Marco Rascón
La máscara y la estrategia

No sé si hablar de la máscara de Zedillo o de la de cerdo. Pero temo ser demandado ante la PGR por Ricardo Salinas Pliego, Córdoba Montoya, Sarmiento, Alatorre, Ferriz de Cohn, Víctor Flores, Rodríguez Alcaine, Fernández de Cevallos, Lolita de la Vega, Cecilia Soto, Oscar Levín, Roque Villanueva, Chuayffett, Hank González, Carlos Salinas y muchos otros, por utilizar su imagen con la máscara de marras, siguiendo el precedente presidencial de demandar el uso de su estampa. No obstante, si usted tiene una máscara de Zedillo o de puerco, ¡guárdela! porque tienen ahora un valor adicional: ya son perseguidas, pronto serán una aportación de México a la política y sus formas. ¿Quién aseguró que las máscaras no eran un retrato del alma? ¿Por qué Zedillo persigue su propia figura? ¿Será un camino nuevo para inmortalizarse, así como Porfirio Díaz persiguió a Guadalupe Posadas y a los moneros de la época?

Los peores hombres son los que acusan y persiguen cuando se ven cuestionados en su debilidad. Las máscaras ocultan lo que somos y por eso a muchos les indigna que les roben su imagen como a Ricardo Salinas Pliego, el dueño de TvAzteca que adquirió la concesión de los canales 13 y 7 para vengarse del país y los mexicanos luego de la oscura privatización apoyada con 30 millones de dólares de Raúl Salinas, su amigo y socio. Por decir esto y reclamar explicaciones, Salinas Pliego demandó por ``daño moral y difamación'' a más de una docena de periodistas y columnistas, y ha utilizado sus noticiarios para vengar su nombre pretendiendo ridiculizar a otros porque no tolera la más mínima opinión sobre sus actos públicos. Detrás de los peluches y las máscaras de TvAzteca se esconden las debilidades de este empresario y su obsesión por denostar y atacar más que mostrar buen sentido del humor, porque es incapaz de reírse de sí mismo.

Y así ataca a sus críticos, a otros medios, y además compite contra sí mismo lanzando a sus locutores y conductores contra su principal productor: Carlos Payán, quien a través de Argos le ha dado público.

Antes del pase estelar de Dolores de la Vega al rating de la bajeza, la conductora de Hablemos claro no era más que un instrumento mediocre del sindicato de gobernadores y de la burocracia sindical del STIRT, representada por su esposo, Netzahualcóyotl de la Vega. La famosa Lolita de la Vega logró la cumbre luego de la ofensiva de Sarmiento contra Carlos Payán desde las páginas de Reforma y con la idea de involucrar ese periódico en el frente Gobernación-TvAzteca-PRI-Presidencia, contra La Jornada. Frustrado ese objetivo, se siguieron en helicóptero a La Realidad en apoyo al plan de contrainsurgencia militar contra los observadores internacionales. ¿Habrá visto Lolita, más famosa hoy que la de Hacienda por sus ataques en helicóptero, las fincas de extranjeros en Chiapas propiedad de los Kanter, los Setzer, los Walter? ¿Habría sucedido la matanza de Acteal si hubieran estado observadores internacionales como han estado en La Realidad?

La estrategia de TvAzteca busca ganar espacio e impunidad en el poder, ser punta de lanza de todo tipo de campañas contra el cambio en el país. La demanda de equidad ya no cabe frente a las evidencias de que esa concesión tiene fines distintos a los de comunicar y servir a los mexicanos, pues a través de ellos se denigra al pueblo mexicano. Demandar el retiro de la concesión a Ricardo Salinas Pliego de los canales 13 y 7 constituye parte de la democratización de la sociedad mexicana, pues hasta ahora sólo ha sido utilizada para enfrentar, violentar, mentir y difamar. Las demandas de tribunales, el trabajo sucio de locutores, conductores y comentaristas, no es un ejercicio de libertad de expresión, sino resultado de lo que hace un medio en manos de un muchacho obsesionado por los negocios, sin ética, y que cree con alegría hitleriana que es rico porque trabaja desde las cinco de la mañana y que el país es pobre porque los mexicanos somos holgazanes.

Perderíamos el tiempo si esperáramos una actitud de reflexión, rectificación o reforma. La concesión debe ser retirada y debe responsabilizarse a Ernesto Zedillo de crear a través de este medio un clima de enfrentamiento que desdice todos sus discursos.

Hoy existen bases para temer una nueva demanda de Salinas Pliego por utilizar su imagen con la máscara que a él y muchos más revela el alma y los propósitos.