La Jornada 4 de marzo de 1998

La generación de empleo crece 13.6% al año en el sector informal, asegura un especialista

Raúl Llanos Samaniego Ť El comercio ambulante en la ciudad de México ha crecido de una manera ``explosiva e incontrolada'', a grado tal que los 225 mil puestos callejeros que existen en esta capital representan 25 por ciento del producto interno bruto (PIB) del sector comercio, mientras que la generación de empleo en el ambulantaje crece a ritmos anuales de 13.6 por ciento, ``prácticamente el doble de lo reportado en el sector formal''.

Además, tan sólo de 1988 a 1995 --aseguró Moisés Castillo, secretario académico del Programa Universitario de Estudios sobre la Ciudad--, el comercio en la vía pública ha crecido 108.5 por ciento, mientras que la Población Económicamente Activa (PEA) lo ha hecho en 23.25 por ciento.

Al participar en el primer día del foro sobre economía informal, organizado por el diputado Arne aus den Ruthen Haag, en coordinación con la Comisión de Abasto de la ALDF, el especialista hizo un análisis prospectivo y estimó que de seguir la misma tendencia, para el año 2000 habrá un millón 258 mil 281 puestos en las calles del DF, de los cuales dependerán, por lo menos, 2.5 millones de personas.

En su ponencia, afirmó que ese fenómeno social afecta la vida de la población en general, ya que ``al manejar grandes utilidades se convierte en manzana de discordia para líderes de comerciantes de la calle, los cuales surgen a diario, enarbolan banderas políticas y se asocian con políticos y funcionarios en la búsqueda de beneficios personales'', obstaculizando con ello el reencauzamiento legal de la problemática.

Puntualizó que el ambulantaje ha sido una ``válvula de escape'' ante la falta de soluciones de fondo al desempleo, bajos sueldos y escasa productividad, y por tanto se le ha consecuentado, pero en el caso de aquellos comercios y trabajadores que pagan impuestos y contribuyen a capitalizar el patrimonio urbano de esta ciudad ``se sienten excluidos y agredidos por la falta de atención gubernamental''.

Más adelante, Moisés Castillo presentó una serie de propuestas tendientes a controlar ese tipo de comercio, entre ellas: definir los diversos tipo de ambulantaje, formas de organización y funcionamiento; elaborar un padrón confiable y reconocido de la venta informal.

Asimismo, y como apoyo al comercio organizado, replantear la política fiscal y tributaria a través de la reducción de impuestos en el comercio formal; establecer una política de simplificación administrativa que considere la creación de un programa permanente de ventanilla única del comercio, y adoptar programas de atención a diferentes sectores de la población desprotegida.

El ambulantaje, ajeno a la crisis

Por su parte, el investigador de la UAM, Sergio Méndez Cárdenas, sostuvo que en este fenómeno social es necesario ``romper con algunos mitos'', como el considerar que los vendedores ambulantes son producto de la crisis económica de inicios de los 80, sino que surgen por un problema de crecimiento demográfico de la población ``en un contexto de hiperterciarización de la economía urbana'', y considera que 48 por ciento de los vendedores de vía pública tienen su origen en factores diferentes al desempleo abierto.

Asegura que ``los macropuestos son los que acumulan en grado significativo las ganancias de la demanda comercial'' y de ahí hacia abajo se establecer ``verdaderas redes empresariales internas'', mientras que esos grandes puestos funcionan como ``fincas''.

Cita, al respecto, que son dos organizaciones de ambulantes ``las más poderosas'' no sólo del Centro Histórico sino de la capital: la Unidad Cívica de Comerciantes del DF Nueva Merced, y la Asociación Cívica, Legítima y Comercial, que en conjunto integran al 80 por ciento de los vendedores ambulantes del Centro.

Luego plantea, entre otras acciones: impulsar desde la ALDF una ley que establezca claramente los usos de suelo para esa actividad, los mecanismos para la ``concesión'' de permisos y cobro de impuestos bajo un marco fiscal menos estricto; además de generar un programa de reubicación utilizando el criterio de generar equipamiento comercial y de servicios.

Finalmente, el diputado Arne Sidney, del PAN, expresó que el ambulantaje ha dañado los espacios de convivencia colectiva, por lo que es necesario diseñar una propuesta orientada al rescate de los bienes de uso común.