La Jornada 1 de marzo de 1998

No hay pruebas documentales contra Gallardo, admiten testigos

Jesús Aranda Ť Los testigos de cargo presentados ayer por la fiscalía militar en el consejo de guerra que se le sigue a José Francisco Gallardo Rodríguez, reconocieron que no existen documentos contables o copias de cheques girados a favor del general para comprobar que éste le haya vendido grano de avena a la forrajera La Villa.

Al cumplirse nueve días de que se inició el proceso castrense con el cual se busca acreditar los delitos de malversación y destrucción de archivos en contra de Gallardo, ayer surgieron nuevas contradicciones entre los testigos de cargo presentados por la fiscalía, particularmente en lo tocante a una de las principales acusaciones contra el militar: haber vendido grano a particulares.

La sesión de ayer ha sido de las más breves: concluyó al filo de las 14:30 horas y se caracterizó porque por primera vez acudió al lugar la señora Leticia Henríquez, esposa de Gallardo, quien llevaba consigo a su niña de cuatro años, Jéssica. El momento emotivo de la mañana fue cuando el general aprovechó un receso para saludar cariñosamente a su pequeña, a quien ha visto únicamente en prisión, y ahora en el recinto que alberga al consejo de guerra.

Primero se presentó a declarar el ex chofer de Gallardo, José Rivera Cruz, quien reiteró que aquél había sacado equipo de la Villa Ecuestre y se lo había llevado a su domicilio, además de que había quemado archivos. El militar negó los hechos.

Cuando la defensa del ex jefe de la Villa Ecuestre le preguntó a Rivera Cruz si éste lo había acompañado alguna vez al rancho 5 de Mayo, propiedad del entonces secretario de la Defensa Nacional, José Arévalo Gardoqui, a entregarle equipo y grano propiedad de la Villa Ecuestre, la fiscalía objetó la pregunta, razón por la que Gallardo se levantó como resorte de su lugar y replicó: ``¡Precisamente porque allí fue donde se entregó el forraje y el equipo que es de lo que me están acusando!'' Sin embargo, el presidente del consejo evitó que se abundara sobre el asunto.

Por otro lado, en declaraciones a La Jornada, el general Gallardo señaló: ``Los testigos que ahora declaran retoman las imputaciones que me hicieron en las averiguaciones; fueron preparadas e inventadas por el general Luis Roberto Gutiérrez Flores -ex director de la Policía Judicial Militar y de la Policía Judicial capitalina-. Durante el procedimiento todas las pruebas quedaron desvanecidas y el Ministerio Público no pudo soportar ni comprobar la acusación inicial, tan es así que las pruebas que aportó en el procedimiento fueron irrelevantes''.

Acusaciones ``desvirtuadas''

Apenas el viernes pasado, el capitán Darío Santiago Gijón -ex ayudante de Gallardo en la Villa Ecuestre- afirmó que él fue testigo de que su jefe había vendido grano de avena y pacas de forraje a dos forrajeras, una de ellas denominada La Villa. Añadió que él nunca obtuvo dinero y que era Gallardo quien recibía el pago con cheque. Además, dijo que cuando vendía el grano en nombre del general lo recibían los señores Juan Celaya y Manuela Pereda, así como Evaristo, el hijo de ambos.

Sin embargo, al testificar ayer la señora Manuela Pereda dijo que ella no sabía que el general le hubiera vendido grano a la forrajera de la cual era copropietaria; agregó haber visto en una o dos ocasiones que llegaban camiones del Ejército a comprar a la forrajería, pero negó saber si Gallardo como jefe de la Villa Ecuestre le había vendido alguna vez grano de avena.

A pesar de la insistencia de la fiscalía militar y dos vocales del consejo (generales Rolando Eugenio Hidalgo Eddy y Magdaleno Cortés Colmenares), Evaristo González respondió que después de una intensa búsqueda en los archivos de la comercializadora, analizar los libros de ingresos y egresos de material de la forrajera y revisar la cuenta de cheques ``no había ningún documento'' que señalara que Gallardo hubiera vendido grano a la forrajera.

La defensa sostuvo que la presencia de camiones de la Villa Ecuestre en la forrajería se debía a que habían devuelto grano por diferentes circunstancias.

Al salir de la audiencia, el abogado de Gallardo, Félix Francisco Garza Martínez, dijo que, dadas las contradicciones de los testigos, habían quedado ``desvirtuadas'' las acusaciones contra su cliente.

Por su parte, el Frente Mexicano Pro Derechos Humanos afirmó en una carta que envió al presidente Ernesto Zedillo que el consejo de guerra es un ``simulacro en la que los jueces actúan como parte acusadora; las pruebas de descargo están en poder de una dependencia de la Secretaría de la Defensa Nacional y no las exhibe; el acusado carece de las garantías de un juicio en un tribunal independiente e imparcial que le asegure su defensa legal''.

Por considerar que los jueces opinan de manera ``hostil y acusatoria'' contra Gallardo, ``de antemano se sabe que sólo obedecen la consigna que se les dio: Desacreditar públicamente al general y darle sentencia condenatoria. Otra violación más a sus derechos humanos''.