Masiosare, domingo 1 de marzo de 1998
Si quieren diálogo,
-¿Cuál es su opinión sobre Horacio Serpa, candidato presidencial del Partido Liberal?
-Serpa es el real continuismo del presidente (Ernesto) Samper. Ambos han estado en todos los gobiernos sin que sus voces hayan tenido resonancia para buscar una salida política al conflicto y más bien hay personas que los sindican de mantener relaciones con los paramilitares. Nosotros seguimos sosteniendo que mientras no se rompa con el actual esquema político y militar que pretende doblegar a la insurgencia por la fuerza, para llevarnos a la mesa sin condiciones, va a ser muy difícil lograr la paz, porque el problema no es de personas, gustos o colores sino de una concepción de Estado y de su régimen político, que no está dispuesto a introducir cambios estructurales.
-¿Cuál será la postura de las FARC en las próximas elecciones?
-Las FARC seguirán llamando a la abstención electoral, como un medio de oposición revolucionaria y política, contra el fraude, la inmoralidad y la incapacidad de los corruptos y los caciques, para resolver los graves problemas económicos, sociales y políticos de Colombia, con falsas promesas de prosperidad.
``Por otra parte, vamos a impedir que los políticos tradicionales penetren a la áreas de influencia guerrillera, a hacer campaña política. No podemos seguir permitiendo que vengan a nuestros territorios a engañar a la gente y a conseguir votos para luego aprobar en el Congreso leyes contra los intereses del pueblo que los eligió. Si las circunstancias lo permiten, desde la clandestinidad lanzaremos nuestros propios candidatos para canalizar a nuestros simpatizantes''.
-¿Cuál es hoy la filosofía política de las FARC?
-Toda nuestra filosofía política, como movimiento revolucionario, tiene como principio fundamental la lucha por la paz, la reconciliación nacional y el progreso para los colombianos sin discriminación alguna. Las FARC quieren un gobierno pluralista donde estén representados todos los partidos y sectores sociales, un gobierno democrático y patriótico. Con relación a la paz, hemos presentado una plataforma de diez puntos, los que al mismo tiempo constituyen una plataforma de gobierno no acabada, porque debe ser enriquecida aún más por el propio pueblo.
-¿Puede detallar esa plataforma?
-Se trata de lograr el concurso colectivo para conseguir el cambio de todas las viejas estructuras del Estado y su régimen político por unas nuevas, acorde con la realidad del país, y acabar con las desigualdades imperantes del actual sistema. Proponemos una Colombia con amplias libertades ciudadanas, en defensa de la soberanía nacional, donde haya distribución equitativa del presupuesto y de las utilidades de las riquezas naturales. Es necesaria también la creación de suficientes fuentes de empleo, invertir en obras de beneficio social, impulsar una reforma agraria.
``Para lograrlo, será necesaria la elección, por mayoría, de un gobierno distinto al de los partidos tradicionales, que en 90 días después de su posición convoque a una Asamblea Nacional Constituyente con amplia representación, incluida la guerrilla, par a que introduzca cambios planteados por toda la sociedad colombiana a fin de poder erradicar las causas que han generado la confrontación armada''.
-¿Y en el ámbito militar?
-Proponemos la creación de un nuevo ejército, defensor de los derechos humanos y de la soberanía nacional, que esté al servicio de los intereses nacionales, es decir, sin vínculos con el paramilitarismo.
-¿Se dialogaría con los paramilitares?
-No, porque significaría liberar al Estado de la responsabilidad que le asiste en la organización de estos grupos. Nosotros no dialogaremos con los paramilitares, por ser éstos hijos legítimos del Estado. Fue el mismo Estado quien los creó, organizó y dirige, con la directa participación y asesoría de algunos generales de la república, como Harold Bedoya, superior inmediato de Fidel Castaño y Carlos Castaño, principales responsables de las fuerzas paramilitares en nuestro país. Debe ser el mismo Estado quien los disuelva, condenando previamente a los autores, materiales e intelectuales, de tantas masacres que han enlutado al país. Lo anterior explica el por qué, nunca se han registrados enfrentamientos entre el Ejército oficial y estas agrupaciones. Por el contrario, patrullan y viven juntos en las bases militares. Esto es bien palpable en Urabá.
``El ministro del Interior ha propuesto hacer de la paz una política de Estado. Pensamos que es una buena propuesta, siempre y cuando no esté motivada por fines electorales y demagógicos. Ahora bien, para las FARC, hacer de la paz una política de Estado significa que no estará sometida a los caprichos de los gobernantes de turno, sino que tendrá una continuidad. Al mismo tiempo, debe estar encaminada a erradicar todos los factores objetivos que hicieron que un considerable número de compatriotas se levantaran en armas contra el sistema''.
-¿Cuáles son estos factores?
-Entre otros, la ausencia de una verdadera reforma agraria, que le dé la tierra a quien la trabaja; la falta de salud, vivienda, educación, trabajo, etcétera. Todo como consecuencia de la desigual distribución de las riquezas. A esto se le suma la violencia institucionalizada del Estado, ejercida por medio de sus órganos represivos para mantener sin alteración el orden social así establecido, en beneficio de la clase dominante.
