac. ``Como se juntó la gente, no tardó mucho el movimiento; tan luego se fueron a sus tanquetas, se fueron donde está el retén y se retiraron hasta por ahí de las 6 de la tarde.''

Al mismo tiempo, el mismo día 2, el Ejército incursionó en el pueblo de San José La Esperanza, cañada adentro, al otro lado de La Realidad. Ingresaron por Maravilla Tenejapa, cerca de la frontera, y pasaron por Gallo Giro y Santa Margarita.

``Lo estábamos oyendo el radio, de Labastida Ochoa'', reconstruye José su sugerente testimonio. ``Y entonces entraron los soldados. Fue al mismo tiempo'', asegura.

``Ya ni acabamos de oír en el radio el mensaje de la Gobernación. Tuvimos que correr para ponernos a los federales que se vinieron a meter''.

Como ahora en Chiapas todo sucede al mismo tiempo, la inusual incursión militar hacia San José La Esperanza, luego de pasar Sana Margarita, Agua Azul, pueblos montañeros de la cañada tojolabal, también coincidió con el mensaje de Bucareli.

Cuando la patrulla llegó a Santa Margarita, 45 soldados se dirigieron a San José La Esperanza, donde llegaron a las 15:15, para permanecer sólo 15 minutos, ofreciendo despensas a las mujeres y dulces a los niños.

La patrulla militar venía guiada por un hombre, originario de ese San José La Esperanza, quien desde hace seis años es soldado del Ejército y ya no vive allí.

San José del Río, mientras tanto, célebre por su marimba y su hospitalidad, sigue hoy rodeada por el Ejército, y por lo menos el domingo los campesinos pudieron ver que una patrulla militar ``se metió en el monte''.