-¿Puede haber diálogo en medio de la guerra?
-Estamos de acuerdo con los diálogos en medio de la guerra, pero consideramos que para conversar debe haber un área despejada y libre de confrontaciones militares. Por eso estamos planteando el despeje por parte del Ejército de cinco municipios: La Uribe, Mesetas, Vista Hermosa y Macarena (Meta) y San Vicente de Caguan (Caquetá).
-¿Y diálogos a nivel regional?
-Los diálogos regionales serán bienvenidos, siempre y cuando sean el resultado directo de las negociaciones políticas entre el Secretariado Nacional de las FARC y el gobierno central.
Un instrumento de propaganda
-¿Cómo afecta al diálogo el fallo de la Corte que califica las acciones guerrilleras como delito no político?
-Las acciones armadas de un movimiento revolucionario buscan producir cambios en las instituciones del Estado. El calificarlas como delito no político es un ingrediente muy grave para adelantar diálogos con cualquier gobierno liberal, conservador o de otra tendencia. Mientras estas leyes represivas no ayuden a mejorar el medio ambiente propicio, habrá muchas trabas para adelantar diálogos con plenas garantías por parte del Estado. Porque si los próximos gobiernos siguen sosteniendo la tesis de que hablar con la guerrilla, despejar municipios y abolir algunos decretos represivos son concesiones, todo se va a complicar más de lo esperado.
-¿Inciden en la insurgencia colombiana las experiencias de El Salvador y Guatemala?
-Los cambios operados en otros países como El Salvador y Guatemala en nada han beneficiado nuestra causa. Por el contrario, las oligarquías hicieron de la desmovilización un instrumento de propaganda, sin solucionar la problemática social que dio origen al conflicto y buscando sólo mejorar su imagen para el exterior.
``Las FARC, el ELN (Ejército de Liberación Nacional) y una fracción del EPL (Ejército Popular de Liberación) hasta el momento no han llegado a acuerdos unitarios, pero continuaremos haciendo el esfuerzo para ello, con el propósito de darle aliento a la lucha popular de masas por sus justas reivindicaciones, ya que por medios legales es muy poco lo que se ha logrado hasta el momento''.
-¿Genera ésto contradicciones al interior de las FARC?
-Los enemigos de las FARC de todas las tendencias políticas siempre alimentan ilusiones en la existencia de supuestas líneas duras o blandas en la jefatura del secretariado, al tiempo que la misma existencia de la organización, por más de 33 años, confirma todo lo contrario; la unidad de la base es la fortaleza.
-Se acusa a las FARC de atacar a la población civil.
-Lo que ocurre es que en ocasiones fortuitas se produce fuego cruzado entre guerrilleros, el ejército y la policía, donde se causa daño accidentalmente a la población civil. Pero, sin antes saber y comprobar la realidad de los hechos, los medios de comunicación nos culpan a nosotros de ser los responsables. En esas condiciones, la imparcialidad no cumple su función social como parte de la ética periodística.
-También se les acusa de nexos con el narcotráfico.
-Si los vínculos de las FARC con el narcotráfico fueran ciertos, tendríamos dinero para comprar armamento suficiente para derrocar al gobierno en corto plazo. Tal vez sería bueno indagar varias fuentes y encontrar que Carlos Castaño y compañía, con la anuencia de las fuerzas militares, mueve cantidades de coca vía aérea y marítima para financiar los asesinatos y pagar sueldos. Esta afirmación no es un secreto para la clase política colombiana.
-Las FARC han tenido muchas bajas.
-Si la cantidad de prisioneros y muertos señalados a través de los medios fuera cierta, la situación para nosotros sería muy compleja. Estas afirmaciones son para aparentar frente a los empresarios y jefes políticos la eficacia de las fuerzas armadas y así poder exigir respaldo y ayuda económica para sostener la lucha contra los colombianos que no comparten la política económica de los monopolios y su gobierno. Como si el hambre, las ideas, la carencia de techo y tierra se acabaran con represión y violencia oficial.
``Algunos politólogos y medios de comunicación le están dando el triunfo a Carlos Castaño sobre las FARC. La verdad es que nosotros combatimos con la fuerza pública disfrazada de paramilitar. Estas son verdades que nadie las puede ocultar y por ello comparto las denuncias de los organismos humanitarios sobre la violación de los derechos humanos''.
-¿Incluyendo a los militares?
-Los nombres de los generales comprometidos en la violación de los derechos humanos, las torturas, desapariciones y terrorismo se encuentran en el libro Terrorismo de Estado, publicado por varios organismos internacionales haciendo la denuncia nacional e internacional. Ahora los medios de comunicación están levantando la tesis de la confrontación entre guerrilla y paramilitares, para exonerar de responsabilidad a las fuerzas armadas, como si ellas no fueran parte de la confrontación desde hace 33 años contra el pueblo y las FARC. Si los medios no estuvieran al servicio del gran capital, no se atreverían a hacer semejante afirmación, equivalente a tapar el sol con un dedo.